III Domingo de Cuaresma, Misa Familiar, 4 de marzo de 2018
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos! Sean bienvenidos a la Eucaristía del Tercer Domingo de Cuaresma, momento propicio para revisar cómo van nuestras vidas.
Los Diez Mandamientos
son, realmente, diez consejos que da
Dios al ser humano para lograr la felicidad verdadera. En un mundo mucho más
cómodo, dejamos de lado la vida que da frutos y que conoce la Cruz con su
sabiduría.
Es en Jesús Resucitado
donde encontraremos la Presencia de Dios en medio de nuestras vidas; es a Él a
quien hemos de agradecer tanta misericordia.
PENITENCIAL
1. Porque
rechazamos tus Mandamientos por considerarlos imposición en lugar de
descubrirlos como consejos para lograr la felicidad de todos. Señor, ten piedad.
2. Porque buscamos la sabiduría del mundo y
despreciamos la sabiduría de Dios. Cristo,
ten piedad.
3. Porque en un mundo globalizado, hemos
llegado a pensar que todo sirve para todo, que da lo mismo estar en un templo que
en un centro comercial. Señor, ten
piedad.
MURAL DE
CUARESMA
Señor, hoy nuestros niños, niñas y jóvenes de
Catequesis presentan sus pequeños y grandes esfuerzos por hacer que todo sea
mejor. Te presentan en estos dibujos lo que aportaron durante la semana en el
hogar, en la escuela, el colegio o el liceo, entre sus compañeros, vecinos,
conocidos y familiares. Es buen momento para que los adultos revisemos cómo va nuestra
disposición para reconstruir el gran templo de Dios.
MONICIÓN
SOBRE LAS LECTURAS
Vivir nuestra fe nos da
la ventaja de descubrir la felicidad verdadera para otros y para nosotros
mismos. Tal es la locura de Cristo: darnos la Salvación; por eso, hemos de
hacer presente a Dios en todo lo que
hacemos, ya que Cristo se ha convertido en nuestro compañero en toda nuestra
vida y hemos de esperarlo todo de Él,
escuchando sus Palabras que siempre son ciertas.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.- ¿Cómo quiere Dios que vivamos nuestra fe? Oramos
por la Iglesia toda, para que sepa presentar los Mandamientos como el camino
para lograr la felicidad. Oremos.
2.- El mundo entero es el ‘gran templo de
Dios’. Para que se manifieste la necesaria corrección a todo lo que lo daña.
Para que no hagan falta calamidades naturales sino un descubrir a Cristo y su
gran amor por todos nosotros para que nos decidamos a ser mejores cada día. Oremos.
3.- En el Bautismo cada uno de nosotros fuimos
consagrados como templos vivos. Oramos por quienes pueden dañarlos física o
espiritualmente. Oramos por quienes utilizan su cuerpo como si fuera poco
importante. Oramos por quienes siembran violencia. Oremos.
4.- Descuidamos la importancia de la oración,
la caridad y la confianza en Dios. Oramos para que lo descubramos y comencemos,
aunque sea poco a poco, a encontrarnos contigo, Señor, y descubrirte en las
personas. Oremos.
5.- Hay muchas familias de nuestra comunidad
que están participando, a través de sus niños y jóvenes, en los diferentes
niveles de Catequesis. Oramos por las situaciones de dolor o necesidad que
puedan estar viviendo y suplicamos que este proceso constituya para todos ellos
un avivamiento de su fe. También oramos por la salud de nuestros catequistas y catequizandos.
Oremos.
6. Muchas personas han muerto con la esperanza
de resucitar. Oramos por ellos y por nosotros para que, un día, todos tengamos
un cuerpo resucitado y gocemos la Presencia plena del Señor y Le adoremos. Oremos.
OFERTORIO
Señor, con nuestra ayuda o sin ella hemos
desarrollado muchas formas de dolor y muerte en el mundo. ¡Hemos dañado lo que
tan sabiamente hiciste para la humanidad! Con el pan y el vino queremos
entregarte los dolores de la humanidad, de nuestro país, de nuestras familias,
de nuestros más pequeños, porque Tú eres la Vida verdadera y entendemos que
sólo Tú puedes transformarlos sobre este altar. ¡Gracias, Señor, porque siempre
nos escuchas!
ORACIÓN
FINAL
Señor, Tú lograste para nosotros la Salvación a
través del sacrificio en la Cruz de tu Hijo amado, Jesucristo. En Él hemos sido
constituidos Iglesia, templo del amor de Dios. Danos el valor de ser cristianos
auténticos dondequiera que nos encontremos. Amén.
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