II Domingo del Tiempo Ordinario, 19 de enero de 2020
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días, amigas y amigos! Sean todas y
todos bienvenidos a la Eucaristía del II Domingo del Tiempo Ordinario, el cual
se interrumpirá al inicio de la Cuaresma.
Hoy hemos de comprender que todos hemos sido
llamados a la vida de hijos de Dios y tenemos una misión que cumplir.
Ungidos en el bautismo, hemos sido llamados a
una misión particular, de la cual hemos de dar testimonio donde nos encontremos,
tal y como lo hicieron, Juan Bautista, Pablo y tantos hombres y mujeres de
todos los tiempos, a quienes reconocemos como amigos del Señor.
PENITENCIAL
- Porque decimos que Jesús está presente en
nuestras vidas, pero actuamos como quien no ha recibido su Luz. ¡Señor, ten piedad!
- Porque nos da vergüenza ser reconocidos como
cristianos en nuestros círculos laborales, culturales o sociales. ¡Cristo, ten piedad!
- Porque olvidamos que Dios está por encima de
nuestras pequeñas fuerzas y que podemos recurrir a Él en nuestras necesidades. ¡Señor, ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Muy
anticipadamente el profeta Isaías anuncia que vendrá un siervo –llamado aquí el
Siervo de Yahvé- que cumplirá la
misión redentora de ser Luz para todas las naciones. También nosotros, los
bautizados, estamos llamados a hablar en nombre de Dios –como el profeta- y a
llevar su Luz –como hizo Jesucristo.
SALMO.- Para
conocer y cumplir la voluntad de Dios basta con ponernos ante el Señor. Luego
nos corresponde anunciar su bondad y dar gracias con todo nuestro ser. Dios
siempre nos ayudará, como lo expresa el Salmo 39.
SEGUNDA.-
Llamado
a ser apóstol por el mismo Dios, san Pablo comienza su Primera Carta a los Corintios explicando que esto lo ha
llevado a vivir al estilo de Jesús y a comunicarlo a todos. Así también nosotros,
por nuestro bautismo, hemos sido llamados a vivir así y a comunicar a todos la
Buena Nueva de Jesús.
EVANGELIO.- Jesús
es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, tal y como lo testimonia
Juan Bautista a sus discípulos, porque el bautismo que él administra es con
agua, pero el del Cordero es con Espíritu Santo. Juan dejó a Dios ser Dios y
aceptó su lugar de humilde preparador del camino para que el Señor se
manifestara.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Somos Iglesia. Oramos por el papa
Francisco, los obispos, sacerdotes, religiosos y consagrados, así como por
todos los bautizados, para que tengamos el valor de testimoniar al Señor Jesús.
Oremos.
2.- Para que establezcamos orden en nuestra
vida espiritual y se logren transformaciones. Que no sometamos nuestra fe
al mundo sino el mundo a nuestra fe. Oremos.
3.- Para que nos sintamos responsables de
mejorar el mundo desde nuestro cada día. Para que bendigamos de palabra,
pero también de hecho, con nuestros actos. Oremos.
4.- Queremos recordarte, Señor, a las
personas que viven soledad o cualquier tipo de dolor. Te pedimos que nos
ayudes a descubrir a los que sufren o se sienten tristes y están cerca de
nosotros, muevas nuestros corazones y nos des valor para actuar. Oremos.
5.- Hoy te encomendamos a quienes nos cuidan
y guían, a nuestros padres, abuelos, maestros catequistas y formadores.
Ayúdalos a enseñarnos a vivir como hijos de Dios. Oremos.
6.- Hoy también oramos por esos familiares y
amigos que ya no están y por todas las personas que se han ido a tu
encuentro. Oremos.
OFERTORIO
La vida nos desgasta. Necesitamos tu ayuda,
Señor, para superar las dificultades y complicaciones que van surgiendo. Te
entregamos el pan y el vino que, por
la acción sacerdotal que Tú ordenaste, nos permitirán recibir a Jesús
Eucaristía.
ACCIÓN
DE GRACIAS
Gracias, Señor, por llamarnos a todos a crecer
y compartir con Jesús la misión de vivir nuestra fe en el servicio y con la
alegría de quien todo lo espera de Ti. Amén.
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