XXXII Domingo Ordinario, 10 de noviembre de 2019

MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días, hermanas y hermanos! Reunidos para celebrar el Día del Señor en
este XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, hemos de hacer confesión de fe en
Jesucristo muerto y resucitado. Este hecho es fundamental para confesar nuestra
convicción en que nosotros también resucitaremos a una nueva vida, llenos de
alegría, gozo perfecto, amor y paz. La súplica que corresponde es, con
sencillez: creo, Señor, pero aumenta mi fe. Sin importar los momentos de dolor
que tengamos que atravesar, la esperanza nos conducirá al logro de esta meta de
vida verdadera.
Llenémonos,
pues, de la alegría y la esperanza de seguir el camino que Jesús inició con su
Resurrección y esforcémonos por conseguirlo. Fe firme, alegría en medio de las
dificultades y misericordia transformadora, todo esto nos ha de mantener.
PENITENCIAL
Porque,
Señor Jesús, nos das vida eterna, aunque no lo tengamos en cuenta. ¡Señor, ten piedad!
Porque
vivimos una fe cómoda que se deja de lado cuando surgen grandes dificultades. ¡Cristo, ten piedad!
Porque
creemos en la resurrección de los muertos… y en la reencarnación, el karma y lo
que nos cuenten por ahí. ¡Señor,
ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA. Nada
fácil es sufrir una tortura. Del Libro de los Macabeos, se narra el martirio y
la muerte de siete hermanos y su madre que se resisten a negar al Dios en quien
creían. Ellos esperaban la resurrección y la dicha eterna. Jesucristo confirmó
esa creencia que nos ha de llenar de alegría y esperanza a todos nosotros.
SALMO. Hoy
oraremos con el Salmo 16. El inocente, acusado injustamente, quien busca
justicia, ese pide al Señor que intervenga para que se le haga justicia pues él
sabe que está en Dios su salvación que un día lo llevará una nueva y gozosa
realidad.
SEGUNDA. La
segunda lectura, tomada de la Segunda Carta de san Pablo a los Tesalonicenses,
anima a utilizar la fe y la esperanza para resistir cualquiera de las pruebas de
la vida. La oración será fortaleza para el proceso evangelizador y para vencer
las dificultades, buscando ser fieles a esa fe recibida.
EVANGELIO. San
Lucas nos transmite una enseñanza fundamental: los muertos resucitan para vivir
en Dios. Vivirán de una manera diferente a la que podamos imaginar pues, según
el mismo Jesús lo manifiesta, ‘serán como ángeles’, una vida nueva. Nuevamente,
la respuesta de Jesús asombrará e iluminará a muchos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Por la Iglesia, para que viva en profunda comunión con Dios y su
Palabra, para que sea receptora e intercesora de las necesidades de la
humanidad. Oremos.
2. La naturaleza toda sufre. Oremos por
quienes gobiernan a las naciones, para que se esfuercen en ejercer la justicia
y la atención a todos los ciudadanos. Oremos.
3.
Por quienes necesitan de nuestro auxilio. Para que tengamos el valor de
ayudar a nuestros amigos, conocidos, compañeros o vecinos y, además, les
tratemos con la dignidad de ser hijos de Dios. Oremos.
4.
Recordemos a quienes participan en los procesos de catequesis parroquial y
sus grupos familiares. Para que allí descubran que sus vidas deben ser
vivificadoras para todos. Oremos.
5.
Recordemos a quienes son perseguidos por creer en el Señor Jesús, en lo que
predicó y nos enseñó. Pidamos para ellos firmeza en su fe y esperanza en un
despertar a la vida verdadera. Oremos.
6.
Muchas personas ven negadas sus posibilidades al privárseles tempranamente
de la vida. Oremos por quienes toman decisiones sobre la vida de sus hijos
por nacer. Oremos.
7.
Oramos por todos los difuntos. Para que el Dios de la vida les conceda
el gozo de una eternidad en su Amor, según lo creemos. Oremos.
OFERTORIO
1.
Porque debemos ser Luz dondequiera que nos encontremos. Porque la Luz de Cristo
nos lleva a la Resurrección… (Cirio
encendido)
2.
Porque la vida es hermosa, hoy la representamos en estas flores. Así como todas
ellas son diferentes, tienen aroma, color y forma particulares, así nuestra
vida está llamada a representar la generosidad del Creador donde nos
encontremos. (Flores)
3.
Vivir tiene sus dificultades; pero creemos firmemente que Jesús se hará
presente en las ofrendas del pan y el vino para alimentarnos en el camino de
nuestras vidas, anticipo del Banquete Celestial. (Cáliz,
hostias y vinajeras)
ORACIÓN FINAL
Señor,
que nos sostienes en la vida a pesar de las múltiples dificultades que
encontraremos, recibe nuestra gratitud por todo cuanto haces para ayudarnos
cada día. Amén.
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