IV Domingo de Pascua, 22 de abril de 2018
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días tengamos
todas y todos! Estamos ya en mitad de la Pascua. Por eso, un Domingo más, les decimos: ¡Feliz
pascua de Resurrección!
Hoy celebramos una de las
páginas más bonitas del Evangelio: Jesús Buen Pastor. Las lecturas de
hoy nos hablan de un Jesús Resucitado que, después de sufrir y dar su vida por
nosotros, resucita, constituyéndose
en LA PUERTA por la que podemos entrar para llegar a Dios. Ojalá que todos los
domingos recorramos el mismo camino que Jesús hizo mientras estuvo con
nosotros: camino de servicio, de humildad, de esfuerzo por quienes nos rodean;
camino hacia Dios.
Asimismo, en este IV Domingo
del Tiempo Pascual celebramos el Día Mundial de Oración por las Vocaciones. La
mies es mucha y los obreros siguen siendo pocos. Por eso, tengamos una oración
y recuerdo agradecido por nuestros sacerdotes, por lo que hacen por nosotros y,
sobre todo, porque intentan llevarnos al encuentro con Dios, a pesar de sus
propias limitaciones.
PENITENCIAL
1. El Señor dio la vida por todos. ¿Y nosotros? Pidamos
perdón por cerrarnos en nuestra comodidad. ¡Señor,
ten piedad!
2. El Señor conoce cómo somos y cómo pensamos. ¿Por qué, a
veces, somos tan duros en nuestros juicios con los que nos rodean? ¡Cristo,
ten piedad!
3. Jesús es el Buen Pastor que nos conduce por caminos
seguros. ¿Por qué buscamos otros que nos llevan a la tristeza? ¡Señor,
ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.-
Recorriendo los Hechos de los Apóstoles nos centraremos en el Nombre de Jesús,
la piedra angular despreciada y sacada de lado por los poderosos de su tiempo
al crucificarlo. Actualizando la Palabra hemos de preguntarnos qué lugar ocupa
Jesús en nuestras vidas y cómo Le crucifico yo.
SALMO.-
El Salmo 117, utilizado en la procesión litúrgica de la fiesta judía de las
Tiendas o de los Tabernáculos, refleja –de manera sencilla y muy bien
ejemplificada- actitudes del que se sabe acompañado, sostenido y amado por
Dios. De ahí viene su gratitud.
SEGUNDA.-
¡Grande el amor de Dios! Tanto, que nos llama hijos suyos, pues en Jesús –el
Hijo- nos convertimos en sus hijos,
nos hicimos semejantes a Él. Por esa razón, un día lo veremos tal cual es. San Juan nos explicará sobre ese Amor de
Dios en el pequeño fragmento de su Primera Carta que escucharemos como primera
lectura.
EVANGELIO.-
El Evangelio de san Juan nos recuerda hoy que el amor entre el Padre y el Hijo
es mutuo y nosotros podemos vivir ese gran amor. Jesús se nos presenta como
pastor -y no uno cualquiera. Él es el
Buen Pastor, que nos cuida y guía por el buen camino, conoce nuestras
debilidades y necesidades tanto como nuestras fortalezas y posibilidades.
¡Dejémonos conducir por Él! Nada hay que temer.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Cristo nos necesita. Pidamos por el Papa Francisco, por
nuestro Arzobispo … y su Obispo Auxiliar …. Por toda la Iglesia. Para que
sean pastores que conduzcan al mundo al encuentro con Dios. Roguemos al Señor.
2. Nosotros les necesitamos. Pidamos al Señor en este día
por nuestros sacerdotes. Para que este día del Buen Pastor y todos los días,
les sostengan nuestra oración, nuestro entusiasmo y colaboración y nuestra
alegría por su ministerio sacerdotal en medio de nosotros. Roguemos al Señor.
3. El mundo les necesita. En esta Jornada por las
Vocaciones pidamos para que de nuestra parroquia salgan jóvenes que quieran ser
sacerdotes o religiosas. Necesitamos de personas que nos hablen de palabra y de
obra del amor que Dios nos tiene. Roguemos
al Señor.
4. Por todos los que estamos aquí, en este día del Buen
Pastor, celebrando la
Eucaristía. Para que conozcamos más la persona de Jesús. Para
que leamos la Biblia.
Para que escuchemos con atención su Palabra. Roguemos al Señor.
5. Por los tristes. Por los que han cerrado las puertas de
su corazón al amor de Dios. Por los que se han alejado y por los que ya han
muerto. Roguemos al Señor.
6.- Hoy queremos pedirte, Señor, que nos llames a servirte
según tu Voluntad. Que podamos responderte con amor para vivir la felicidad de
quien descubrió y atendió su vocación. Roguemos
al Señor.
OFERTORIO
Sin el pan y el vino
no hay Eucaristía y -Tú lo sabes, Señor- la necesitamos para seguir a
Jesús. En esta ofrenda te agradecemos la Salvación que nos ganaste y la
existencia de buenos pastores, nuestros sacerdotes, que consagran el pan y el
vino en cada altar, esperando tus más abundantes bendiciones para ellos. Por todo esto, ¡gracias, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Gracias, Señor, por habernos dado la Salvación que nos ganaste
con tan alto sufrimiento. Ayúdanos a parecernos cada día más a Ti y, así,
llevarte a todas las personas. Amén.
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