II Domingo de Cuaresma, Misa Familiar, 25 de febrero de 2018
¡Muy
buenos días, queridas familias, queridos niños, niñas y jóvenes! Sean todas y
todos bienvenidos a la Eucaristía de este II Domingo de Cuaresma, en la que
descubriremos que el amor de Dios no solo establece señales de Alianza con
nosotros, sino que ha llegado hasta a entregar a su propio Hijo Único,
Jesucristo, por nosotros.
Nuestro
Padre Dios, ante el incomprensible y ya próximo sacrificio de Cristo en la Cruz,
muestra a tres de sus Apóstoles la
gloria de Jesús, hecho que fortalecería y sostendría su fe llegado el momento
de la prueba.
PENITENCIAL
1. Porque nuestra
confianza en el Señor es muy débil y exigimos pruebas; confiamos más en las
personas que en Él. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque no
entendemos tu entrega total por amor a nosotros y preferimos pensar que ‘lo de Jesús’ no fue tan duro, así que nosotros
no tenemos que dar tanto. ¡Cristo, ten
piedad!
3. Buscamos tu
Presencia, Señor, donde ocurren portentos y fenómenos asombrosos; y Te negamos
en el dolor de cada día. ¡Sólo buscamos milagros y alegrías! ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
El Dios fiel y
cercano está presente en nuestros momentos de dolor tanto como en los de gozo y
alegría. Él nos ama y protege. Su amor es constante entrega, aceptación y
manifestación. No pide pruebas: las da, tanto en la alegría como en el dolor.
Ha sido capaz hasta de entregar a su Hijo Único por nosotros.
ORACIÓN
DE FIELES
1.- A veces parece que, quienes conformamos tu
Iglesia, hemos olvidado tu manifestación gloriosa en el Tabor. Pedimos que
infundas tu Santo Espíritu en el Papa, los obispos y cada sacerdote, religioso
o religiosa, así como en cada bautizado, de manera que veamos tu Luz y
caminemos seguros de tu compañía y protección. Roguemos al Señor.
2.- Los problemas que vivimos cada día nos
abaten y desestabilizan. Creemos que nada podemos hacer. Oramos para que
nos restablezcas en tu amor y queramos permanecer contigo sin importar cuántas
dificultades tengamos que superar. Roguemos
al Señor.
3.- Hay personas que dan la espalda al dolor y
se dejan convencer de que sólo tienen que gozar la vida. Haz, Señor, que
nos transformemos y que seamos sensibles al dolor y, con nuestras oraciones y
esfuerzos, podamos ser mejores personas y ayudar a otras. Roguemos al Señor.
4.- A veces pensamos que ser buenos ciudadanos
es distinto de ser buenos cristianos. Oramos por quienes conformamos
nuestra historia nacional y regional, para que aportemos esfuerzos por dejar
atrás las dificultades que hoy nos afectan y gocemos en su transformación. Roguemos al Señor.
5.- Nuestros hogares viven grandes dolores,
pero tienen grandes potencialidades. Danos tu Luz, Señor, para que podamos
fijarnos en todos los valores que los unen y los construyen y vivamos la
realidad de tu amor y de tu paz. Roguemos
al Señor.
6.- Recordamos a muchas personas que fueron
parte de nuestras historias personales, pero que ya se han ido de manera
definitiva. No les tomes en cuenta, Señor, sus faltas, sino el gran amor
que tienes a tu Iglesia. Roguemos al
Señor.
6. Muchos niños y jóvenes están creciendo
privados de lo que necesitan, material social o espiritualmente hablando.
Oramos por ellos para que, pareciéndose más nuestros corazones al de Jesús,
poco a poco se vayan cambiando estas duras realidades de nuestro mundo. Roguemos al Señor.
7. Por
los niños, niñas y jóvenes de la Catequesis, para que vayan más allá de
hacer su Primera Confesión o Comunión y descubran que tienen un verdadero Amigo
en Jesús, el mejor modelo para sus vidas. Roguemos
al Señor.
MURAL
DE CUARESMA: II DOMINGO
Luego
de nuestro segundo encuentro cuaresmal de Catequesis -y buscando prepararse
bien para la Semana Santa-, nuestros catequizandos responden a la pregunta: ’¿Qué podemos hacer para agradar a Dios?’
con estos sencillos dibujos que intentan animarnos -también a nosotros- a hacer
un mundo más hermoso. Los símbolos son: MANOS (para quien haya ayudado a hacer
algún trabajo en el hogar), CORAZÓN (si ha sido compañía para alguien que sufra
soledad), CHUCHERÍA (si ha compartido o trajo limosna o alimento), PIES (pues
ha visitado a un enfermo o hecho un mandado, de buena gana y sin recibir pago),
LIBRO (por el cumplimiento de sus tareas), MANOS JUNTAS (cuando se haya
acordado de rezar), SENTIDOS (cuando los ha usado correctamente) u OTRO que
represente su sacrificio.
OFERTORIO
Creemos, muchas
veces, que Tú estás con nosotros sólo cuando Te manifiestas de manera
espectacular, como en la Transfiguración. Llevamos hasta tu altar las especies
del pan y del vino, convencidos de que Tú actuarás con el mismo amor y poder de
siempre. Que al celebrar tu Presencia Eucarística nos abramos a Ti y lo
esperemos todo de Ti. Que creamos que sobre el altar ocurrirá el más grande de
los milagros. Nuestros sentidos no lo percibirán, pero nuestros corazones lo
experimentarán. ¡Gracias, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Señor, sabemos que
estás con nosotros en las buenas y en las malas. Sabemos que eres
incomparablemente misericordioso y que actúas con poder en nuestras vidas. Que
podamos vivir la experiencia del Tabor en los momentos duros que, seguro, nos
tocará experimentar. ¡Gracias, Señor de nuestro Tabor!
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