IV Domingo Ordinario, 29 de enero de 2017
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días! Esperando que haya gozo por
encontrarnos con el Señor Jesús, quien nos ha invitado a su Banquete
Eucarístico de este IV Domingo Ordinario, les invitamos a sentirse
bienaventurados a pesar de las muchas situaciones difíciles que puedan estar
atravesando. Porque Dios está cerca de los que nada valioso tienen, pero
encuentran en Él su refugio, saben que están en el corazón de Dios y se
confían a su misericordia.
PENITENCIAL
·
Porque confiamos nuestras vidas a los adivinos
y curanderos, pero desconocemos la Palabra de vida de Dios. ¡Señor, ten piedad!
·
Porque creemos que nuestra seguridad y éxito
dependen de cuánto dinero y poder tengamos. ¡Cristo, ten piedad!
·
Porque no recurrimos a Dios en el dolor pues,
en realidad, no creemos que Él pueda hacer algo o valga. ¡Señor, ten piedad!
MONICIONES
A LAS LECTURAS
PRIMERA:
El
largo silencio profético se ha roto y el profeta Sofonías invita a los humildes
del país a buscar el derecho y la justicia, buscar a Yavé y refugiarse y confiar
en Él, que los defiende y protege. Ya se vislumbra al Dios misericordioso.
SALMO:
El
Salmo 145 comienza un ramillete de alabanzas a Dios Padre Misericordioso, quien
auxilia a los pobres de espíritu, que sufren las tristezas y dificultades de la
vida y se confían a Él, tal y como hizo y enseñó el mismo Jesús.
SEGUNDA:
Nada
hay en que podamos gloriarnos fuera del Señor. A la sociedad de Corinto, tan
llena de conocimientos, se dirige san Pablo. Dios no ha escogido a sus sabios y
poderosos sino a sus pequeños y humildes. Y así le ha parecido bien a Dios.
EVANGELIO: Escucharemos
las Bienaventuranzas según san Mateo. Aunque soñamos con ser felices, la vida trae
el dolor. No obstante, cuando el cristiano lo enfrenta con la fuerza de Dios,
viviendo según su Palabra, puede ser tenido como bienaventurado, dichoso.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Siempre habrá pobres y necesitados en el
mundo y la Iglesia ha de deberse a ellos. Oremos para que lo haga con valentía
y decisión. Roguemos al Señor.
2. Para que, en medio de sus luchas y
dificultades que la vida nos supone, nos acojamos a la misericordiosa protección
divina, entregándolo y esperándolo todo. Roguemos
al Señor.
3. Por los gobernantes que no han sabido gobernar
y favorecer legislaciones que, con equidad y justicia, ayuden a los pobres en
el esperado proceso de superación personal, económica y social. Roguemos al Señor.
4. Para que las instancias eclesiales de ayuda
a los necesitados lo hagan con amor y respeto hacia quienes tienen la mirada
misericordiosa de Dios sobre ellos. Roguemos
al Señor.
5. Por quienes son pisoteados por no utilizar
la violencia del mundo; por quienes no reciben trato justo para sus
situaciones. Roguemos al Señor.
6. Oremos por nuestros benefactores y por
quienes se esfuerzan por actuar con transparencia. Roguemos al Señor.
7. Oremos por quienes son insultados, perseguidos,
calumniados o maltratados de cualquier modo por causa de Cristo. Roguemos al Señor.
8. Oremos por todos los difuntos. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
(Manos vacías)
Señor, queremos ser de tus pobres. Hoy renunciamos a llenar nuestras manos de
los honores y compromisos del mundo y aceptamos tu Cruz para vivir nuestras
cruces personales. (El niño muestra al sacerdote sus manos
vacías, colocado a su lado, y este lo bendice y coloca sobre sus manos una
Cruz).
(Bienaventuranzas) Quisiéramos
ser plenamente felices, pero entendemos que habrá siempre momentos difíciles.
Los ponemos ante tu altar desde ya, para comprometernos a acudir a Ti, a nadie
más tanto en la alegría como en el dolor. (Una familia presenta el
cartel de las Bienaventuranzas).
(Cáliz y Vinajeras) Entregamos
la ofrenda excelente del pan y el vino, donde te manifestarás como causa de
nuestra Bienaventuranza al entregártenos bajo estas especies, según tu voluntad.
¡Gracias, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Señor misericordioso, que siempre estás a
nuestro favor y nos proteges y defiendes, recibe nuestra gratitud por tanto
amor tuyo. Amén.
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