VII Domingo Ordinario, 24 de febrero de 2019


MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días, amigos y amigas! Sean bienvenidos a esta celebración del Séptimo Domingo Ordinario. Muchas veces escuchamos que “Dios es amor”. Y, precisamente, hoy vamos a conocer la grandeza del amor incondicional que Dios siente por nosotros y que todos los cristianos debemos aprender a sentir por nuestro prójimo; no sólo por nuestros hermanos, papás y amigos, sino, también, por el que sufre, por ese amigo con el que nos hemos peleado o por ese otro que no nos ha tratado demasiado bien… Amor hacia todas las personas sin distinción.
Y nada tan grande como aprender a amar incluso a quien no nos ama; más aún, amar a quien quiere destruirnos…¿Por qué? Porque ser hijos de Dios implica también darnos a los demás con todo el corazón y con todo nuestro ser.

PENITENCIAL
1. Porque a nuestro amor lo vence hasta un malentendido. ¡Señor, ten piedad! (Niño portando un corazón pequeño, lo cambia por uno grande que tiene, además, una Cruz)
2. Por olvidar que Dios no pone condiciones para amar. ¡Cristo, ten piedad! (Niño con cartel: “Mi amor tiene precio” que tapa con otro: “Ahora mi amor es gratuito”).
3.  Porque nos cuesta amar a los demás como Jesús nos enseña. ¡Señor, ten piedad!  (Niño con un corazón estropeado, maltrecho, feo. Lo cubre con otro hermoso, colocado entre unas manos.)

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- David, injustamente perseguido por el rey Saúl, actúa según su corazón y le perdona. Hoy, la primera lectura, del primer Libro de Samuel, nos presenta la realidad de todo creyente, para quien el amor, el perdón y la misericordia son los filtros que deben dirigir sus relaciones interpersonales.
SALMO.- Hoy oraremos con el salmo 102, atribuido a David, uno de los más bellos del Salterio.  Para los judíos contemporáneos de Jesús constituía un himno litúrgico de alabanza y acción de gracias a Dios por todo lo que Él nos ha dado con tan grande amor y generosidad.
SEGUNDA.- De acuerdo a la Primera Carta a los Corintios, de san Pablo, como criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios, hemos de ser semejantes a Cristo porque en Él la creación se ha hecho nueva. Y toda la fuerza que necesitemos para lograrlo nos será dada en el Señor.
EVANGELIO.- Dios es misericordioso, así como Jesús nos lo enseñó. Por tanto, hemos de desechar el odio, la violencia, el egoísmo o la incomprensión, que no deben caber en nuestros corazones; por el contrario, amor, paz, compasión y perdón constituyen la receta para ser felices, de acuerdo al Evangelio de Lucas.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1.- Por nuestra Iglesia, para que lleve a Jesús con el amor, el perdón y la entrega incondicional que Él mismo le enseñó. Roguemos al Señor.
2. Por los que se han olvidado de amar, desde una perfección irreal. Para que descubran en la humildad, el perdón y el servicio a los demás su felicidad verdadera. Roguemos al Señor.
3. Por los que no saben perdonar, por los que solo saben defenderse, por los pueblos enemistados. Por los que viven de sus conflictos y viejas peleas. Para que reciban la paz de Cristo y trabajen por lograrla. Roguemos al Señor.
4.- Por los abandonados, los que viven en soledad o son rechazados, para que aprendamos a transmitirles el amor incondicional del Padre. Roguemos al Señor.
5.- Por las personas que dedican su tiempo y cariño a los más olvidados. Para que el Amor de Dios les dé fuerzas en los momentos más difíciles. Roguemos al Señor.
6.- Por los niños y jóvenes de Catequesis, sus catequistas, sus familiares. Para que descubran a Jesucristo como la fuerza transformadora que quiere vencerlos a todos para ganarlos a la felicidad real. Roguemos al señor.
7.- Por todos nuestros difuntos para que descansen en tu paz. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
1. Existen grandes conflictos en las familias, nuestros países, el mundo; por eso, queremos ofrecer al Señor nuestro deseo de trabajar por la unión y la paz de todos los pueblos. (Pasan 6 niñ@s con las palabras “* amistad, * alegría, * amor, * cariño, * lealtad, *…y mil cosas más”; se voltean todos juntos al pie del altar).
2. Nos enemistamos hasta por cosas sin importancia, Señor. En este gesto de amor fraterno queremos entregarte el perdón, la reconciliación, la paz, la unidad, el amor que queremos vivir en nuestras vidas. (Dos niñ@s en gesto de disgusto o separación se deciden a abrazarse y, luego, entregan las palabras: perdón, reconciliación, paz, unidad, amor.
3. Con el pan y con el vino, traemos hasta el altar nuestros esfuerzos y nuestros trabajos por buscar, siempre, más lo que nos une que lo que nos separa.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen 16 de Julio de 2015

Misa de Grado, XXXII Promoción Bachilleres en Ciencias, C.C.B. 'Haydee Cárdenas', 20 de julio de 2016

ACCIÓN DE GRACIAS POR EL CUMPLEAÑOS 80 DE MARÍA NINFA NAVA DE PARRA