Misa de Grado, 5 de noviembre de 2015, Moniciones
Primera lectura: San Pablo, en el fragmento de su Carta a la comunidad de Roma, recuerda que somos criaturas de Dios, que de Él dependemos, querámoslo o no. Cuando nuestra existencia rinde culto a Dios en donación al prójimo, en misericordia, ofreciéndole a Él cuanto hacemos, nuestra muerte también será ofrenda a Dios, pues le pertenecemos. El juicio solo es de Dios. Salmo: Hemos de orar con el salmo 26 con convicción auténtica. Si tenemos a Dios como nuestra luz y nuestra salvación, de seguro nada ni nadie podrá hacernos daño. Y estaba en lo cierto el salmista cuando ubica la dicha ya en esta vida para aquellos que se fortalecen en el Señor y confían en su providencia. Evangelio: Seguidamente san Lucas nos presentará el gozo de Dios y de los bienaventurados cuando un pecador se convierte, cuando quien se había perdido decide volver al hogar del Padre. Recordemos que el amor de Jesús no era común -rompía esquemas- y sus gestos molestaban mucho a los que estaban en