Novena de Navidad: Misas de Aguinaldos, 24 de Diciembre de 2016
MONICIÓN DE ENTRADA
Muy buenos días tengan todas y todos al
encontrarnos reunidos hoy en la Casa
del Señor, con motivo de dar gracias a
Dios en este último día de la Novena preparatoria para la Navidad.
Cuando el ser humano perdió conciencia
de cómo llegar a Dios Padre, el Señor
supo que debía venir Él mismo al mundo
para enseñarle cuál era el camino. Por eso nos ha nacido el Niño que es el
Camino, la Verdad y la Vida, el que nos habría de rescatar de la muerte y
restablecer nuestra amistad con Dios. Esta promesa se renueva cada día y, muy
particularmente, hoy, a través de todo aquello que nos llena de paz y
esperanza ¡El Dios-con- nosotros ya
llega! Cada niño, cada niña, es expresión del Emmanuel.
Por esto, hoy pediremos particularmente
por nuestros niños y niñas. Porque son ellos quienes nos han de explicar –a su
manera- qué significa esta Fiesta que nos engalana. El “hoy” ya ha llegado.
Ésta es la Noche santa.
PENITENCIAL
* Nos gusta actuar como la gente
importante y hacer cosas grandiosas, que todos noten, olvidando qué es lo que
Dios quiere que hagamos. ¡Señor, ten
piedad!
*
Pensamos que el amor es un gusto o un sentimiento pasajero. Olvidamos que, más que
eso, el amor es una decisión de vida. ¡Cristo,
ten piedad!
* Nos corresponde transitar por caminos
de paz y, sin embargo, sembramos guerra, desunión y discordia en nuestros
ambientes. ¡Señor, ten piedad!
PRIMERA LECTURA (2Sam 7,1-5,8- 12.14.16)
La lectura del segundo libro
de Samuel nos refiere cómo David es bendecido por medio del profeta Natán, y
recibe la promesa de paz y de permanencia de su descendencia en el tiempo. Dispongamos
nuestros corazones al nacimiento gozoso del Hijo de Dios.
Lectura
del segundo libro de Samuel
Tan pronto como el rey David se instaló
en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo
rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: “¿Te das cuenta de que yo vivo en una
mansión de cedro, mientras el Arca de Dios sigue alojada en una tienda de
campaña?” Natán le respondió: “Anda y haz lo que te dice el corazón, porque el
Señor está contigo”. Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: “Ve
y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: “¿Piensas que vas a
ser tú el que me construya una casa para que yo habite en ella? Yo te saqué de
los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo,
Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y
te hará tan famoso como los hombres más famosos de la tierra. Le asignaré un
lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allá para que habite en su propia tierra.
Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no los oprimirán más, como lo han venido haciendo
desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y
a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos. Además, yo, el Señor, te hago
saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses
para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y
consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu
casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable
eternamente. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (Salmo 88)
Dios hizo alianza de amor y de
fidelidad con David, su elegido. En Él se funda un trono que no tendrá final.
Ellos se constituirán en Padre e hijo por medio de esta Alianza, que será
perpetua. A pesar de las dolorosas situaciones de vida que atravesará el
elegido, Dios le será fiel y se manifestará.
/R. Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor.
* Proclamaré sin cesar la misericordia
del Señor y daré a conocer que su misericordia es eterna, pues el Señor ha dicho:
“Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos”. /R
* Un juramento hice a David, mi
servidor, una alianza pacté con mi elegido: “Consolidaré tu dinastía para
siempre y afianzaré tu trono eternamente”. /R
* Él me podrá decir: “Tú eres mi padre,
el Dios que me protege y que me salva”. Yo jamás le retiraré mi amor, ni
violaré el juramento que le hice”. /R
EVANGELIO (Lucas 1,67-79)
El evangelista san Lucas nos
presenta la alabanza profética que Zacarías pronunció ante las proezas del
Señor en su vida y la del pueblo de Israel. Llenos también de gozo en nuestro Dios
misericordioso, sigamos este modelo y adorémosle por sus bondades.
Lectura
del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Zacarías, padre de
Juan, lleno del Espíritu Santo , profetizó diciendo: “Bendito sea el Señor,
Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en
favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había
anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de
nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar
su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza. El Señor juró
a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos
sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra
vida. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del
Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el
perdón de los pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos
visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A Dios Padre, que se he revelado en la
persona de Jesús como “Dios-con-nosotros”, le presentamos nuestra oración por
nuestra comunidad y por sus niños, así como por todos los pueblos del mundo.
(Respondemos:
Que el nacimiento de Jesús traiga paz y
felicidad a todos los pueblos del mundo)
1. Dios y Padre nuestro, que el
nacimiento de tu Hijo sea Buena Noticia para las personas de toda raza, cultura
y nación. Oremos. R/
2. Dios y Padre nuestro, que la Iglesia
y nuestra comunidad sepan anunciar a
todas las personas el misterio de la
Salvación que se ha manifestado al mundo
en el nacimiento de tu Hijo Jesús. Oremos. R/
3. Dios y Padre nuestro, que todos los
niños reciban con gozo en sus corazones la venida de tu Hijo y sean portadores
en el mundo de esta Buena Nueva. Oremos.
R/
4. Dios y Padre nuestro, que acojamos
con gozo el mensaje de paz de la Navidad y que lo hagamos realidad en nuestros
hogares y en cada niño que encontremos. Oremos.
R/
5. Dios y Padre nuestro, te suplicamos
por todos los niños para que tengan una formación en la fe cuidadosa, de manera
que les capacite para ser buenos ciudadanos. Oremos. R/
6. Dios y Padre nuestro, que has movido
a todos los vecinos que han preparado esta Eucaristía, has que lleven el gozo
del Nacimiento del Hijo de Dios a sus calles, veredas y edificios. Oremos. R/
7. Dios y Padre nuestro, te recordamos a
los familiares, amigos y conocidos de este sector que ya han partido al Reino
de los Cielos, para que les permitas interceder por todos nosotros y por la
comunidad parroquial en general ante Ti, Señor. Oremos. R/
8. Dios y Padre nuestro, te suplicamos
por los grupos familiares aquí representados, por sus niños, para que nos
sintamos posaderos y sepamos dar respuesta de acogida a Dios, que quiere ser
dado a luz en nosotros. Oremos. R/
MONICIONES DEL OFERTORIO
Señor, en esta mañanita de la Nochebuena
queremos unirnos a tu sacrificio dándote gracias:
Te damos gracias porque Tú eres la Luz
del mundo (luces), porque eres la Vida
(flores) y te has hecho vida en una
Familia (Familia de Nazaret).
Te agradecemos el pan de cada día (alimentos) y, finalmente, por ser Tú nuestro
Alimento de Vida Eterna (pan, vino,
cáliz y vinajeras).
Por todo esto, ¡GRACIAS, Señor!
ORACIÓN FINAL
Señor, que hiciste perdurable la familia
y el trono de David en tu Hijo Jesucristo, haz que nos llenemos de gozo por su
presencia en medio de nuestras historias personales y le permitamos
transformarlas. Amén.
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