Misa de Grado, 27 de abril de 2017
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenas tardes, hermanos y hermanas! Les damos la más
cordial bienvenida a esta Celebración en la que un grupo de estudiantes de
XXXXXXX queremos agradecer a Dios -como tantas veces lo hemos hecho- su
Presencia misericordiosa en nuestras vidas. Confiados en su auxilio en nuestro
desempeño profesional en diversas carreras, a saber: XXXXXXXXXXXXX,
XXXXXXXXXXXXX, XXXXXXXXXX, XXXXXXXXXXX, queremos agradecer, además, a tantos
familiares y amigos que nos han impulsado para llegar hasta aquí, pues han
sostenido nuestra decisión y empeño personales con su actitud, consejo o aporte.
¡El Dios de la infinita Misericordia los bendiga a todos!
El
Espíritu Dios se nos da sin medida y ha de animarnos a testimoniar a
Jesucristo, muerto y resucitado para nuestra Salvación; y ese testimonio nos
hará bienaventurados, mensajeros de una alegría que lo trasciende todo, que
llega a los demás porque brota de nuestras profundas convicciones en el amor de
Dios, que puede transformar al mundo y hasta a nosotros mismos para que demos
los mejores frutos. ¡Seamos causa de bendición!
¡Llenémonos de gozo y demos la bienvenida a
los Graduandos!
PRIMERA LECTURA
Con la Muerte y Resurrección de Jesús se
inauguran los tiempos del testimonio cristiano, los cuales se prolongan hasta
nuestras realidades personales. Seguir a Jesús implica, algunas veces, el
sufrimiento físico, moral, social… Los Hechos de los Apóstoles refieren el
valor de estos, que prefirieron honrar el Nombre de Jesús antes que a cualquier
otro nombre.
SALMO
El Salmo 33
es una elocuente invitación a dar gracias al Señor por sus bondades.
Centrado en los humildes y sencillos, que se consideran bienaventurados,
es un Dios que escucha nuestros clamores
y responde, vigila nuestros pasos para liberarnos y salvarnos. Por eso
corresponde darle gracias, alabarlo y glorificarlo con todo el corazón.
EVANGELIO
Se
proclamará el Evangelio según san Juan, donde se refieren palabras de Juan Bautista sobre Jesús, quien está
por encima de todos, por cuanto viene de lo alto, del cielo; su Palabra es
veraz, porque solo Él conoce lo de allá arriba. Para confirmar su condición, el
Padre lo ha autenticado con la unción del Espíritu Santo que el Señor da sin
medida. Hemos de ser testigos de su gracia transformadora.
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