III Domingo del Tiempo Ordinario, Misa Familiar, 22 de enero de 2017
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días, amigas y
amigos! Somos todos bienvenidos al Banquete Eucarístico del III Domingo del
Tiempo Ordinario, cuando iniciamos una semana de oración por la unidad de las
iglesias. Es un día de alegría, porque
la Luz de Cristo nos ilumina y la esperanza nos acompaña porque Él es nuestro
Amigo y quiere que nosotros también seamos amigos suyos, viviendo en unidad y
armonía. Él tiene para cada persona un encargo de vida, y nos ayudará para que
triunfemos.
III Domingo del Tiempo Ordinario
Jesús es la Luz del mundo
¿A quién seguimos? ¡A Cristo Jesús!
¡Vivamos unidos alrededor del Señor!
Jesús nos enseña a vivir dando frutos de vida
PENITENCIAL
1.- Porque, aunque Tú iluminas
la oscuridad de nuestras vidas no nos alegramos, pues no tenemos esperanza. ¡Señor,
ten piedad!
2.- Porque cultivamos las
diferencias, los errores, lo que nos desune a diferentes niveles. ¡Cristo,
ten piedad!
3.- Porque hemos olvidado
que Jesús nos ha llamado y está con nosotros, en medio de nuestras situaciones.
¡Señor, ten piedad!
MONICIÖN A LAS LECTURAS
Como lo anunciara el profeta
Isaías, Cristo es la verdadera Luz del mundo que llama, congrega, enseña, sana,
libera, vence toda oscuridad, nos salva. Él quiere que lo sigamos y que vivamos
a su estilo, siempre haciendo el bien.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Somos la Iglesia de
Cristo. Por el Papa Francisco y nuestros obispos, sacerdotes y religiosos, así
como por todos los que la conformamos. Para que, con su ejemplo y servicio
ellos nos ayuden a seguir a Jesús y todos seamos católicos misericordiosos. Roguemos
al Señor.
2. Todos uno, como Cristo y el
Padre lo son. Que la unión de todas las iglesias haga posible una única Iglesia
para que se realice la divina voluntad. Roguemos
al Señor.
3. Oremos por todos los
consagrados: sacerdotes, religiosos y religiosas, y por los que se preparan
para serlo. Por los que sirven en la Iglesia: los que dirigen grupos eclesiásticos,
ministros, predicadores y catequistas. Para que, anunciando y siguiendo a Jesús
ayuden a transformar este mundo en el perdón y la unidad. Roguemos al Señor.
4.- Abuso de poder, ambición
de algunos, leyes injustas o medios de comunicación deformantes, todas son condiciones
de abono para la violencia. Oremos por todos los implicados en estas situaciones
que destruyen o deforman para que haya paz y justicia. Roguemos al Señor.
5.- Supliquemos por quienes
conforman nuestra historia: familiares, amigos, vecinos, compañeros de
actividades, por los que amamos y los que no. Por quienes necesitan nuestras
oraciones. Roguemos al Señor.
6. Por nosotros, niños,
niñas y jóvenes de la Catequesis, para que aprendamos que Tú estás presente en
cada persona y amas nuestra unidad y compromiso de servicio y amor vivificador.
Roguemos al Señor.
7. Por todos los difuntos,
por sus familiares, por quienes no se consuelan por la partida de un ser
querido o han quedado desprotegidos. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. Hoy decidimos
convertirnos en ‘pescadores de hombres’ para Ti, Jesús. Por eso presentamos
este cartel con algunos sacrificios que formarán nuestras redes de trabajo:
perdonar, servir, confiar en Dios, expresar ternura, esforzarnos, perseverar,
hacer tareas, rezar con fe, interceder por nuestros amigos, ayudar en casa, ser
honestos, consolar a los que lo necesiten. (Dos niños
portan un cartel y doce más le pegan desordenadamente los respectivos
cartelitos y lo ofrendan.)
2. La unidad que debe
caracterizar a la Iglesia de Cristo requiere que evitemos restar, aprendamos a
sumar, reprobemos en división, aprendamos todas las tablas de multiplicar,
formando un solo conjunto. (Dos niños
portan un cartel titulado ‘Matemáticas Cristianas’; un tercero escribe: 2+2=4;
otro: 4-2=6; otro: 8:2=16; otro pega las tablas de multiplicar; y otro encierra
todo en un conjunto. Lo ofrendan.)
3. Sin tu Presencia real y
transformadora no podremos alcanzar la meta final. ¡Gracias, Jesús, porque este
pan y este vino serán nuestra fortaleza luego que Tú mismo los conviertas
en tu Cuerpo y en tu Sangre!
ACCIÓN DE GRACIAS
Gracias, Señor, porque con
tu Palabra, tu ejemplo y tu entrega nos enseñas, fortaleces y amas sin medida.
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