XXXII Domingo Ordinario, 11 de noviembre de 201
MONICIÓN DE
ENTRADA
¡Muy bendecido día
deseamos a todas y todos! Hemos llegado a otro Domingo donde nos encontramos
con el misterio de la Resurrección de Cristo, promesa de resurrección para cada
persona que espera seguir su camino. Y en este XXXII Domingo Ordinario sobran
las razones para estar alegres, pues la entrega generosa siempre vivifica.
Es que hay alegría por
la entrega y la generosidad que desbordan en las lecturas de hoy. Hemos de
prestar atención a las actitudes de dos viudas que, sin importar los tiempos en
que vivieran, respondieron generosamente haciendo lo que Dios esperaba de
ellas. Sólo quien se sacrifica puede hablar e interceder con propiedad, como lo
hizo y lo hace Jesucristo. ¡Ese sí es amor del bueno!
(Procesión
con dos pequeñas pancartas: ¡SEAMOS GENEROSOS!)
PENITENCIAL
1. Señor, nos cuesta mucho compartir;
simplemente, nos sentimos con derecho a recibir. ¡Señor, ten piedad! (Niño/a con
letrero: ‘Solo RECIBIR’ / Otro/a le entrega un nuevo letrero, el cual presentan
contentos: ‘MEJOR: DAR Y RECIBIR’)
2. Señor, caemos en el error de pensar en la
reencarnación y olvidamos que nos corresponde una sola muerte física y la
resurrección que Tú mismo ganaste para nosotros. ¡Cristo, ten piedad! (Niño/a con
letrero: ‘REENCARNACIÓN VS RESURRECCIÓN’ Otro/a le entrega un nuevo
letrero, el cual presentan contentos: ‘CREO EN RESURRECCIÓN’)
3. Señor, acostumbramos dar lo que nos sobra,
tenemos miedo de ser generosos. ¡Señor,
ten piedad! (Niño/a con letrero:
‘Ve si sobró algo y dáselo’ Otro/a le entrega un nuevo letrero, el cual
presentan contentos: ‘¡SEAMOS GENEROSOS!’)
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Cuando
damos atendiendo a la necesidad del otro y no a nuestras seguridades y
cálculos, siempre seremos recompensados por el Señor. En el libro de los Reyes
–que es nuestra primera lectura de hoy—se narra la historia del profeta Elías y
una viuda pobre, quien apenas tenía alimento para comer una vez ella y su hijo.
Pero confió en el hombre de Dios, cuidó de él y jamás le faltó el alimento ni a
ella ni a su hijo.
SALMO.- Al final
del libro de los salmos nos encontramos con seis salmos de alabanza a Dios; el
salmo 145 es el primero de esta serie. Utilizado como oración de la mañana por
los judíos, alabaremos a nuestro Dios, quien bien sabe ser generoso y nos da
cuanto necesitamos.
SEGUNDA.- En la
segunda lectura continuamos leyendo fragmentos de la Carta a los Hebreos.
Jesucristo, establecido sin lugar a dudas como Sumo Sacerdote, ha hecho lo que
nadie ha podido ni podrá hacer: dar muestra del amor más grande entregando su
propia vida para el perdón de los pecados de toda la humanidad, uniéndonos
definitivamente al Padre.
EVANGELIO.- San
Marcos nos presenta otra viuda pobre, pero muy generosa, quien entendía que no
se debía dar limosna de lo que sobrara, sino lo que se comprendía correcto..
Muchas veces ayudamos a personas necesitadas con lo que sobra o molesta; pero
el Señor pide más. Él quiere que nuestra generosidad se mida en la necesidad de
aquel a quien ayudaremos, quiere que demos con alegría. Quiere que nos llenemos
de la alegría de dar, de darnos.
ORACIÓN DE
LOS FIELES
1. Oremos
por la Iglesia. Para que atraiga a los hijos alejados a la vivencia del
amor de Dios que llama y congrega. Roguemos
al Señor.
2. Oremos
por los gobernantes del mundo. Para que aprendan a hacerlo desde la
generosidad que la misma naturaleza manifiesta para todos y que valoren a sus
ciudadanos, para quienes han de ser humildes servidores. Roguemos al Señor.
3. Muchas
personas sufren pobreza y soledad, y no encuentran manos amables que los
socorran. Señor, que descubramos que la dicha de ayudar a quien lo necesita
se nutre en la felicidad que se causa a otro y en tu generoso auxilio. Roguemos al Señor.
4. Hoy
queremos orar por todas las familias, especialmente por las nuestras, con
situaciones particulares que Tú, Señor, bien conoces. Que tu misericordia traspase
toda carencia, exceso o defecto y sean renovadas. Roguemos al Señor.
5. Recordamos
a tanta gente generosa alrededor nuestro que nos sostienen y fortalecen, nos ayudan
y protegen y siempre están dispuestos a escucharnos. Cólmalas, Señor, de
tus bendiciones. Roguemos al Señor.
6. Por
quienes sufren porque no conocen a Dios, se sienten solos o atribulados; por los
que carecen de lo necesario o están enfermos en su cuerpo, mente o espíritu.
Te pedimos sean bendecidas, Señor. Roguemos
al Señor.
7. Como
Iglesia que camina a tu encuentro, Señor, intercedemos por todos los difuntos,
Iglesia purgante. En este día te entregamos una súplica de perdón por las
faltas cometidas por ellos y contra ellos. Roguemos
al Señor.
OFERTORIO
En esta plantita queremos entregarte, Dios uno
y Trino, la creación entera. Pleno
de generosidad no escatimaste esfuerzos ni detalles para dárnosla hermosa.
Queremos tratarla, también, con generosidad. . (Familia
portando una planta)
Queremos darlo todo en este niño/a y su familia, en quienes te consagramos, Señor,
nuestras familias, mensajeras de una vida mejor en Ti.
Jesús, Tú nos hiciste hijos del Padre en ti y
nos entregaste a tu Madre, María. Sigue custodiando esa entrega con tu presencia eucarística, que
necesitamos y agradecemos. (Familia
portando el pan y el vino)
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