XIII Domingo Ordinario, 28 de junio de 2020
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Día de bendiciones para todos los hermanos
aquí reunidos! Como cada domingo, hemos acudido al llamado que Jesús nos hace
para compartir su Cuerpo y su Sangre en el Banquete de la Vida, el Banquete
Eucarístico.
Hoy hemos de hablar de acogida, de relación
abierta a otros, de descubrir a Dios en las personas. El misterio que cada
persona representa nos refiere a Jesucristo -nuestro Salvador- y, a su vez, al
Padre, quien lo envió para nuestro bien. Y, así como Jesús se hizo donación
plena y perfecta para toda la humanidad, nos corresponde a nosotros ofrendarnos
con Jesucristo al Padre. El resultado será un mundo mejor.
PENITENCIAL
·
Porque nos cuesta ayudar a quien nos
necesita, para evitarnos ‘complicaciones’. ¡Señor,
ten piedad!
·
Porque
aceptamos cualquier idea del mundo; porque nos da lo mismo creer en
Resurrección o reencarnación. ¡Cristo,
ten piedad!
·
Porque esperamos la gloria de la Resurrección
sin pasar por el dolor de la Crucifixión. ¡Señor,
ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- En la
primera lectura, tomada del 2 Libro de los Reyes, escucharemos cómo el profeta
Eliseo recibe protección y apoyo de una familia sunamita simplemente por ser él
‘hombre de Dios’. Este retribuirá tal generosidad pidiendo para ellos y
concediéndoles lo único que necesitaban: un hijo.
SALMO.- El
Salmo 88 canta una gran acción de gracias a Dios en medio de las contrariedades
y dificultades de cada día. Dolor convertido en vida; fracaso, en razón de
esperanza. El amor de Dios puede sorprendernos siempre.
SEGUNDA.- En la
Carta de san Pablo a los Romanos se verifica que, muertos con Cristo al pecado por
el bautismo, quien vive tratando de llevarlo a todos los ambientes de su vida, recibe
la vida eterna en herencia.
EVANGELIO.-
Tomar
la Cruz y seguir a Jesucristo ha de ser el gran proyecto de vida de todo
cristiano, el cual culminará en una vida eterna de dicha. El Evangelio de san
Mateo nos presenta exigencias en torno al seguimiento de Jesús, así como la
promesa de su ayuda constante y, luego, la feliz eternidad.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Todos
los bautizados conformamos la Iglesia. Oremos por quienes la dirigen y por
quienes somos simples católicos, para que unos y otros seamos
fieles a nuestra condición de hermanos y servidores, portadores de la Luz de
Cristo. Oremos.
2.
Unos pocos deciden la suerte de cada
nación. Pidamos al Señor que los impulse a buscar el bien de los
ciudadanos, el desarrollo del país y la igualdad de condiciones para quienes
allí viven. Oremos.
3.
Muchas personas han debido dejar sus
propios países buscando mejorar sus condiciones de vida.
Oremos para que cada país se convierta en ‘patria nueva’ para los inmigrantes
para que, incorporados a su desarrollo, puedan aportar sus propias experiencias
y riquezas naturales. Oremos.
4. Recordemos
a quienes no tienen hogar; hay muchos ancianos, enfermos y niños que viven en
instituciones. Encomendemos al Señor a quienes les atienden y
comparten con ellos cada día, para que puedan transformar esos ambientes en
hogar de acogida. Oremos.
5. Por
los hogares en defecto, donde faltan los recursos materiales, el
amor, el respeto, la colaboración, el acompañamiento, la paz. Oremos.
6. Por
nosotros, nuestras situaciones particulares, nuestras historias personales y
familiares. Por quienes necesitan nuestra intercesión. Oremos.
7. Oremos
por los niños que recibirán la Primera Comunión o la Confirmación durante el
mes de julio. Oremos.
8. Pidamos
por todos los difuntos, así como por sus familiares. Oremos.
OFERTORIO
Nuevamente, Señor, nos acercamos a ofrecerte pan
y vino, alimento para el cuerpo, alegría para el corazón, sabiendo que recibiremos
tu Cuerpo y tu Sangre, Alimento para la vida eterna. ¡Gracias, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Señor, que nos acoges en nuestra debilidad y en
nuestra necesidad, recibe nuestra palabra agradecida y danos valor para acoger
misericordiosamente a quien nos necesite. Amén.
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