II Domingo del Tiempo Ordinario, Misa Familiar, 14 de enero de 2018,
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para
todos los hermanos! Al darles la bienvenida a nuestro encuentro semanal con el
Señor en el II Domingo del Tiempo Ordinario conviene que estemos atentos a la necesidad
de escuchar al Señor que nos habla y, así, actuar según su voluntad, llevando su
mensaje a otros... Al escuchar al Señor y descubrirlo podremos mirarnos y
decidir cómo dejarlo actuar en nosotros y en nuestro prójimo, haciendo posible
que Él extienda su Reino de amor, de justicia y de verdad.
Sintonizando con estas
ideas, recordemos que la Iglesia nos invita a celebrar hoy la Jornada Mundial
del Migrante y del Refugiado 2018, porque “a cada ser
humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el
Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia.”
PENITENCIAL
•
Señor, estamos distraídos y no te escuchamos, aunque sabemos que te necesitamos.
Señor, ten piedad.
•
Porque creemos que Tú no haces falta en nuestra casa, donde estudiamos, vivimos
o trabajamos; porque te dejamos fuera de nuestras vidas y te encerramos en el
templo. Cristo, ten piedad.
•
Porque acortamos el tiempo que te regalamos, porque creemos que no te
necesitamos, porque no gustamos de permanecer contigo. Señor, ten piedad
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
Dios
se comunica con nosotros; pero solo quien se dispone a escucharle puede abrirle
su vida y su corazón para que Él se instale en medio de su existencia y llegue
a todos sus ambientes, haciéndolo director de sus actos, comunicación novedosa
de la Verdad.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.-
La Iglesia ha sido llamada por el mismo
Jesús para entregar su mensaje al mundo. Para que permanezca en la presencia
del Señor y sea testigo de su amor en medio de todos, que tanto lo necesitamos.
Oremos.
2.-
El Papa Francisco y cada consagrado han
de transmitir con valentía el mensaje de Jesús y ser la voz de los más débiles
y olvidados. Para que su llamado lleve a muchos hombres y mujeres buenos a
permanecer con Jesús y servirle. Oremos.
3.-
¡Somos el pueblo de Dios, aquí reunido!
Para que comprendamos que esta casa no tiene paredes reales y todas las
personas caben en ella. Para que las ayudemos, porque eso es lo que Jesús haría
por ellas. Oremos.
4.-
Hay muchos migrantes y personas que
huyen de la pobreza y la violencia. Oremos por todos ellos, para que la paz
y la prosperidad toquen a todos y reine la armonía y la justicia. Oremos.
5.- Dios se acerca a cada persona y la llama. Por
nosotros y nuestras familias, para que recibamos la llamada de Dios con alegría
y nos hagamos cercanos a Él. Oremos.
6.-
Muchos buscan al Señor, le quieren
transmitir o le han descubierto bajo la apariencia del pan y del vino. Para
que aprendamos a escucharle y comunicarle en nuestra oración personal y en nuestra
vida diaria. Oremos.
7.-
Oremos por quienes participamos en la
Catequesis. Para que, encontrando al Señor, escuchemos su llamado y le
respondamos permaneciendo junto a Él, siguiendo su camino. Oremos.
OFERTORIO
1.
Nuestros oídos, Señor, se entretienen en los ruidos del mundo. Hoy queremos
separarnos un poco de eso y darte un espacio en el silencio, para escucharte. (Unos niños pasan con sus celulares y audífonos y, alegres,
deciden dejar el ruido del mundo ante Jesús, para escucharlo).
2.
Vivimos en medio de migrantes, hermanos nuestros, hijos tuyos, Señor. ¡Con
ellos, vamos a tu encuentro! Te ofrendamos nuestra
disposición para vivir el amor.
3.
Queremos que el mundo sea mejor. Comprendemos que podemos colaborar para
lograrlo. Te entregamos el pan y el vino
que nos harán más parecidos a Ti, Señor. Contigo triunfaremos hasta sobre
nuestras propias debilidades. ¡Gracias, Señor!
ORACIÓN FINAL
Señor, creí que podía vivir sin Ti, pero
reconozco que me equivoqué. Creí que podía darte un poquito de mí, pero hoy
siento que soy completamente para Ti. Creí que nadie Te necesitaba, pero ahora
veo que este mundo sin Ti no funciona. ¡Quédate, Señor, con nosotros, pues
queremos quedarnos contigo!
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