XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Misa Familiar, 23 de julio de 2017
¡Muy buenos días para todas y todos! Reciban nuestro más afectuoso
saludo en el inicio de la Eucaristía del Domingo Décimo Sexto del Tiempo
Ordinario, día en que se nos invita a entender que Dios nos ama de manera
perfecta, como el Dios único que existe, justo y fiel, siempre decidiendo a
nuestro favor. Que nuestra respuesta sea de absoluta confianza y paciencia ante
el Señor y cuanto existe: Él actuará en el momento adecuado.
Dios necesita que seamos levadura, trigo a pesar de la cizaña
Sigamos sembrando y esperando en Dios
PENITENCIAL
a)
Porque nos buscamos dioses que actúen según nuestra voluntad. ¡Señor, ten piedad!
b)
Porque muchas veces creemos que Dios nos hace sufrir, enviándonos calamidades,
y hasta dejamos de orar. ¡Cristo,
ten piedad!
c)
Porque nos cuesta esperar la respuesta de Dios y lo acusamos de no escucharnos.
¡Señor, ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
¡Cuánto nos cuesta ser pacientes y entender que el Señor -único y
bondadoso sin medida- está pendiente de
nosotros, buscando siempre nuestro bien real y dispuesto a ayudarnos para que
obtengamos lo que verdaderamente nos conviene!
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1)
Por la Iglesia, para que transmita con bondad las enseñanzas del Señor y
defienda el bien ante el mal. Roguemos
al Señor.
2)
Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes religiosos y diáconos, para que sepan
defender la fe recibida y no la acomoden a lo que el mundo cree. Roguemos al Señor.
3)
Por los gobernantes, para que, iluminados por Dios, se dejen ayudar en las
tareas que les han sido confiadas y busquen el bien de todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
4)
Para que las personas entendamos que nos corresponde a todos ser levadura que
fermente la fe recibida en nuestro bautismo, llevando los valores del Evangelio
a un mundo que se aleja cada vez más de Dios. Roguemos al Señor.
5)
Por cuantos son víctimas de la injusticia social o política que busca bienestar
para unos pocos ante la indiferencia del mundo. Para que confíen en el auxilio
divino. Roguemos al Señor.
6)
Finalmente, oramos por todos los difuntos. Agradecemos al Señor por habernos enriquecido
con la presencia en nuestras vidas de aquellos que ya no están. Le suplicamos a
Dios los colme de amor en la eternidad. Roguemos
al Señor.
OFERTORIO
Presentamos una
pancarta para mostrar nuestra reflexión final: ‘Dios es bueno y actúa para nuestro bien.’
Gracias, Señor, porque te nos
entregarás como nuestro Alimento en las especies de pan
y vino, las cuales te ofrecemos y en las que nos colmarás de tu amor.
ORACIÓN
FINAL
Padre Bueno, te damos gracias
porque estás presente en nuestras vidas con tu amor protector, danos un corazón
sensible para ser fermento tuyo y multiplicar tus enseñanzas entre nuestro
mundo actual.
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