VIII Domingo del Tiempo Ordinario, Misa Familiar, 26 de febrero de 2017
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Nuevamente
estamos de banquete! El que Jesús nos ofrece en este Octavo Domingo del Tiempo
Ordinario, al cual os damos la bienvenida.
Hoy
Jesús quiere que nos desconectemos un poco, ya que las preocupaciones inútiles solo
nos roban la paz y, por el contrario, evitan que alcancemos éxito y seamos
felices. Refugiados en el pasado u ocultos tras un futuro incierto, nos
desubicados de nuestra realidad y de las posibilidades de dicha que se presentan.
¡Confiemos en nuestro Dios!
VIII
Domingo del Tiempo Ordinario
Dios
jamás nos dejará de amar
Del
Señor proviene nuestro bien
Somos
servidores de Dios y de los hombres
Ante
afanes y angustias, confianza en Dios
PENITENCIAL
1.-
Porque nuestro amor no se entrega plenamente por el que ama, sino que ve
conveniencias ¡Señor, ten piedad!
2.-
Porque juzgamos ligeramente la fe de los demás y calificamos lo que
exteriormente observamos. ¡Cristo, ten piedad!
3.-
Porque invertimos el valor de nuestras necesidades, dejando a Dios para lo que
sobre, el ‘por si acaso’. ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
Por
más que nosotros o alguien pueda preocuparse por la situación que algún ser
querido pueda estar atravesando, no hay amor tan grande como el de Dios, quien
siempre está pendiente de cada uno de nosotros y dispuesto para ocuparse y darnos
lo que verdaderamente necesitamos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Dios
nos ama con ternura infinita y quiere que actuemos como Él. Oramos para que
el Papa, cada consagrado y quienes son ‘gente de iglesia’, nos muestren ese
amor y entrega en lo que digamos y hagamos. Roguemos al Señor.
2. Si
hay cristianos en las organizaciones de gobierno de los países, estados,
regiones y localidades, debe notarse. Para que las autoridades sepan actuar
con justicia, buscando el desarrollo de quienes gobiernan y fomentando una paz
verdadera. Roguemos al Señor.
3.- Quien
vive feliz y confía en Dios, se lo enseña a los demás, aunque no les hable.
Oremos para que nos constituyamos en mensajeros de la Palabra con nuestros
actos de cada día. Roguemos al Señor.
4. Mucha
gente necesita que se le apoye para que puedan ellos mismos lograr metas de
vida. Oremos por nosotros, mensajeros de paz, bienestar y amor, cristianos
comprometidos con nuestro Señor Jesús en favor de ‘sus’ pequeños. Roguemos
al Señor.
5.- En
nuestras familias no siempre se vive en unión, alegría, solidaridad o acogida.
Nos fijamos demasiado en los problemas. Oremos para que lo pongamos todo en
el Señor y nos esforcemos por hacer que se sienta la cercanía del Reino de
Dios. Roguemos al Señor.
6. Nos
gustaría comprometernos seriamente con Jesús en conocerlo y vivir según su
Voluntad. Por nosotros, los padres, encargados naturales de formar a
nuestros pequeños, para que entendamos el gran compromiso que asumimos al
disponerlos a caminar por la vida sacramental. Roguemos al Señor.
7.
Hay gente de muchos países que han venido a vivir aquí, huyendo de las grandes
crisis de sus países. Oremos por los inmigrantes, por las sociedades que
les acogen, por los recursos y estrategias que se implementan para que puedan
vivir en paz y dignamente. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1.- Tecnología,
juegos, afanes y modernismos; todo esto es bueno, pero hay algo que lo debe marcar
todo: Dios, la fe que en Él tenemos. (Varios niños colocan su tecnología sobre un cartel, en el cual la
envuelven. Se lee: “¡Mi vida está en Dios!” Lo presentan.)
2.- Tres
generaciones, tres estilos diferentes, pero una característica común: son madres.
Te ofrecemos el amor de cada madre para hacernos idea de cuán grande es tu
amor. Queremos entregarte el amor de nuestros corazones. (Tres madres de tres
generaciones pasan y se inclinan ante el celebrante.)
3.- La
naturaleza y el esfuerzo de los trabajadores del campo y de la ciudad nos hacen
posible el pan y el vino, que hoy presentamos para que Tú, Señor, los
transformes en Ti mismo por la acción sacerdotal.
ACCIÓN DE GRACIAS
Gracias,
Padre bueno, porque nos amas entrañablemente y nos ayudas a reflejarte en todo
lo que hacemos al llenarnos de tu amor. Amén.
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