III Domingo de Pascua, Misa Familiar, 15 de abril de 2018
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos
ustedes! Hoy seguimos repitiendo la GRAN NOTICIA: ¡El Señor ha resucitado! Esto nos llena de contento, paz y deseos
de conocerlo mejor, seguirlo y servirlo dondequiera que nos encontremos.
Consideremos que el Señor nos preguntara
a nosotros: “¿Por qué surgen dudas en su interior?” Hemos de animarnos a responderle
entregándole nuestras vidas y nuestra fe, nuestra amistad y nuestro deseo de
hacer Su voluntad; así confirmaremos que desaparecerán nuestros interrogantes y
nuestras dudas, se renovará nuestra fe y nuestra vida.
¡Vayamos al encuentro de Jesús
Resucitado con cantos y alabanzas!
PENITENCIAL
•
Señor, muchas veces nos empeñamos en continuar haciendo lo que está mal; no nos
disponemos a cambiar para parecernos más a Ti. ¡Señor Resucitado, ten piedad! (Un niño/a presenta un cartel: Quiero cambiar, Señor)
•
Preferimos ser cristianos de cumplimiento y no de crecimiento; así evitamos los
compromisos reales de nuestra fe. ¡Cristo
Resucitado, ten piedad! (Un
niño/a presenta un cartel: Quiero comprometerme contigo, Señor)
•
Confundimos lo que Tú eres, Señor. Creemos que eres Dios de oscuridad, de
muerte y de muertos, de tristeza, de miedo. No descubrimos tu Presencia,
siempre cercana y transformadora. ¡Señor
Resucitado, ten piedad! (Un
niño/a presenta un cartel: Quiero encontrarte, Señor)
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
Para
toda persona es posible cambiar los errores cometidos mediante el
arrepentimiento sincero y la imitación a Cristo Jesús, el que resucitó de entre
los muertos y nos trajo Su vida plena de amor. Hemos de considerar que la
manera en que nos comportemos pondrá de manifiesto si conocemos al Señor Jesús
y guardamos lo que Él nos manda. Nuestras vidas han de expresar gratitud y
alegría porque el Señor siempre está presente en nuestras necesidades.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.-
A veces parece que no tenemos razones para estar alegres. Que sepamos llenarnos
de la alegría que, como Iglesia, debemos comunicar al mundo entero. ¡Que seamos
cristianos de Resurrección! Roguemos al
Señor.
2.-
Por todos los gobernantes del mundo, para que se sepan testimonio de vida y
tomen conciencia de que deben favorecer el desarrollo óptimo de la vida de
todos sus ciudadanos. Roguemos al Señor.
3.-
Por todas las personas que sufren, por las que no tienen lo necesario para
vivir dignamente, por los que no tienen trabajo o vivienda, por los que están
enfermos o sufren prisión, para que todos nosotros demos un buen testimonio
ayudándoles. Roguemos al Señor.
4.-
Por quienes han sido llamados y enviados a distintos lugares del mundo a
anunciar el Evangelio, con la fuerza de Cristo Resucitado para que lleven a
cabo su misión. Roguemos al Señor.
5.- Por quienes creen que Dios hará lo que nos
corresponde hacer a nosotros. Haz, Señor, que comprendamos que debemos cumplir
tus Mandamientos no solo para lograr la salvación sino, además, para ser
felices en este mundo. Roguemos al
Señor.
6.-
Tu Resurrección, Señor, nos asegura que también nosotros resucitaremos.
Recordamos a quienes ya han experimentado la muerte física. No tomes en cuenta
sus faltas sino el amor que siempre les animó y el gran deseo de salvación de
Tu Iglesia. Roguemos al Señor.
7.-
Por los que nos preparamos para la
Primera Confesión, Primera Comunión, Comunión de
Perseverancia o Confirmación. Para que vivamos este tiempo ilusionados por
conocer más y mejor a Jesucristo, por dejarlo estar presente en nuestras vidas.
Roguemos al Señor.
8.
Oramos por nuestras familias. Haz, Señor, que comprobemos que la misa dominical
nos ayuda a mantener la alegría y la unidad familiar y a fortalecer nuestra fe.
Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1.
Queremos entregarte la alegría de la Pascua cristiana.
Queremos que se note, en nuestras palabras y actitudes, que Cristo es
importante en nuestras vidas. Por eso este
niño con estos globos expresa
nuestro deseo. (Pasan
dos niños portando globos y la palabra: Alegría)
2.
Jesús ganó para nosotros, con su Muerte y Resurrección, la posibilidad de vivir
un día eternamente. ¡Gracias, Señor por la
vida! (Pasan cuatro niños portando las letras de la palabra:
Vida)
3. No importa cuántas cosas Te entreguemos,
Señor, sabemos que el pan y el vino
son las auténticas, únicas y verdaderas ofrendas eucarísticas. Al llevarlas
hasta el altar Te entregamos nuestro deseo de mejorar nuestras relaciones con
Dios y con las personas, para que aumente nuestra fe en Jesús Eucaristía. .
(Portando el pan y el vino, llevan sobre
su pecho la palabra: Fe.)
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