Domingo después de Pentecostés, La Santísima Trinidad, 27 de mayo de 2018
¡Muy buenos días, hermanos!
Sintámonos en casa y dispongámonos a alabar a Dios.
Hoy nos
corresponde descubrir que Dios es familia:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los Tres viven bajo el mismo amor y con el mismo
amor. Su amistad, su esencia, se entiende desde el amor. Por eso, siendo que
jamás lo podremos entender, la Santísima Trinidad constituye un gran misterio
que adoramos, reverenciamos, cantamos y amamos.
Tres Personas distintas que tienen
una misma Naturaleza, Familia de amor a la que nos emparentamos en Cristo, ¡amor
para agradecer
Dispongámonos,
ahora, puestos de pie y cantando, a iniciar la Fiesta Eucarística. Recibamos al
celebrante.
PENITENCIAL
1. Dios es amor. ¿Por
qué nos cuesta vivir en la fraternidad y en la amistad los unos con los otros? Señor, ten piedad.
2. Dios nació en
Cristo. ¿Por qué muchos hombres sólo ven a Jesús como un “líder” y olvidan que Él
es el Hijo de Dios? Cristo, ten piedad.
3. Dios habla por el
Espíritu Santo. ¿Por qué olvidamos que el Espíritu Santo nos acerca al Señor,
nos lleva a un conocimiento de Su Persona y nos fortalece en la fe? Señor, ten piedad.
MONICIÓN A LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Dios salva y hace a su pueblo signo de salvación para
todos. La primera lectura, del Libro del Deuteronomio, expresa que el Señor es
el único Dios en el cielo y en la tierra. Y porque quiere nuestra felicidad, su amor se
manifiesta en toda la creación.
SALMO.- Dios es providente y está presente en cuanto existe, en
cuanto sucede. El Salmo 32 alaba esta presencia divina y nos invita a hacerlo,
a reconocer su poder y su grandeza y, sobre todo, a percibir y transmitir ese
amor que da origen a todo y lo sostiene.
SEGUNDA.- San Pablo escribe en su Carta a los Romanos sobre una
cuestión muy simple: Así como Jesús es ‘el Hijo’, por el Espíritu Santo
nosotros hemos sido hechos ‘hijos de Dios’, herederos del Reino. Y fue el mismo
Jesús quien nos enseñó a llamar ‘Abba’ –esto es, ‘Padre’- a Su Padre.
EVANGELIO.- San
Mateo nos presenta el Misterio Trinitario de Dios que es, para nosotros, señal
y misión. Los bautizados hemos emparentado con la Familia Trinitaria –hijos adoptivos
del Padre, hermanos de Jesús, depositarios del Espíritu- y debemos enseñar al
mundo el mensaje de Cristo en palabras y obras.
ORACIÓN DE LOS FIELES
El amor de Dios Padre, de nuestro Señor Jesucristo y del
Espíritu Santo constituye la revelación del mismo Dios a nuestras vidas. Oremos
como Iglesia para que Su Espíritu Santo nos llene de paz.
1.
Por la Iglesia. Por el Papa
Francisco y por todos los obispos. Para que cuenten siempre con el aliento del
Espíritu Santo y puedan llevar a cabo la misión que Jesús ha confiado a sus
Apóstoles para gloria del Padre. Roguemos
al Señor.
2.
Decimos que Dios es amor. ¿Pero
amamos a los demás? ¿Sirve de algo decir esto si, luego, no se ve que damos y
ofrecemos cariño? Para que nos tomemos en serio las palabras de Jesús. Roguemos al Señor.
3.
Te encomendamos a todos los
sacerdotes, religiosos y religiosas. Cuídalos en sus necesidades personales.
Que haya abundancia de vocaciones auténticas y que sean tenidos por amigos y servidores en las comunidades donde se encuentren. Roguemos al Señor.
4.
Oremos
por nosotros y nuestras situaciones particulares. Para que busquemos más lo que
nos une que aquello que nos separa y podamos conseguir ser la gran familia de
los hijos de Dios. Roguemos al Señor.
5.
Por
los niños, niñas y adolescentes que ya hicieron su Primera Confesión o Comunión
o su Confirmación, especialmente por aquellos que no han vuelto a visitar a su
Amigo Jesús, para que tomen conciencia del inmenso amor que hay detrás de los
sacramentos recibidos. Roguemos al
Señor.
6.
Queremos suplicarte, Señor, por las
familias que tienen niños y jóvenes, por cuanto son ellas las que enseñarán a
sus miembros, con su ejemplo, a perseverar en la fe y asumir con alegría el
compromiso de formarlos para conocer nuestra fe, a no conformarse con ‘salir’ de cada sacramento sino, más
bien, amarte y servirte, Señor, en quienes los rodean. Roguemos al Señor.
7.
Te suplicamos, Señor, llenes de
bendiciones a todos los catequistas para que puedan seguir predicando al Dios
Uno y Trino y dándolo a conocer con su palabra y su ejemplo de vida. Bendice,
sobre todo, sus situaciones difíciles y haz que Te descubran en ellas cada día.
Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. Con esta cuerda con tres nudos. Queremos
representar la grandeza de la Santísima Trinidad. Su unión, su fuerza, su amor.
El Padre y el Hijo y el Espíritu están poderosamente unidos por el amor de
Dios.
2. Con esta linterna queremos expresar el efecto
que causan en el mundo entero las personas que oran e interceden por toda la
humanidad.
3. Con el pan y el vino traemos hasta el altar
la ofrenda por excelencia. Que el Señor nos ayude a estar en comunión con el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y a ofrendarnos cada día a quien necesite Tu
auxilio, Señor.
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