XXIII Domingo del Tiempo Ordinario 6 de septiembre de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA ¡Hermanos! Reciban la más cordial bienvenida a nuestra acción de gracias a Dios, quien nos da todo lo que necesitamos para ser felices. Hemos de preguntarnos qué tanto caso hacemos a lo que el Señor nos pide que hagamos. ¿Será que somos capaces de tratar a todas las personas con la misma amabilidad y respeto? ¡Podríamos probarlo, saludando a quienes están junto a nosotros en esta Eucaristía, dándole un cálido saludo de hermanos en Cristo, presentándolos al Señor como iguales que somos! Comprobaremos que el Señor quiere llenarnos de esperanza, que todo lo ha hecho para todos –Él no hace diferencias sociales, culturales o económicas-, que nos ama con locura de Cruz a todos por igual, y que espera que nosotros hagamos lo mismo. Él nos da la sanación que requerimos. Él quiere que nos sintamos hermanos. Él quiere que tengamos paz dondequiera que nos encontremos. Colaboremos con el Señor para que muchos experimenten desde ya el Reino de Dios. ¡Participemos c