Solemnidad de Corpus Christi, Misa Familiar, 3 de junio de 2018
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días! Sean bienvenidos a nuestro encuentro
eucarístico de este día, día grande, en que celebramos Corpus Christi, esto es,
la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, que expresa la gratitud y el recuerdo
de los cristianos por la divina gracia de este sacramento, por el que se hace
nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de
Nuestro Señor Jesucristo.
Dispongámonos,
ahora, puestos de pie, para iniciar la gran Fiesta Eucarística. Cantemos y
recibamos al celebrante.
PENITENCIAL
a)
La Eucaristía es fuente de vida, santidad,
entrega y amor. Muchas veces la recibimos en automático. Pidamos perdón si
comulgamos para que nos vean o sin estar debidamente preparados para recibirla.
¡Señor, ten piedad!
b)
¡Dios puede transformar nuestra
existencia! Aunque Él mismo se nos
entrega en la Eucaristía, no
valoramos Su presencia entre nosotros. Pidamos perdón por las veces en que
damos importancia a la celebración social y pasamos a Jesús a un segundo o
tercer lugar. ¡Cristo, ten piedad!
c)
Nos acercamos a la Eucaristía sin hambre
de Dios, pendientes más del chicle o la chuchería que, porque nos gustan
demasiado, escondemos un momento para seguir disfrutándolos. Tú pasas a
ser, Señor, mi cumplimiento, pero no Te valoro ni Te disfruto. ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Eucaristía es sacrificio y entrega incruenta de Jesús por nosotros, sellando la
Alianza nueva y eterna para animarnos e impulsarnos a seguir siempre adelante, al
liberarnos del pecado. Así, aunque nuestros ojos no puedan ver la figura humana
de Jesús, es Él mismo quien se nos da con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Creer en la Presencia real de Cristo Resucitado nos llevará
a un verdadero ‘encuentro eucarístico’ de común unión.
Pidamos que Su
Espíritu nos fortalezca, nos ilumine y nos llene de su paz.
1. Tú eres fiel,
Señor Jesús. Bendice a la Iglesia, a cada
bautizado, dondequiera que se encuentre, para que sea fiel a la misión que le
has encomendado. Roguemos al Señor.
2.
Tú nos diste el ejemplo de cómo servir. Bendice a los ministros de tu Iglesia -el Papa Francisco;
nuestros obispos: …; a nuestros sacerdotes: …- para que todos ellos sientan el
gozo de servir al rebaño que Tú mismo les has confiado. Roguemos al Señor.
3.
Tú eres ‘la Iglesia’.
Bendice nuestra vida comunitaria, nuestro crecimiento como vecinos,
estudiantes, trabajadores, de modo que se pueda observar cómo nos amamos. Roguemos al Señor.
4.
Tú eres Familia Trinitaria, Señor. Bendice nuestros hogares para que tengamos el valor de
cambiar nuestras actitudes que los destruyen y empobrecen. Roguemos al Señor.
5.
Tú eres el Camino, Señor Jesús.
Bendice nuestros pasos y acompáñanos en nuestras decisiones. Roguemos al Señor.
6.
Tú eres la Verdad, Señor Jesús.
Bendice nuestra voluntad para que seamos auténticos y aprendamos a vivir en tu
Verdad. Roguemos al Señor.
7.
Tú eres el Príncipe de la Paz.
Bendice nuestra historia personal y comunitaria con esa Paz que no es como la
que da el mundo. Roguemos al Señor.
8.
Tú nos enseñaste que existe la Vida
Eterna. Bendice nuestro recuerdo de quienes ya han pasado de esta vida a la
verdadera y dales a todos ellos el descanso que esperaron. Roguemos al Señor.
MONICIONES
DEL OFERTORIO
CÁLIZ Y VINAJERAS
Traemos ante Tu altar, Señor, una ofrenda que el
hombre elabora para que Tú la transformes. Es que, aunque nuestros ojos no lo
puedan distinguir así, ellas serán tu Cuerpo, tu Sangre, tu Alma y tu
Divinidad, que se nos darán en el Alimento para la Vida verdadera y para
nuestra Salvación, Señor.
Por
todo esto, ¡GRACIAS, Señor!
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