V Domingo de Cuaresma, 29 de abril de 2020
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días, hermanos y hermanas! Sintámonos bienvenidos
a esta celebración, pues Jesús nos ha invitado a encontrarnos con Su Palabra y
Su amor en este V Domingo de la Cuaresma, ya muy próximos a la Semana Santa.
Jesús es Dios y Hombre verdadero, nos ilumina y nos da agua
de sí para darnos de Su propia vida y hacer que seamos bienaventurados,
dichosos. Bien propiamente podríamos
llamar a éste ‘el Domingo de Lázaro’, ya que es posible superar la muerte en
que nos sumergen tanto dolor y sinsentido. ¡Jesús es la Vida verdadera!
PENITENCIAL
1. Porque muchas veces vivimos como si estuviéramos
muertos, sin esperanza y en tristeza. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque no somos emisarios de vida pues, al difundir
tantas noticias y comentarios de muerte, nos convencemos de ello. ¡Cristo,
ten piedad!
3. Porque no terminamos de creer en la vida eterna,
invalidando el poder vivificador de nuestro bautismo. ¡Señor,
ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.
El Espíritu de Dios nos da la vida. Esta gran
promesa fue recibida del profeta Ezequiel en la desolación del destierro,
cuando afirmó la supremacía de la vida sobre la muerte, porque el Señor nos
dice que, aunque sintamos morir, Él nos llevará consigo a la tierra de la
Promesa y nos dará la vida.
SALMO.
Junto a Dios solo hay perdón y amor. Lleno de súplicas, el Salmo 129 nos
transmite la plena esperanza del creyente en el Señor. Siendo parte de los
salmos graduales o de subida, se repiten -cual un eco- palabras que relacionan
al pecador con la Misericordia divina, llenándolo de esperanza, por ser Su
pueblo elegido.
SEGUNDA.
A continuación será San Pablo, en su carta a los Romanos, quien nos apremie a superar la realidad del
dolor y el sufrimiento para llenarnos del Espíritu de Dios que, habitando en
nosotros, nos da vida verdadera; tal y como ocurrió con Cristo –resucitado de
entre los muertos- nosotros participaremos de la vida eterna de Dios.
EVANGELIO.
Muerte y dolor son asociados así como vida y
alegría. Jesús no fue un súper hombre proyectado en nuestra historia humana;
lleno de una extraordinaria humanidad, es capaz de conmoverse y llorar por
Lázaro, su amigo muerto tres días antes. El versículo cortísimo dirá: ‘Y Jesús
lloró’ aún cuando Él mismo es la Resurrección y la Vida, y se la transmitiría.
Esa vida en Cristo llega a nosotros.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.
Cada tiempo ha comunicado la Buena Noticia ‘a su estilo’. Roguemos
al Señor que saque a su Iglesia de cualquier cueva de muerte para que sea
testimonio de vida para la Vida. Oremos.
2. Muchas personas
no tienen fe o miran constantemente la muerte que los acecha. Para que
descubran a Dios y cómo mirar la vida con esperanza. Oremos.
3. ¡No sabemos
vivir! Para que vivamos plenamente nuestro presente con lo ya experimentado
y nos acerquernos a Dios, que siempre cumple sus promesas. Oremos.
4. Nos cuesta creer
lo que no perciben nuestros sentidos. Para que desarrollemos los sentidos
espirituales y busquemos la vida eterna que nos promete Dios. Oremos.
5. Somos parte de
una comunidad cristiana que ha recibido tu espíritu de Vida, Señor. Oremos
para que se nos note a todas y todos que tenemos disposición a la vida y
esperanza en quien nos la ha dado. Oremos.
6. Por los niños que
van a reconciliarse o a recibir a Cristo Eucaristía. Encomendamos a sus
familias para que, llenas de Dios, ayuden a
quienes les necesitan. Oremos.
7. Oremos por todos los difuntos para que reciban
aquello en lo que creyeron. Oremos.
OFERTORIO
El pan
y el vino constituyen nuestro muy pequeño aporte para
que Tú, Señor, te hagas presente sobre este altar por la acción sacerdotal.
Creemos que en este Alimento nos anticipas la vida eterna de nuestra
resurrección y nos fortaleces para ser cristianos de acción y contemplación, de
servicio e intercesión.
ACCIÓN
DE GRACIAS
Señor, Dios nuestro, te agradecemos la vida eterna que nos
has dado en Jesucristo, el primer resucitado. Amén.
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