VI Domingo de Pascua, Misa Familiar: Día de las Madres, 6 de mayo de 2018
¡Muy buenos días, hermanos y hermanas!
Sintámonos bienvenidos a nuestra Celebración del VI Domingo de Pascua, cuando
resuena la invitación a sentir que Dios es amor y, por tanto, a vivir en un
amor que se nos note, sin olvidarlo ni dejar que el egoísmo lo oculte.
Y qué hermoso que en este Domingo del amor
celebremos a tantísimas mujeres que se han prestado para colaborar con Dios en
el proceso creador, al permitirse ser madres. Privilegiadas criaturas que viven
ese sí del servicio al hijo, a la hija y a la sociedad, desde su pequeñez y su
grandeza. ¡Dios bendiga a todas las madres!
Así que, con toda nuestra alegría, pongámonos
de pie y sigamos viviendo la Pascua. Iniciemos nuestra celebración cantando
mientras recibimos al celebrante.
PENITENCIAL
ü Porque
olvidamos honrar y agradecer a nuestros padres y madres. ¡Señor, ten piedad!
ü Porque
creemos que las mamás son responsables de todo en la casa y las agobiamos. ¡Cristo, ten piedad!
ü Porque
ignoramos la carga de dolores de nuestras madres y cuánto le hacen falta
nuestras expresiones de amor. ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
El tema de hoy es el amor y la alegría que produce vivirlo
al estilo de Cristo; amor que es entrega, que no califica a los demás ni exige
nada a cambio. Y, porque Dios es Amor, nos amó primero, entregándosenos sin ningún
tipo de condiciones. Así hemos de amar también nosotros, aunque pueda doler.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Por la Iglesia. Para que al Papa Francisco y a todos los
obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, a cada bautizado, se nos note que
somos capaces de amar; que, a pesar de los limitantes que cada uno de nosotros
tenemos como personas, se pueda descubrir fácilmente que actuamos desde el más
grande amor: el amor de Dios. Roguemos
al Señor.
2. Por todos nosotros. Para que no nos cueste tanto amar.
Para que descubramos que mientras más amemos, seremos capaces de dar y recibir
más amor. Roguemos al Señor.
3. Para que aprendamos a ver más allá de los rostros, de
las arrugas o de las angustias de quienes nos rodean. Para que aprendamos a
descubrir en ‘los otros’ el Rostro de Cristo, que expresó amor aún en la Cruz. Roguemos al Señor.
4. Por todas las madres, para que el Señor les conceda
amor, paciencia, capacidad de perdón y de servicio inagotables, de modo que nos
sintamos amados por Dios a través de ellas. Roguemos al Señor.
5. Por las madres que están enfermas, solas o sufriendo
situaciones difíciles, por las madres que están presas. Roguemos al Señor.
6. Por las madres que decidieron no estar con nosotros. Por
las madres ya no pueden estar con nosotros. Las encomendamos a nuestra Mamá
María. Roguemos al Señor.
7. Por los niños y jóvenes que pronto recibirán algún nuevo
sacramento: la alegría del Perdón o el Cuerpo de Cristo -por primera vez o con
más plena consciencia- o la Confirmación; para que dispongan sus corazones y
sus vidas para recibir y vivir al Señor Jesús. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. Hoy
presentamos dos palabras. La primera es “¡Gracias,
Señor!” Porque sentimos que debemos agradecerle al Señor el amor infinito
que nos tiene.
2. La
otra palabra es “¡Gracias, Señor, por
Mamá!” Porque sentimos que debemos darte gracias, Señor, porque tenemos una
Madre, bendición Tuya, a pesar de sus errores. ¡Bendícela, Señor, dondequiera
que esté!
3. De
tus innumerables bendiciones, la más humilde -pero la más plena- es la
Eucaristía. Por eso te queremos agradecer que este pan y este vino se han
de transformar en Ti mismo. Lo has hecho así por amor y para nuestra salvación.
¡Gracias, Señor, por tan grande Amor!
ACCIÓN DE GRACIAS
Señor, mi mamá no es
perfecta, ¡tiene muchos errores!
Pero cuando estoy cerca
de ella me siento segura(o), encuentro ánimos para luchar y seguir adelante. Sé
que se esfuerza en ser mejor, aunque muchas veces no logra lo que quiere.
Quisiera ser siempre pequeña(o) para que me levantara cuando me caigo y me
lastimo o cuando no alcanzo lo que busco. Quisiera tenerla siempre cerca para
descargar en ella mis dolores sabiendo que no guardará rencor. Quisiera
escuchar su voz siempre en medio de la oscuridad para sentirme segura(o) y
recibir su abrazo cuando tengo miedo.
Pero ella, no es
perfecta… Por eso se equivoca muchas veces… Por eso Te necesita tanto… ¡Por eso
Te doy gracias porque Mamá María es su modelo!… ¡Por eso Te doy gracias por
bendecirla siempre!
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