IV Domingo de Cuaresma, 26 de marzo de 2017
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días tengamos todos!
Sean bienvenidas y bienvenidos a la
Eucaristía de este Cuarto Domingo de Cuaresma. Podríamos decir que somos seres
en relación y, por lo tanto, cuando esta relación no se da se establece sobre
nosotros una enorme limitación. La Palabra nos invita hoy a liberarnos con la
Presencia del Señor Jesús, de manera que podamos ver más allá de lo aparente
–por cuanto somos Luz en Cristo- y a dejar que Él mismo nos abra los ojos para
que podamos descubrir a Dios en nuestras vidas y mirar los corazones.
PENITENCIAL
1. Vivimos aparentando y pretendemos
que Dios nos trate según esas apariencias. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque nos da vergüenza
declararnos cristianos católicos ante nuestros amigos y relacionados. ¡Cristo, ten piedad!
3. Porque para quedar bien con las
personas terminamos negando nuestro
bautismo y actuando como ciegos. ¡Señor, ten piedad
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- La primera lectura, del
Libro Primero de Samuel, nos presenta el proceder de Dios, tan diverso del
nuestro, Al elegir rey para su pueblo, el Señor se fija en aquel que ni
siquiera se menciona -porque no cuenta para otros. Así, David es sacado de
entre las ovejas y ungido para pastorear al Pueblo de Dios. Porque el Señor no
se queda en lo aparente, sino que llega a los corazones.
SALMO.- El salmo 22 es de
elocuente hermosura. Un lugar lleno de verdes pastos y de cuanto se requiere:
seguridad, protección, alimento, bebida y cuidados tiernos de ese Pastor que
conduce a sus pequeños con cuanto puedan necesitar. ¡Así actúa Dios con
nosotros!
SEGUNDA.- Todo bautizado ha recibido la Luz de Cristo
para llevarla por el mundo y transformar, así, toda oscuridad. Esto es de lo
que san Pablo escribió a la comunidad de Éfeso y que escucharemos como segunda
lectura; de modo que produzcamos frutos de vida hasta donde encontremos
oscuridad, pues iluminamos con su Luz.
EVANGELIO.- Del evangelista
san Juan escucharemos un precioso fragmento lleno de renovación de vida en un
ciego de nacimiento que se encuentra con Jesús y comienza a ver. A pesar de la
persecución que sufre termina abriendo
también sus ojos espirituales. Ante la oscuridad del mundo y se abraza a la Luz
de Cristo, a quien reconoce como Mesías.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Tu Iglesia ha de ser luz, capaz de iluminar. Oremos por el Papa Francisco,
por los obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y diáconos, así como por
cada bautizado. Roguemos al Señor.
2. Muchas veces rechazamos o aceptamos a otros por las apariencias.
Para que aprendamos a ser dóciles a la voluntad de Dios y a ver los corazones. Roguemos al Señor.
3. El mundo vive constantes persecuciones, violencia y guerras, opresión y
discriminación, familias refugiadas o afectadas
por desastres naturales Oremos para
que encuentren cristianos que les ayuden a ver el camino para salir adelante. Roguemos al Señor.
4. La humanidad se aleja de Dios y cae en situaciones de confusión y
deterioro personal y social. Oremos por quienes están ciegos a nivel
físico, moral o espiritual para que se dejen tocar por el misterio
transformador del amor de Dios. Roguemos
al Señor.
5. Quisiéramos que todos los que amamos pudieran ver con los ojos de la fe
y conducir sus vidas bajo la Luz de Cristo. Oremos por los que andan en
tinieblas. Roguemos al Señor.
6. Muchos de nosotros viviremos el sacramento de la reconciliación y
haremos la Primera Comunión. Supliquemos al Padre para que Jesús sea
siempre su gran Luz y nunca dejen de ser
sus amigos, buscarle y conocerle cada vez más para, así, servirle y transformar
este mundo. Roguemos al Señor.
7. Recordamos a tantas personas que ya nunca más estarán entre nosotros.
(…) Oremos por los difuntos, para que el Señor los acoja en su luz y
alegría eternas. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
Cada vez que comemos y bebemos el
Cuerpo y la Sangre de Jesús proclamamos nuestra fe en Ti, Señor, y nuestra
decisión de dejarnos tocar por tu Misericordia para que se nos abran los ojos de la fe, actuemos conforme
a tu Voluntad y contagiemos a todos de
Ti. Por eso entregamos el pan y el vino,
que serán pan de Vida y cáliz de
Salvación, llenos de gratitud.
ACCIÓN DE GRACIAS
Gracias,
Señor, por no dejarnos andar en tinieblas, por haberlo dado todo por nosotros,
por estar siempre a favor de nuestra verdadera felicidad. Amén.
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