III Domingo de Pascua, Misa Familiar, 5 de mayo de 2019
MONICIÓN DE
ENTRADA
¡Muy bendecido día, hermanos! ¡Que los corazones se alegren ante la
Presencia de Aquél que venció la muerte para darnos su propia vida! Nuevamente Jesús
pasará gloriosamente sobre nuestro pecado en este altar, entregándose sin
sufrimiento al Padre para rescatarnos de la muerte y del pecado.
Hoy, con los Apóstoles, reconoceremos al Señor por la fe, recobraremos el
ánimo ante nuestra propia debilidad –que nos aleja de Dios- para comprender que
el Señor siempre estará entre nosotros, dándonos su propia Vida y recordándonos
que sigue esperando que Lo anunciemos a todas las personas, como testigos que
somos de su amor y su poder. ¡Nos
bastará la fe en Jesús Resucitado!
PENITENCIAL
v (Niño/a
presenta cartel: YO NO CREO EN NADA NI NADIE) Nos gusta quedar bien con la gente y, con tal de lograrlo, llegamos hasta
a negar nuestra fe en Cristo Resucitado. (El sacerdote exhorta
y el niño/a dice… ) ¡Dios de la Vida plena, ten piedad de
nosotros!
v (Niño/a
presenta cartel: SOY FAN DE MI BLOGGERO) Nos cuesta comportarnos como seguidores de Cristo ante el mundo. Sin
embargo, asumimos cualquier moda con tal de demostrar que seguimos a cantantes,
deportistas, políticos o lo que sea, sin reparos. (El sacerdote exhorta y
el niño/a dice… ) ¡Cristo de la Entrega total, ten piedad de
nosotros!
v (Niño/a
presenta cartel: LA IGLESIA NO SIRVE) Decimos creer en Dios, pero desconfiamos de su Misericordia que nos perdona
y nos sana. Terminamos alejándonos de su Iglesia, que está llamada a
perdonarnos. (El sacerdote exhorta y el niño/a dice… ) ¡Dios del
Perdón sin límites, ten piedad de nosotros!
MONICIÓN
SOBRE LAS LECTURAS
Al Cordero inmolado en la Cruz, Jesucristo, corresponden la alabanza, el honor
y la gloria por los siglos. Sentado en Su trono con el Padre, eternamente vivo
y vivificador, Le hemos de obedecer anunciando la Buena Noticia según nos lo
mandó; y, a pesar de las respuestas y reacciones contrarias del mundo,
viviremos la dicha que Él nos ha prometido, porque quien confía en el Señor
pasa por las dificultades, pero se sabe victorioso. Comprobaremos con Pedro que
Jesús siempre estará presente para guiarnos y cuidarnos y jamás se dejará
vencer por nuestras debilidades, pues Él todo lo puede transformar para nuestro
verdadero bien.
ORACIÓN DE
LOS FIELES
1.- Por la Iglesia, por el papa Francisco, por nuestros obispos (…) y
sacerdotes (…) por quienes nos sentimos Iglesia, para que podamos ser
manifestación del Rostro amoroso de Jesús que busca entregar al Padre las
necesidades de sus hermanos y confía en el poder del amor de Dios. Oremos.
2.- Por quienes tienen alguna clase de poder, a nivel del mundo, de
cada nación o parte de ella, de cada grupo humano o familiar; para que nos
dejemos guiar por la voz del Maestro que nos anima a conseguir el sustento de
todos. Oremos.
3.- Por los que somos identificados como ‘de la Iglesia’, para que nos dejemos guiar por la Misericordia
de Dios, superemos nuestras pequeñeces y nos acerquemos al que merece la gloria
por siempre. Para que se nos note un cambio, para que pueda el mundo ver a
Jesús en nosotros. Oremos.
4.- Por nosotros, para que comprendamos que solo junto al Señor
encontraremos la paz y el gozo verdaderos que tanto buscamos. Para que
desechemos lo que aparentemente es bueno pero que nos aleja de Él. Oremos.
5.- Por quienes, sintiéndose culpables de sus faltas, se alejan de
Dios y de su Iglesia; para que descubramos que Él comprende nuestra
debilidad y que solo espera que las reconozcamos y nos volvamos a la fuente de
su amor. Oremos.
6.- Por quienes se están preparando para recibir algún sacramento, por
sus grupos familiares, por quienes los forman. Que unos y otros sepan
responder al llamado del Señor Jesús. Oremos.
7.- Por quienes sufren en
su cuerpo, en su mente o en su espíritu. Oremos.
8.- Por todos los difuntos, para que encuentren la promesa de
Salvación de Jesús. Oremos.
OFERTORIO
1.- Te entregamos, Señor, nuestros sentidos y capacidades
renovados por tu paso glorioso. Lo hacemos llenos de confianza en Ti, en tu
actuar en medio de nosotros cada día. (Varios
niños, uno con lentes oscuros, otro con tapones en sus oídos, otro con la boca
tapada, otro con las manos sujetas atrás, …se dirigen al altar y depositan o
expresan lo que los limita).
2.- No es un simple gesto lo que queremos entregarte. Es, más bien, nuestra
decisión de adorarte como familia, de llevarte sin pena a nuestros hogares,
de hacerte parte de nuestro cada día. (Una Familia
se acerca al altar y dobla sus rodillas o se inclina –si no puede arrodillarse-
ante el Señor)
3.- Te entregamos, Señor, el vino y el pan que la naturaleza y el
trabajo humano nos han obtenido. Sabemos y creemos que se convertirán en tu
Cuerpo y en tu Sangre para alimento nuestro y cumplimiento de tu promesa:
siempre estarás con nosotros. También sabemos que bendecirás, Señor, las manos
que hacen esto posible en este y todos los altares de la tierra. (Se portan
el pan y el vino hasta el altar).
ORACIÓN
FINAL
Padre Bueno, que lo diste todo por nuestra Salvación, concédenos
encontrarnos con tu Hijo amado -y reconocerlo- en cada persona y en cada
situación de nuestras vidas. Que demos gloria a tu Nombre con lo que hagamos.
Amén.
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