XXII Domingo del Tiempo Ordinario 30 de agosto de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días, hermanos y hermanas! Les damos la más cordial bienvenida a la
Eucaristía del XXII Domingo del Tiempo Ordinario, última del mes de agosto.
Queda ya poco de vacaciones para nuestros muchachos. Pidamos al Señor que sea
tiempo productivo para encontrarnos con Él dondequiera que nos encontremos.
La
pregunta sería si hay fórmulas para encontrarse con Dios, para amarlo. Las
lecturas de hoy serán reveladoras al respecto. Porque, aunque todo puede
hablarnos de Dios, no todo lo que hacemos nos lleva a Él, a Su amor. Para eso,
debemos amar a Dios con corazón sincero, con autenticidad; y la mejor manera es
dejarnos guiar por las Leyes de Amor que son Sus Mandamientos, el mejor camino
para llegar a Él.
Llenos
de alegría por encontrarnos en la fiesta del Señor, dejemos que la Mesa de la
Palabra y la Mesa de la Eucaristía nos preparen para vivir otra semana más
pero -¡claro está!- al estilo de
Jesús.
PENITENCIAL
1.
Consideramos poco valiosos y pasados de moda los mandamientos de la Ley de Dios
y creemos que no tenemos por qué cumplirlos. Señor, ten piedad.
2.
Valoramos lo que hacen las personas pero despreciamos lo que nos propone Dios
para lograr la felicidad. Cristo, ten
piedad.
3.
Decimos ser muy cristianos porque tenemos un altar en nuestra casa. Olvidamos
que nos mandaste amarte y amar al prójimo como a nosotros mismos. Señor, ten piedad.
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- La primera lectura,
tomada del Libro del Deuteronomio, nos presenta las palabras previas de Moisés
al entregar a los judíos la Ley de Dios, Ley de la cual ellos recibirían
sabiduría e inteligencia, tal y como lo reconocerían otros pueblos. Recordemos,
sin embargo, que esta enseñanza ha sido y seguirá siendo alterada según
conveniencias de turno y debemos autenticarla con la enseñanza de Jesús.
SALMO.- El salmo 14 propone
actitudes que los fieles humildes y sencillos podrían utilizar en su relación
con Dios y con las personas, según la mentalidad de su tiempo. No obstante,
esto no es lo que siempre hacemos y podríamos preguntarnos cómo podremos
practicar –en nuestro aquí y ahora- el Mandamiento del Amor.
SEGUNDA.- Hoy comenzamos a
leer la Carta del Apóstol Santiago. Dios Padre nos ha beneficiado con el don
perfecto de Su Palabra, la cual nos guiará con respecto a lo que hemos de hacer
para gloria de Dios y felicidad y salvación propia y de nuestro prójimo.
EVANGELIO.- Hoy retomamos el
Evangelio de San Marcos. A pesar de tener una Ley tan justa, los judíos vivían
oprimidos por la gran cantidad de ‘leyes humanas’ que se habían ido sumando a
la inicial. Por supuesto, Jesús distingue claramente unas de otra y acusa
fuertemente a los fariseos. Aclara, además, qué es lo puro y qué no lo es.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
La Iglesia necesita de nuestras oraciones, que recordemos que cada uno, cada
una de nosotros, la formamos y que debemos vivir nuestra fe coherentemente, así
como nosotros esperamos actitudes y decisiones según el Espíritu. Roguemos al Señor.
2.
También debemos orar por los sacerdotes, ya que anunciar el Reino de Jesús es
labor difícil, que requiere del esfuerzo de muchos. ¡Que el Señor los haga
santos! Roguemos al Señor.
3.
Recordemos que hay muchos que han visto debilitarse su fe, bien sea por
diversas dificultades y problemas o por la falta de interés y cuidado de la fe.
Encomendemos a los que dicen no creer en Dios. Roguemos al Señor.
4.
También hay muchos que deforman su fe en Cristo Jesús y lo que Él nos enseñó
con doctrinas orientales –como el yoga- que se les ofrecen como muy buenas
estrategias para sanar enfermedades y ‘tener paz’. Roguemos al Señor.
5.
Mucha gente, sabiendo que todos somos Iglesia y que podemos interceder unos por
otros, nos han pedido que oremos por ellos y sus situaciones. Roguemos al Señor.
6.
Queremos orar por quienes muy pronto reiniciarán su proceso formativo en la fe,
nuestros catequizandos. Los encomendamos al Señor, así como a sus familiares. Roguemos al Señor.
7.
Oramos por los enfermos, por quienes les tratan y quienes les cuidan. Roguemos al Señor.
8.
Recordemos a quienes duermen el descanso eterno, para que el Señor vea sus
buenas obras y lo mucho que amaron, así como la fe de Su Iglesia. Roguemos al Señor.
OFRENDAS
La
Misericordia de nuestro Dios se manifiesta de muchas maneras, pero la más
poderosa es en la Eucaristía, misterio del amor de Dios. Entregamos el pan y el vino en actitud agradecida
por Tu Presencia Eucarística, porque en ella permaneces con nosotros, Señor.
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