Hoy, la Palabra...
Dos ideas son importantes para nuestra vida.
Por una parte, somos seres religiosos, como observó San Pablo de los atenienses. Nos gusta practicar los preceptos de nuestra fe, vivir de acuerdo a lo que se prescribe. Más aún, desarrollar nuestros días y nuestra vida yendo por el camino que nos relaciona con Dios, aunque a veces Lo hayamos transformado a nuestra comodidad. ¡Somos religiosos!
Tal vez por ello podamos hablar, también nosotros, del "Dios desconocido". Nos alejamos tanto de Él que su imagen en nosotros no es más que la de cualquier diocesito, siempre presto a cumplir nuestra voluntad, como si fuéramos nosotros Dios y, Él, un vendedor de deseos. Muchas veces, el Altísimo es el Pequeñísimo, subordinado a nosotros y multiplicado a nuestra voluntad. ¡El Dios Desconocido!
De ahí que debamos pedir a Jesús que envíe sobre nosotros su Santo Espíritu, para que nos enseñe La Verdad -y no, una verdad.
Que el Señor nos bendiga a todos y nos conceda su favor.
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