Domingo XIV del Tiempo Ordinario, 5 de julio de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA ¡Muy buenos días para todas y todos ustedes! Nuevamente nos disponemos a dar gracias a Dios por Su Misericordia puesta de manifiesto en nuestras vidas cada día, a cada instante. Venimos a agradecerle porque con su Palabra y con la Eucaristía nos alimenta para que no nos debilitemos en los caminos de nuestra vida que, a veces, atraviesa momentos muy difíciles. En este primer Domingo de julio, próximos a las vacaciones escolares, conviene que nos preguntemos cómo va nuestra relación con Dios, con Su Palabra, con Su mandato de seguirlo y servirlo en quienes nos rodean, especialmente en los más necesitados de nuestra atención. Al efecto, podríamos intentar descubrir a Dios en los hermosos paisajes que veremos, en los rostros y actitudes de las personas, y, aún, en las dificultades que debamos enfrentar. ¡Todo nos habla de Dios! Él está presente y hace muchas cosas para llamar nuestra atención. Solo tenemos que hacernos sensibles a Su amor. Que el Señ