Domingo XXXI del Tiempo Ordinario Solemnidad de Todos los Santos 1 de noviembre de 2015


MONICIÓN DE ENTRADA
¡Día de bendiciones para todas y todos los hermanos! Que el Señor nos ayude a encontrar el camino de la santidad y mantenernos en él, pues esta es la única manera de poder gozar eternamente contemplando la luz del rostro de Dios, tal y como lo hacen todos los santos, cuya Solemnidad celebramos hoy.
¡Que es muy difícil ser santo? ¡Sí, cuesta esfuerzo! Pero toda persona que sepa vivir sirviendo a Dios y a las personas que tiene cerca, seguro que logrará esta vida de dicha eterna. Valdría la pena, en este momento, mirar a las personas que nos rodean aquí, pues de seguro, muchos de esos rostros los podremos observar, un día, en el cielo. (…)
En efecto, hoy es un gran día en el que recordamos que los santos nos unen con esa Iglesia que canta y alaba a Dios en el cielo. Por eso hoy celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, que prevalece sobre la liturgia del Domingo XXXI del Tiempo Ordinario. Todos podemos ser santos; esto es, hacer lo que Jesús haría en cada circunstancia que vivamos.
Que cada día nuestro esté lleno del deseo de encontrarnos con Dios en su gloria, alabándolo con gozo.

PENITENCIAL
1. Buscamos la gloria aquí en la tierra y olvidamos luchar por la gloria celestial. ¡Señor, ten piedad!
2. Nos gusta descubrir nuestro pasado y proyectar, luego, nuestro futuro mediante la oscuridad de la idolatría. ¡Cristo, ten piedad!
3. Nos resentimos con Dios por la adversidad y el dolor que vivimos, olvidando agradecer por tales situaciones, las cuales pueden llegar a ser causa de una mayor dicha. ¡Señor, ten piedad!

MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- La primera lectura nos llevará a un encuentro con la gloria de Dios mediante el Libro del Apocalipsis y esa muchedumbre incontable de personas que han sufrido, pero que han sabido caminar el camino que Cristo, el Cordero, ha marcado, por lo cual han logrado ser santos.
SALMO.- Aunque el Salmo 23 es un canto que se utilizaba en las subidas al templo de Jerusalén, alabaremos hoy con otro enfoque: Todos estamos llamados a ser santos. Debemos ser del grupo que busca al Señor. El salmista nos anima a ser de corazón puro, de manos inocentes y a mantenernos fieles a Dios, sin idolatrías.
SEGUNDA.- La vida futura no podemos ni siquiera imaginarla; sin embargo, sí podemos vivir como hijos de Dios, porque lo somos. Nuestra segunda lectura es de la Primera Carta del apóstol San Juan, y está muy llena de tiernas expresiones y la seguridad de que quien vive como hijo de Dios logrará verlo tal cual Él es.
EVANGELIO.- San Mateo nos presenta aquel Sermón en el Monte donde Jesús proclamó las Bienaventuranzas. Muchas veces pensamos que no hay cabida para el dolor cuando seguimos a Dios. Pero el Señor es bien claro en recordarnos que todo dolor puede ser causa de gran felicidad. Junto con los Mandamientos, es un plan de vida que nos ofrece herramientas para lograr la felicidad.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Oremos por la Iglesia. Te pedimos se fortalezca ante las tentaciones y logre ser, cada día, más santa. Roguemos al Señor.
2. Por todos nosotros, sacerdotes y laicos, Iglesia que lucha cada día contra las debilidades del mundo pero que se sabe asistida por tu bondad y misericordia, Dios nuestro. Roguemos al Señor.
3. Por quienes se han fijado en las faltas de obispos, sacerdotes y laicos comprometidos para excusarse y vivir sin buscar el camino de santidad que Jesús nos enseñó. Roguemos al Señor.
4. Muchas personas viven sumidas en el dolor propio y de quienes les rodean. Haz, Señor, que puedan ver tu Luz y fortalecerse en medio de sus situaciones y que descubran que desde el dolor se encuentra más fácilmente la santidad. Roguemos al Señor.
5. Por quienes, no teniendo impedimento, se alejan de la Eucaristía por apatía y se sienten incapaces de superar sus costumbres y rutinas. ¡Que te anhelen, Señor, y busquen vivir santamente! Roguemos al Señor.
6. Quisiéramos rogar la intercesión de los santos y santas de nuestras familias ante las situaciones difíciles que nos corresponde vivir. Roguemos al Señor.
7. Roguemos por la santificación de nuestras familias; especial intención por aquellas personas que, por alteraciones de su salud física, mental o emocional, nos causan grandes sufrimientos. Roguemos al Señor.
8. Oremos por los niños y jóvenes de la catequesis, los catequistas, sus familiares y seres queridos. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
1. Toda disposición debe ser avalada por un escrito. Nuestros niños y jóvenes han tomado la delantera en representación de toda la comunidad que te busca, Señor, y lo han expresado con este cartel que representa un compromiso que hay que vivir: Queremos ser del grupo que busca al Señor.
2. Hoy, Señor, queremos entregarte nuestra decisión de ser santos. Por eso los niños de catequesis dibujaron y cortaron sus corazones para representar su decisión de vivir las bienaventuranzas cada día, hasta llegar a la eternidad.

3. Señor, aun no entendemos por qué tanta gente se acerca a comulgar. Tampoco entendemos por qué tanta gente se queda sin hacerlo. Al llevar el pan y el vino hasta tu altar queremos suplicarte, Señor, que llenes nuestros corazones de ansias de Ti y un amor por Ti que hasta nos pueda hacer cambiar lo malo que hacemos.

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