I Domingo de Adviento, 3 de diciembre de 2017
LA CORONA DE ADVIENTO
¡Muy buenos días para
todos los presentes! Ha llegado un tiempo especial de preparación para la
Navidad; tiene una duración de cuatro semanas y lo conocemos como Adviento.
Encenderemos cuatro velas de diferentes colores, una cada semana. Cada color
nos invita a fijarnos en aspectos de interés para favorecer dicho proceso.
Hoy iniciaremos
encendiendo la vela morada. La
invitación es a llenarnos de estar
vigilantes.
PRIMER DOMINGO
(BENDICIÓN)
Bendice, Señor y Dios nuestro, este Misterio preparatorio del Adviento,
reflejo de nuestra vida orientada hacia Ti, en quien esperamos.
Bendice, Señor y Padre nuestro, este cirio que significará tu presencia en
medio de nosotros. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
(Se
acercan un adulto y un niño/a; aquel enciende el primer cirio (morado,
como signo de vigilancia y deseos de conversión.)
MONICIÓN DE ENTRADA
Ya hemos llegado al I
Domingo de Adviento. Llenos de alegría profunda porque hemos conocido el
mensaje de la Salvación que nos trajo Jesucristo, reconocemos que todavía
tenemos tiempo para cambiar, recobrar fuerzas en el Señor para salir a su
encuentro y latir al compás de ese Niño que, naciendo en la más absoluta
pobreza, nos trae la mayor riqueza: la eternidad.
PENITENCIAL
1.- Necesitamos
cambiar, Jesús, porque olvidamos hacia dónde vamos y perdemos la esperanza. ¡Señor, ten piedad!
2.- Necesitamos
despertar, Jesús, porque preferimos seguir viviendo siempre igual, evitando el
esfuerzo de parecernos a lo que nos enseñas. ¡Cristo, ten piedad!
3.- Necesitamos estar
alerta, Jesús, porque no sabemos cuántas oportunidades tendremos para ser
mejores personas. ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA: Dios
es nuestro salvador y siempre nos es favorable. Nosotros somos pecadores y,
muchas veces, causamos sufrimientos y desequilibrio. Cuando clamamos a Dios, Él
realmente descenderá hasta nosotros,
porque realmente le importamos.
SALMO: Oraremos con el salmo
79. El amigo de Dios sabe cuánto nos ama este y, aunque sufre por las
situaciones de dolor que se presentan a diario, entiende que solo Dios mismo
puede ayudarnos a superar tanto mal. Sabiéndose escuchado, el hombre de fe espera
ser atendido y promete dar gracias.
SEGUNDA: Como cristianos que
somos, hemos de vivir unidos a Cristo; pero, además, hemos de hacerlo esperando
su segunda venida, gloriosa, al final de los tiempos.
EVANGELIO: Aunque
no sepamos cómo lograr la felicidad en esta vida, hemos de procurarla para
todos. ¡A despertarnos, pues hay mucho por hacer! Y, como no sabemos cuándo
volverá el Señor, debemos estar atentos y bien preparados para cuando venga.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Por la Iglesia –
formada por todos los bautizados-
para que dejemos que la esperanza nos impulse a mejorar nuestras actitudes de
cada día. Oremos.
2. Por los pueblos que
viven dificultades, para que se abran
caminos nuevos y puedan superarlos con vistas a la paz y la unidad de todos. Oremos.
3. Mucha gente sufre en el
mundo. Para que ayudemos a los que
sufren y están cerca de nosotros. Que seamos conscientes del gran amor de Dios
al hacerlo. Oremos.
4. Por todos nosotros aquí
reunidos, para que demos cabida al amor
de Dios para transformarnos y podamos llevar al mundo que está ahí afuera la
esperanza del Dios hecho hombre. Oremos.
5.
Por nuestra parroquia,
para que la alegría y la esperanza ante el nacimiento de Jesús nos impulsen a
la unidad y la fraternidad, al perdón y la entrega, a la Misericordia. Oremos.
6. Por los que ya duermen
el eterno descanso, para que reciban
aquello que creemos. Oremos.
OFERTORIO
Señor, queremos
ofrecerte esta cunita donde queremos
que Tú descanses. Ella representa nuestros
corazones, que te ofrecemos llenos de esperanza.
Con este pan y este vino queremos alabarte,
Señor, y declarar ante todos que creemos que Tú estarás realmente presente en
ellos al ser consagrados, constituyéndote en nuestro alimento.
ORACIÓN FINAL
Gracias, Señor, por
venir a despertarnos con tu llamado a estar vigilantes para recibir a quien Tú
enviaste y llevarlo a todos. Amén.
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