Soñar
Soñar es una acción relativa a la imaginación. Así, percibimos o imaginamos cosas que parecen reales al soñar. Sin embargo, también podemos refugiarnos en ese espacio intelectual que nos permite llegar a lugares, realizar acciones, obtener victorias, diseñar, fantasear y hasta indagar en lo desconocido. Cuando pensamos en sueños nos solemos remitir a los niños, ya que esa es una acción usual y repetitiva en ellos. Pareciera que los años son enemigos de los sueños. En nuestras culturas es despreciable aquel que se sumerge fácilmente en el mundo de los sueños porque deja, así, de vivir la realidad. ¡Queremos que el niño deje de soñar! ¡Queremos que el joven deje de fantasear! ¡No soportamos a un adulto soñador! ¡Tachamos de demente al abuelo que se inventa historias inverosímiles! Cabría, pues, preguntarnos si esa capacidad es un defecto o una virtud. Sin lugar a dudas, tal y como lo demuestran muchos estudios científicos actuales, estamos ante una acción de nuestro intelecto que s