III Domingo de Pascua, Misa Familiar, 26 de abril de 2020
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy bendecido día para todas y todos! Nos encontramos en el III Domingo
de la Pascua. Hoy nos encontraremos con el paso glorioso de Jesús que nos
invita a reconocerlo por la fe, porque el Señor siempre estará entre nosotros, transmitiéndonos
su propia Vida y recordándonos que sigue esperando que Lo anunciemos a todas
las personas, como testigos que somos de su amor y de su poder.
Y LO
RECONOCIERON AL PARTIR EL PAN
PENITENCIAL
v Nos gusta quedar bien con la gente y, con tal de lograrlo, llegamos hasta
a negar nuestra fe en Cristo Resucitado. (El sacerdote exhorta
y el niño/a dice… ) ¡Dios de la Vida plena, ten piedad de
nosotros! (Niño/a presenta cartel: YO NO CREO EN NADA NI NADIE)
v Nos cuesta comportarnos como seguidores de Cristo ante el mundo. Sin
embargo, asumimos cualquier moda con tal de demostrar que seguimos a cantantes,
deportistas, políticos o lo que sea, sin reparos. (El sacerdote exhorta y
el niño/a dice… ) ¡Cristo de la Entrega total, ten piedad de
nosotros! (Niño/a presenta cartel: SOY FAN DE RONALDO)
v Nos sentimos defraudados por milagros no concedidos y
nos alejamos de la Iglesia, dejamos de creer en Dios. (El sacerdote
exhorta y el niño/a dice… ) ¡Dios de la Cercanía sin límites, ten
piedad de nosotros! (Niño/a presenta cartel: ME VOY DE LA IGLESIA)
MONICIÓN
SOBRE LAS LECTURAS
Aquel sobre quien se manifestó el gran amor de Dios nos anima a vivir
nuestra fe con autenticidad. En Él vive cada persona que crea y sea
capaz de dar testimonio de su Resurrección gloriosa, aún sin haber visto. Y
está dispuesto a hacerse encontradizo y darnos la Palabra que necesitamos
escuchar para seguir adelante con la mirada puesta en la Luz que conduce por
camino seguro.
ORACIÓN DE
LOS FIELES
1.- Por la Iglesia, por el papa Francisco, por nuestros obispos (…) y
sacerdotes (…) por quienes nos reconocemos Iglesia. Para que podamos ser
manifestación del Rostro amoroso de Jesús que busca entregar al Padre las
necesidades de sus hermanos y confía en el poder del amor de Dios. Oremos.
2.- Por quienes tienen alguna clase de poder, a cualquier nivel.
Para que nos dejemos guiar por la voz del Maestro que nos indica dónde está lo
que realmente necesitamos para conseguir el bienestar de todos. Oremos.
3.- Por los que somos identificados por ser ‘de la Iglesia’. Para que nos dejemos guiar por la Misericordia
de Dios, superemos nuestras pequeñeces y nos acerquemos al que merece la gloria
por siempre. Para que se nos note un cambio, para que pueda el mundo ver a
Jesús en nosotros. Oremos.
4.- Por nosotros, que anhelamos la verdad, la paz y el gozo auténticos.
Para que comprendamos que solo junto al Señor encontraremos lo que buscamos y
podamos, así, desechar lo aparente, lo que nos aleja de Él. Oremos.
5.- Por quienes no han reconocido al Señor Jesús Resucitado en sus
vidas. Para que comprendamos que Él entiende nuestra debilidad y que solo
espera que lo reconozcamos en ‘la Fracción del Pan’. Oremos.
6.- Por quienes se están preparando para recibir algún sacramento, por
sus grupos familiares, por quienes los forman. Que unos y otros sepan
responder al llamado del Señor Jesús en medio de las dificultades y
contratiempos que atravesamos. Oremos.
7.- Por quienes sufren en
su cuerpo, en su mente o en su espíritu. Por los que tienen miedo o están
deprimidos por la situación que atravesamos. Oremos.
8.- Por todos los difuntos. Para que encuentren la promesa de
Salvación del Resucitado. Por sus familiares. Oremos.
OFERTORIO
1.- Te entregamos, Señor, nuestros sentidos y capacidades
renovados por tu paso glorioso. Lo hacemos llenos de confianza en Ti, en tu
actuar en medio de nosotros cada día. (Varios
niños, uno con lentes oscuros, otro con tapones en sus oídos, otro con la boca
tapada, otro con las manos sujetas atrás, …se dirigen al altar y depositan o
expresan lo que los limita).
2.- No es un simple gesto lo que queremos entregarte. Es, más bien,
nuestra decisión de descubrirte en nuestro caminar como familia, de no
tener pena de Ti, de hacerte parte de nuestro cada día. (Una
Familia se acerca al altar, se inclina ante el Señor y va a buscar a una
persona/familia; la/s acompaña/n hacia el altar)
3.- Te entregamos, Señor, el vino y el pan, que la naturaleza y el
trabajo humano nos han obtenido. Sabemos y creemos que se convertirán en tu
Cuerpo y en tu Sangre para alimento nuestro y cumplimiento de tu promesa:
siempre estarás con nosotros. Bendice, Señor, las manos que hacen esto posible
en este y todos los altares de la tierra. (Se portan
el pan y el vino hasta el altar).
ACCIÓN DE
GRACIAS
Gracias, Padre Bueno, porque te
interesamos y siempre estás dispuesto a todo para ayudarnos y acompañarnos en
nuestro caminar. Amén.
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