III Domingo de Pascua, 30 de abril de 2017
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy bendecido día para todas y todos! ¡Que los corazones se alegren ante
la Presencia nutricional, sanadora, liberadora y transformadora de Aquél que
venció la muerte y nos trae su propia vida!
Hoy nos encontraremos con el paso glorioso de Jesús sobre nuestro pecado
en este altar, paso con el que se nos entrega incruentamente al Padre para
rescatarnos de la muerte, del pecado. Igualmente, se nos invita a reconocer al
Señor por la fe. Es más, se nos llamará a recobrar el ánimo ante nuestra propia
debilidad –que nos aleja de Dios- para comprender que el Señor siempre estará
entre nosotros, transmitiéndonos su propia Vida y recordándonos que sigue
esperando que Lo anunciemos a todas las personas, como testigos que somos de su
amor y de su poder
PENITENCIAL
v (Niño/a presenta
cartel: YO NO CREO EN NADA NI NADIE) Nos gusta quedar
bien con la gente y, con tal de lograrlo, llegamos hasta a negar nuestra fe en
Cristo Resucitado.
(El sacerdote exhorta y el niño/a dice… ) ¡Dios de la Vida plena, ten piedad de
nosotros!
v (Niño/a presenta
cartel: SOY FAN DE TIMBARITO) Nos cuesta
comportarnos como seguidores de Cristo ante el mundo. Sin embargo, asumimos
cualquier moda con tal de demostrar que seguimos a cantantes, deportistas,
políticos o lo que sea, sin reparos. (El sacerdote exhorta y el niño/a dice… ) ¡Cristo de la Entrega
total, ten piedad de nosotros!
v (Niño/a presenta
cartel: ME VOY DE LA IGLESIA) Nos sentimos defraudados por milagros no concedidos y nos alejamos de la
Iglesia, dejamos de creer en Dios. (El sacerdote exhorta y el niño/a dice… ) ¡Dios de la Cercanía
sin límites, ten piedad de nosotros!
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- La verdad es que el Señor ha Resucitado y vive para no volver a morir; es
nuestro Señor Resucitado, en quien vive cada persona que crea y sea capaz de
dar testimonio de su Resurrección gloriosa, aún sin haber visto. Pedro,
convencido de esta realidad predica y logra la conversión de cantidades de
personas, tal y como lo refieren los Hechos de los Apóstoles.
SALMO.- El Salmo 15 es el del enamorado de aquel amor que se ha dado sin medida.
Jesús, quien se supo amado del Padre, en quien podía abandonarse y confiar
absolutamente, es modelo del creyente que tiene la certeza que Dios está con
nosotros y nos ama sin medida. Sin lugar a dudas, el sufrimiento ante el hombre
que se aleja de Dios, no se hará esperar.
SEGUNDA.- Pedro nos animará por medio de la segunda lectura, tomada de su Primera
Carta, para que vivamos nuestra fe con autenticidad y con valor, pues Dios nos
ha rescatado para la vida eterna a todos por medio de la Muerte y Resurrección
de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, en la que se sostienen la fe y la
esperanza del creyente.
EVANGELIO.- San Juan nos presenta a Jesús Resucitado caminando hacia Emaús. Jesús,
que puede ser reconocido en el pobre, en el que sufre, ahora se nos presenta
como ‘el acompañante del que lo ha perdido todo’ y nos explica el sentido del
dolor, el sentido auténtico de la vida. Hemos de escucharlo y, al recibirlo y
querer atenderlo, seguro que lo reconoceremos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.- Por la Iglesia, por el papa Francisco, por nuestros obispos (…) y
sacerdotes (…) por quienes nos reconocemos Iglesia. Para que podamos ser
manifestación del Rostro amoroso de Jesús que busca entregar al Padre las
necesidades de sus hermanos y confía en el poder del amor de Dios. Roguemos
al Señor.
2.- Por quienes tienen alguna clase de poder, a nivel del mundo, de cada nación o parte de ella, de
cada grupo humano o familiar. Para que nos dejemos guiar por la voz del
Maestro que nos indica dónde está lo que realmente necesitamos para conseguir
el bienestar de todos. Roguemos al Señor.
3.- Por los que somos identificados como de la Iglesia. Para que nos dejemos guiar por la Misericordia
de Dios, superemos nuestras pequeñeces y nos acerquemos al que merece la gloria
por siempre. Para que se nos note un cambio, para que pueda el mundo ver a Jesús
en nosotros. Roguemos al Señor.
4.- Por nosotros, que anhelamos la verdad, la paz y el gozo auténticos.
Para que comprendamos que solo junto al Señor encontraremos lo que buscamos y podamos,
así, desechar lo aparente, lo que nos aleja de Él. Roguemos al Señor.
5.- Por quienes no han reconocido al Señor Jesús Resucitado en sus
vidas. Para que comprendamos que Él entiende nuestra debilidad y que solo
espera que lo reconozcamos en ‘la Fracción del Pan’. Roguemos al Señor.
6.- Por quienes se están preparando para recibir algún sacramento, por
sus grupos familiares, por quienes los forman. Que unos y otros sepan
responder al llamado del Señor Jesús. Roguemos al Señor.
7.- Por quienes sufren en
su cuerpo, en su mente o en su espíritu. Roguemos al Señor.
8.- Por todos los difuntos. Para que encuentren la promesa de
Salvación dl Resucitado. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1.- Te entregamos, Señor, nuestros sentidos y capacidades
renovados por tu paso glorioso. Lo hacemos llenos de confianza en Ti, en tu
actuar en medio de nosotros cada día. (Varios niños,
uno con lentes oscuros, otro con tapones en sus oídos, otro con la boca tapada,
otro con las manos sujetas atrás, …se dirigen al altar y depositan o expresan
lo que los limita).
2.- No es un simple gesto lo que queremos entregarte. Es, más bien,
nuestra decisión de descubrirte en nuestro caminar como familia, de no
tener pena de Ti, de hacerte parte de nuestro cada día. (Una
Familia se acerca al altar, se inclina ante el Señor y va a buscar a una
persona/familia; la/s acompaña/n hacia el altar)
3.- Te entregamos, Señor, el vino y el pan, que la naturaleza y el
trabajo humano nos han obtenido. Sabemos y creemos que se convertirán en tu
Cuerpo y en tu Sangre para alimento nuestro y cumplimiento de tu promesa:
siempre estarás con nosotros. Bendice, Señor, las manos que hacen esto posible
en este y todos los altares de la tierra. (Se portan el pan y el vino hasta el altar).
ORACIÓN FINAL
Padre Bueno, que lo diste todo por nuestra
Salvación, concédenos encontrarnos con tu Hijo amado -y reconocerlo- en cada
persona y en cada situación de nuestras vidas. Que demos gloria a tu Nombre con
lo que hagamos. Amén.
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