Eucaristía última noche del Novenario de Fander Joel Peña Parra, 26 de julio de 2016
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenas noches tengan todas y todos! Nos encontrarnos reunidos hoy en la Casa del Señor para dar gracias a Él por la vida que se manifiesta de muy diversas maneras.
La Iglesia conmemora en este día a los
santos Joaquín y Ana, nombres referidos, según la tradición, a los padres de la
Virgen María. Y no podía faltar esta referencia hacia quienes formaron en su
seno y dieron consistencia humana a la que habría de ser Sagrario para Dios
cuando este decide emparentarse con la humanidad. Por lo demás, son dichosos y
merecen nuestros respetos y ayuda quienes han vivido una larga vida y pueden
gozar de la renovación personal en sus nietos y biznietos.
Por
otra parte, los familiares y amigos de Fander
Joel Peña Parra queremos encomendarlo hoy en esta Eucaristía, la gran oración,
al llegar a la última noche del
Novenario por sus nueve años de partida física de en medio de nosotros.
Presente en nuestros corazones, lo recordamos como un joven trabajador y
tranquilo, amable y comunicativo, muy colaborador y de fe sencilla al suplicar
al Señor por su eterno descanso.
MONICIONES A
LAS LECTURAS
PRIMERA: La primera lectura
procede del Libro del Eclesiástico y nos anima a vivir nuestra fe como
lo que es, un tesoro recibido el día de nuestro bautismo, el cual también
nosotros hemos de trasmitir a las generaciones que nos sucedan. Por supuesto,
la palabra la enseñará pero el ejemplo consolidará y sostendrá esa fe.
SALMO:
La fidelidad de Dios es
incuestionable a lo largo de la historia.
Oraremos con el Salmo 132, en el cual se hará hincapié en el hecho de esta
fidelidad: el Señor siempre cumple su Palabra. Ante los desvelos del rey David el Señor
“jura” a David que su dinastía no tendrá fin y le promete la prosperidad para
su Pueblo.
EVANGELIO:
Brevísimo el texto evangélico de
san Mateo seleccionado para este día. Constituye una bienaventuranza sobre
quienes pudieron ver y oír aquello que tanta gente buena de tantos tiempos
habían querido ver y oír. Nosotros, aunque no vemos a Jesús como persona sino
como el Pan Eucarístico, además, tenemos su Palabra para escucharlo; entonces, este
Evangelio se refiere también a nosotros y debemos reconocernos como bienaventurados,
dichosos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Por la Iglesia de Cristo para que el Señor le conceda la
unidad y la libertad propias de sus hijos, y, llena de los Dones del Espíritu,
sea conducida a la perfección. Roguemos al Señor.
2.
Por nuestro Papa Francisco y por cada
consagrado, por sus intenciones y necesidades. Para que, fortalecidos por el
Espíritu Santo, sean fieles cumplidor de la misión que el mismo Jesús les
encomendó en nombre del Padre eterno. Que la Misericordia les caracterice cada
vez más. Roguemos al Señor.
3.
Oremos especialmente por todos los
sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos y servidores ancianos o enfermos de
alma o de cuerpo. Roguemos al Señor.
4.
Por las intenciones y necesidades personales
de todos los aquí reunidos. Por los que sufren por la aparente lejanía de sus
seres queridos o los que se sienten solos. Por quienes no han encontrado la paz
y el perdón que Jesús nos dejó. Roguemos al Señor.
5.
Oremos muy especialmente por todos los
abuelos y abuelas, por los ancianos, para que encuentren la compañía y
afectuosa atención que puedan necesitar y sepan que se les agradecen sus vidas
gastadas por amor. Roguemos al Señor.
6.
Suplicamos al Señor por todos los difuntos,
especialmente por Fander Joel
Peña Parra,
para que el Señor no les tome en cuenta sus faltas sino el amor de su Iglesia y
haga que el testimonio de sus vidas mueva a otros a ser, cada día, mejores y
más auténticos cristianos. Roguemos al Señor.
7.
Oremos por quienes estamos recordando a un
ser querido difunto. Así también oremos por Erlinda, la madre de Fander Joel;
por Jeaneth y Paola, sus hermanas; por sus sobrinos; por todos sus familiares y por quienes le conocieron
y amaron. Que todos entendamos que esta ‘ausencia’ suya es parte de la vida
misma y aprendamos a consolarnos y fortalecernos en el Señor. Roguemos
al Señor.
MONICIONES DEL OFERTORIO
Queremos
alabarte, Señor, pues tu amor es grande:
1. LUCES: ¡Tú eres la Luz del mundo! Queremos que nuestras vidas estén bañadas por tu Luz.
2. FLORES:
¡Tú eres la vida misma! Te damos gracias por la vida y te pedimos la
transformes con el rocío de tu Espíritu.
3. TRABAJO:
¡Tú fuiste carpintero! Este ladrillo recuerda la capacidad de trabajo de
Fander Joel, constructor. Te agradecemos la capacidad de trabajar de cada
persona y los frutos de vida que nos obtiene.
4. DEVOCIÓN: ¡La plegaria de una madre
jamás se pierde! Entregamos las oraciones de padres y madres, de abuelos y
abuelas por quienes amamos y queremos conducir a Ti, Señor.
5. ALIMENTO: ¡Tú quieres que demos de
comer al que no tiene! Como expresión de sacrificio y donación personal
entregamos este alimento que hoy hemos tomado de lo nuestro para compartirlo.
6. CÁLIZ
Y VINAJERAS: Presentamos y recibimos el pan y el vino donde creemos que Tú,
Señor, te nos entregarás como alimento para el alma y fortaleza en nuestro
caminar.
Por todo esto, ¡GRACIAS, Señor!
ORACIÓN
FINAL
¡Gracias, Señor, por el amor entregado
desde Aquel que se nos dio íntegramente desde la Cruz. Ayúdanos a ser mejores
personas cada día. Amén.
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