IV Domingo de Adviento, Misa Familiar, 22 de Diciembre de 2019
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días! Nos encontramos en el IV Domingo
del Adviento, animados en la preparación de la llegada del Dios-con-nosotros,
el Emmanuel, a nuestros corazones.
Navidad tiene que ver con muchas actitudes de
vida, entre las que destaca la obediencia como característica de quienes
reciben la manifestación del amor de Dios.
Que la alegría de obedecer a Dios en nuestras
situaciones diarias nos impulse a adorar a quien se hizo de nuestra propia
carne. Él nos cubra de Su ternura.
BENDICIÓN
DE LA CUARTA VELA DE ADVIENTO
Dios Padre nuestro, que nos has amado hasta
darnos a tu Hijo Jesucristo, escucha nuestra oración, que hoy hacemos desde el
Corazón Inmaculado de su Madre, la Mujer del Adviento.
Sabemos que todas las personas hemos sido
dotadas de grandes capacidades y que Tú has llenado nuestros corazones con tu
amor. Sabemos, además, que contamos con tu Presencia transformadora y que sólo
tenemos que pedir con corazón sincero para que Tú manifiestes tus ternuras.
Danos, con María, ser dóciles a tu Voluntad en
nuestras vidas para que aprendamos a ser Familia. Haz que te sigamos sin
necesidad de protagonismos, sin caretas de lo que no somos. Sólo así, imitando
el modelo de Amor Mariano, llegaremos a la Luz que destruye nuestro pecado y te
encontraremos, Dios nuestro.
En tu Nombre, Señor, bendecimos este cuarto
cirio de la Corona de Adviento que, alegres, hemos encendido porque Tú estás en
medio de nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ENCENDIDO
DEL CUARTO CIRIO / ORACIÓN DE ADVIENTO DE LA FAMILIA
(La
familia designada enciende el cuarto cirio, el amarillo. Mientras caminan hacia
el lugar de la Corona, se lee la Oración.)
Señor Dios nuestro, nos encontramos ante Ti
reconociendo que somos débiles y que te necesitamos. Hay sufrimientos que nos
mortifican y que nos alejan de Ti. Hoy queremos entregarte nuevamente nuestras
familias y suplicar tus bendiciones. Nos alegra tu llegada, que nos renueva.
Danos la capacidad de seguir el modelo de tu Madre para que te hagamos vida en
nuestros hogares y te sigamos y sirvamos. Amén.
PENITENCIAL
1. Nos justificamos ante Dios,
desestimando que el Señor conoce las intenciones reales de nuestros corazones. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque pensamos que la fe
es solo para los consagrados y vivimos al margen de la gracia recibida en el
bautismo. ¡Señor, ten piedad!
3. Porque no escuchamos a
Dios, que nos guía en medio de nuestras situaciones de vida. ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
Ha llegado el tiempo
del cumplimiento de la promesa del nacimiento de aquel Niño que
sería el signo de la esperanza de toda una nación. Nacido de una joven virgen,
se le llamará Emanuel, ‘Dios-con-nosotros’. Sabemos que se trata de Jesús, ‘el
Señor de la Gloria’, a quien debemos alabar como nuestro Salvador, pues Él es el
Mesías prometido proveniente del linaje de David en José –su padre adoptivo-, pero
que es también Hijo de Dios -según lo demuestra su gloriosa Resurrección.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Señor, que tu Iglesia sea testimonio vivo de
tu amor que se hizo Niño, para enseñarnos, amarnos, guiarnos y darnos a Jesús. Oremos.
2. Señor, que en esta Navidad renazca la
esperanza para la humanidad y traiga paz y esperanza a todos los hombres de
buena voluntad. Oremos.
3. Señor, bendice a todos los gobernantes para
que asuman que el mejor mandato es aquel que se hace desde el amor a todos los
ciudadanos. Oremos.
4. Señor, que los padres comprendan a través de
Jesús Niño la importancia de ser auténticos evangelizadores, transmitiendo a
sus hijos el don precioso de la fe. Oremos.
5. Señor, necesitamos arrancar de nuestros
hogares la arrogancia que nos impide perdonar o pedir perdón y presentarnos
como humildes servidores de todos, especialmente de quien nos causa más dolor. Oremos.
6. Señor, haz que confiemos en Ti, para que
encontremos consuelo ante la pérdida de un ser querido, pues tenemos la certeza
de que ya descansa de sus fatigas. Oremos.
OFERTORIO
1.
REYES
MAGOS: El poderío y la dignidad humanas se rinden ante quien es
Rey de Reyes, Señor de Señores.
2.
ALIMENTOS:
Porque
la bendición del alimento que sí tenemos debe bendecir a quienes lo necesitan.
3.
EL
ALIMENTO: CÁLIZ Y VINAJERAS: Sin Ti, Señor, nuestras vidas
se empobrecerían hasta la muerte. Tú eres nuestro sustento en el camino que nos
conduce hasta el Padre.
Por todo esto, ¡gracias,
Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
¡Gracias, Señor, por enviarnos al Enmanuel!
¡Gracias porque, siendo Rey, tu Hijo se hizo
débil y necesitado, para enseñarnos a amarte, Padre, pues Tú eres nuestro Amor!
¡Gracias, Señor, porque recibes nuestra humilde
adoración, la cual te entregamos con todo nuestro ser, unida a nuestra historia
personal y cobijada bajo tu cetro poderoso!
¡Gracias, Señor, porque María, tu Madre, nos
enseña a esperarlo todo de Ti y a entregarnos a Ti sin reservas!
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