Boda de Carlos y Marcia
CANTO: Amo
LA
MISA DE
LOS ESPOSOS
RITOS
INICIALES
MONITOR: La vida, fundada en el amor, requiere una
actitud de constante gratitud a Dios Padre en Cristo Jesús. Hoy nos hemos reunido como Iglesia y familia
cristiana para agradecer al Señor la unión de Carlos López Ruiz y Marcia Faune Soto en el sacramento de
salvación, que es el matrimonio. El
camino de santidad –alianza de amor- que, ante Dios y la Iglesia van a pactar ellos
hoy, representa un momento memorable.
Seamos todas y todos testigos de su fe cristiana y de su amor
responsable, y acompañémosles con nuestra oración en su mutuo consentimiento,
en las reflexiones y propósitos que hoy van a hacer ante Dios, ante el
sacerdote y ante nosotros.
SACERDOTE:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
TODOS: Amén.
Antífona
de entrada (Sal 19,3-5)
SACERDOTE:
El Señor les envíe socorro desde su santuario, que sea apoyo desde
Sión. Que Él les conceda todos sus
deseos y les lleve a cabo todos sus proyectos.
Acto
penitencial
CANTO:
¡RENUÉVAME!
Oración
colecta
SACERDOTE:
Escucha, Señor, nuestras súplicas e infunde benignamente tu gracia sobre
tus hijos, Carlos y Marcia, a fin de
que los que se unen en matrimonio ante tu altar, permanezcan siempre en el amor
mutuo y la fidelidad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén
LITURGIA DE LA PALABRA
MONITOR: Seguidamente
escucharemos la Palabra
de Dios
Primera lectura
“Ten piedad de nosotros y
que podamos llegar juntos a nuestra ancianidad“
Lectura del Libro de Tobías (Tob 8, 5-10)
La noche de su boda, Tobías dijo a
Sara:
-Somos descendientes de un pueblo de
santos, y no podemos unirnos como los paganos que no conocen a Dios.
Se levantaron los dos y, juntos, se
pusieron a orar con fervor. Pidieron a
Dios su protección.
Tobías dijo:
-Señor, Dios de nuestros padres, que
te bendigan el cielo y la tierra, el mar, las fuentes, los ríos y todas las
criaturas que en ellos se encuentran. Tú
hiciste a Adán del barro de la tierra y le diste a Eva como ayuda. Ahora, Señor, tú lo sabes: si yo me caso con esta hija de Israel, no es
para satisfacer mis pasiones, sino solamente para fundar una familia en la que
se bendiga tu nombre por siempre.
Y Sara, a su vez, dijo:
-Ten compasión de nosotros, Señor, ten
compasión. Que los dos juntos vivamos
felices hasta nuestra vejez. Palabra de Dios
TODOS: Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial (Salmo
127, 1-2, 3, 4-5)
LECTOR: Ésta es la bendición del hombre que teme al
Señor.
TODOS: Ésta es la bendición del hombre que teme al
Señor.
LECTOR: Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso,
te irá bien.
TODOS: Ésta es la bendición del hombre que teme al
Señor.
LECTOR: Tu esposa como parra fecunda, en medio de tu
casa. Tus hijos, como renuevos de olivo
en torno de tu mesa.
TODOS: Ésta es la bendición del hombre que teme al
Señor.
LECTOR: Así será bendecido el hombre que respeta al
Señor. ¡Que el Señor te bendiga desde
Sión, para que veas la dicha de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a
los hijos de tus hijos!
TODOS: Ésta es la bendición del hombre que teme al
Señor.
Segunda lectura
“Este misterio es muy
grande, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia“
Lectura de la Carta de San Pablo a los
Efesios(Ef 5, 2, 21-33)
Vivan
en el amor, igual que Cristo nos ha amado y se ha entregado por nosotros.
Sean sumisos unos a otros con respeto cristiano.
Las
mujeres se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de
la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, Él que es salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a
Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su
Iglesia.
Él
se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del
agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni
arruga ni cosa parecida, sino santa e inmaculada. Así también los maridos deben
amar a sus mujeres como cuerpos suyos que son.
Amar
a su mujer es amarse a sí mismo. Pues
nadie, jamás, ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como
Cristo hace con la Iglesia,
porque somos miembros de su cuerpo.
“Por
eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos
serán una sola carne.”
Es
éste un gran misterio; y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
En
una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y que la
mujer respete al marido. Palabra de Dios
TODOS: Te alabamos, Señor.
CANTO: AMOR SIN LÍMITES
Aleluya
Aleluya. Si
nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros y su amor en nosotros llega a su
plenitud.
Aleluya. (1Jn, 4, 12)
Evangelio
Lectura
del santo Evangelio según San Juan (Jn 2, 1-11)
“Hagan todo lo que
Él les mande”
En
aquel tiempo, había unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba
allí. Jesús y sus discípulos estaban también
invitados a la boda.
Faltó
el vino y la madre de Jesús le dijo:
-No
les queda vino.
Jesús le contestó:
-Mujer, déjame. Todavía no ha llegado mi hora.
Su
madre dijo a los sirvientes:
-Hagan
lo que Él les diga.
Había
allí colocados seis jarrones de piedra, para las purificaciones de los judíos,
de unos cien litros cada uno.
Jesús
indicó a los sirvientes:
-Llenen
de agua esas tinajas.
Y las llenaron hasta el borde.
Entonces
les mandó:
-Saquen
ahora y llévenle al mayordomo.
Y ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua cambiada en vino,
sin saber de dónde lo habían sacado; los sirvientes sí que lo sabían, pues
habían sacado el agua. Entonces llamó al
novio y le dijo:
-Todo
el mundo pone al principio el vino bueno, y cuando todos han bebido bastante,
se sirve el vino malo; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.
Así,
en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus
discípulos en Él. Palabra del Señor.
TODOS: Gloria a ti, Señor Jesús.
Homilía
RITO DEL SACRAMENTO
MONITOR: A continuación vamos a presenciar el
rito del sacramento del matrimonio.
Comienza con la confesión que hacen los novios de que proceden
libremente a contraerlo.
SACERDOTE: Han venido aquí, hermanos, para que
Dios garantice con su sello la voluntad que ustedes tienen de contraer
matrimonio, ante el pueblo de Dios aquí congregado y presidido por mí como
ministro. Un día fueron consagrados en
el Bautismo; hoy, con un nuevo sacramento, Cristo va a bendecir su amor
conyugal y les enriquecerá y dará fuerza, para que se guarden siempre mutua
fidelidad y puedan cumplir con su misión de casados.
Por
tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre sus intenciones.
Escrutinio
SACERDOTE: Carlos
y Marcia, ¿han venido a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?
CONTRAYENTES: Sí, venimos libremente.
SACERDOTE: ¿Están decididos a amarse y respetarse
mutuamente durante toda la vida?
CONTRAYENTES: Sí, estamos decididos.
SACERDOTE: ¿Están dispuestos a recibir de Dios,
responsable y amorosamente, los hijos, y a educarlos según la Ley de Cristo y de su Iglesia?
CONTRAYENTES: Sí, estamos dispuestos.
Consentimiento
MONITOR: Ahora los contrayentes, delante de
Dios y de todos nosotros, que somos testigos del acto, hacen su contrato
matrimonial, se confieren mutuamente el sacramento.
SACERDOTE: Ya que tienen firme voluntad de
contraer matrimonio, unan sus manos derechas y expresen su mutuo consentimiento
ante Dios y la Iglesia.
ESPOSO: Yo, Carlos, te recibo a ti, Marcia, como mi esposa y prometo guardarte fidelidad
en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, para amarte,
respetarte y hacerte feliz todos los días de mi vida.
ESPOSA: Yo, Marcia, te recibo a ti, Carlos, como mi esposo y prometo guardarte
fidelidad en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,
para amarte, respetarte y hacerte feliz todos los días de mi vida.
SACERDOTE: El Señor, que hizo nacer en ustedes el
amor, confirme este consentimiento mutuo que han manifestado ante la Iglesia.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
TODOS: Amén.
SACERDOTE: Proclamemos la bondad de Dios para con
estos dos hijos suyos.
ASAMBLEA: Bendito sea Dios, que les ha
unido. ¡Aleluya, aleluya!
MONITOR: Carlos
y Marcia
son ya matrimonio cristiano; se han dicho que se aman y que desean permanecer
unidos por el resto de sus días. Ahora
van a confirmar esta decisión trascendental con la entrega de los anillos y las
arras, que simbolizan el amor, la entrega, la fidelidad y la voluntad de
compartirlo todo.
SACERDOTE: Amén
Bendición y entrega de los anillos
SACERDOTE: El Señor bendiga (+) estos anillos que
van a entregarse el uno al otro en señal de amor y fidelidad.
TODOS: Amén.
ESPOSO: Marcia, recibe esta alianza, en señal
de mi amor y fidelidad a ti. En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ESPOSA: Carlos,
recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Bendición y entrega de las arras
SACERDOTE: Bendice(+), Señor, estas arras que
pone Carlos en manos de Marcia, y derrama sobre ellos la
abundancia de tus bienes.
ESPOSO: Marcia,
recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes
que vamos a compartir.
ESPOSA: Carlos,
yo las recibo como signo de tu amor y de mi cuidado para que nada falte en
nuestro hogar.
Oración de los fieles
SACERDOTE: Oremos, hermanos, por las necesidades
de la santa Iglesia y de todo el mundo, y encomendemos especialmente a nuestros
hermanos Carlos y Marcia, que acaban
de celebrar con gozo su matrimonio.
LECTOR 1: Por la santa Iglesia, para que Dios le
conceda ser siempre la esposa fiel de Jesucristo. Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 1: Por los nuevos esposos, Carlos y Marcia, para que el Espíritu
Santo los llene con su gracia y haga de su unión un signo vivo del amor de
Jesucristo a su Iglesia. Roguemos al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 2: Por nuestro hermano Carlos, para que sea siempre fiel al
Señor como Abrahán, y admirable por su piedad y honradez como Tobías. Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 2: Para que sepa amar a Marcia como Cristo ama a su Iglesia,
esté siempre atento a honrarla y sea su alegría y su ayuda. Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 2: Para que, lleno de prudencia, sepa
administrar bien su casa y prosperen todos sus trabajos. Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 3: Por nuestra hermana Marcia, para que sea siempre
irreprensible en su conducta, brille en ella la dulzura y la pureza, la
humildad y la prudencia. Roguemos al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 3: Para que cuide bien de su familia, la
gobierne con fortaleza y merezca que confíe en ella el corazón de su esposo. Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 3: Para que, con su ejemplo y su palabra,
eduque a sus hijos y a todos los de su
casa en la fe y en la piedad, sea rica en buenas obras, insigne en la caridad y
firme en la esperanza. Roguemos al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 4: Por todos los esposos y esposas que se
encuentran hoy aquí, para que sea bendecido y reavivado el amor que, un día, se
ofrecieron y recuerden el compromiso de ser Pequeñas Iglesias Domésticas,
testimonio de Cristo resucitado en la comunidad. Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 4: Por las familias que sufren
enfermedad, pérdidas, carencias o angustias, para que descubran en el Señor su consuelo y fortaleza . Roguemos
al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
LECTOR 4: Por nuestros familiares que hoy no se
encuentran físicamente con nosotros y que murieron en la esperanza de la
resurrección. Roguemos al Señor.
TODOS: Te
lo pedimos, Señor.
CELEBRANTE: Escucha, Padre de bondad, nuestra
oración y concede a tus siervos, que confían en ti, conseguir los dones de tu
gracia, conservar el amor en la unidad y llegar con su descendencia, después de
esta vida, al reino eterno. Por
Jesucristo nuestro Señor.
TODOS: Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Ofertorio
CANTO: OFRENDA DE AMOR
Oración sobre las ofrendas
SACERDOTE: Escucha nuestras súplicas, Señor, y
recibe estas ofrendas que te presentamos por estos hijos tuyos, unidos en santa
alianza, para que su amor se fortalezca con el tuyo en la celebración. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
TODOS: Amén.
Prefacio
SACERDOTE: El Señor esté con ustedes.
TODOS: Y con tu Espíritu.
SACERDOTE: Levantemos el corazón.
TODOS: Lo tenemos levantado hacia el
Señor.
SACERDOTE: Demos gracias al Señor, nuestro
Dios.
TODOS: Es justo y necesario.
SACERDOTE: Realmente es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre
Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque
al hombre, creado por tu bondad, lo dignificaste tanto, que has dejado la
imagen de tu propio amor en la unión del varón y la mujer.
Y
al que creaste por amor y al amor llamas, le concedes participar en tu amor
eterno.
Y,
así, el sacramento de estos desposorios, signo de tu caridad, consagra el amor
humano, por Jesucristo, nuestro Señor.
El amor es origen del hombre.
El amor es su llamada
constante.
El amor es su plenitud en el
cielo.
El amor del hombre y la mujer
es santificado en el sacramento del matrimonio y se convierte en el espejo de
tu eterno amor.
Por
eso, con los ángeles y los santos, cantamos sin cesar el himno de tu gloria.
CANTO: SANTO, SANTO, SANTO
(Sigue la anáfora)
Plegaria eucarística y Padre Nuestro
Bendición de los esposos
SACERDOTE: Hermanos,
roguemos al Señor que derrame su bendición sobre estos esposos, Carlos y Marcia, que se han unido en
Cristo, para que los que ató una santa alianza permanezcan unidos en un solo
amor, como lo están por el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo.
(Todos oran en silencio por unos instantes)
SACERDOTE: Oh,
Dios, que con tu poder creaste todo de la nada, y, desde el comienzo de la
creación, hiciste al hombre a tu imagen y le diste la ayuda inseparable de la
mujer, de modo que ya no fuesen dos, sino una sola carne, enseñándonos que
nunca será lícito separar lo que quisiste fuera una sola cosa.
Oh,
Dios, que al consagrar la unión conyugal le diste un significado tan grande,
que en ella prefiguraste la unión de Cristo con la Iglesia.
Oh,
Dios, que unes la mujer al varón y otorgas a esta unión, establecida desde el
principio, aquella bendición que nunca fue abolida ni por la pena del pecado
original, ni por el castigo del diluvio.
Mira
con bondad a tu hija Marcia que,
unida en matrimonio, pide tu protección.
Abunde en ella el amor y la paz, y siga siempre los ejemplos de las
santas mujeres, cuyas alabanzas canta la Escritura.
Confíe
en ella el corazón de Carlos, su esposo,
y, teniéndola por digna compañera y coheredera de la gracia de la vida, la
respete y ame siempre como Cristo ama a su Iglesia.
También,
Señor, te suplicamos por estos hijos tuyos:
que permanezcan en la fe y amen tus preceptos; que, unidos en matrimonio,
sean ejemplo por la integridad de sus costumbres; y, fortalecidos con el poder
del Evangelio, manifiesten a todos el testimonio de Cristo; que su unión sea
fecunda, sean padres de probada virtud, vean ambos los hijos de sus hijos y,
después de una feliz ancianidad, lleguen a la vida de los bienaventurados en el
reino celestial. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
TODOS: Amén.
Rito de la paz
CANTO: CORDERO DE DIOS
Comunión
CANTOS: AVE MARÍA, ÁMENSE
Antífona de comunión (Cf. Ef 5, 25.27)
SACERDOTE: Cristo
amó a la Iglesia
y se entregó por ella, para prepararse una esposa santa e inmaculada.
Oración después de la comunión
SACERDOTE: Después
de participar en tu mesa, Señor, te pedimos por Carlos y Marcia, que hoy se han unido en santo matrimonio, para que
te sean siempre fieles y sean testigos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición final
SACERDOTE: Nuestro
Señor Jesucristo, que santificó con su presencia las bodas de Caná, les conceda
a ustedes, y a sus familiares y amigos, su bendición.
TODOS: Amén.
SACERDOTE: Nuestro
Señor Jesucristo, que amó a su Iglesia hasta el extremo, les conceda amarse el
uno al otro de la misma manera.
TODOS: Amén.
SACERDOTE: Nuestro
Señor Jesucristo les conceda ser testigos fieles de su resurrección en el mundo
y esperar con alegría su venida gloriosa.
TODOS: Amén.
SACERDOTE: Y
a todos ustedes, que están aquí presentes, los bendiga Dios todopoderoso + Padre, Hijo y Espíritu Santo.
TODOS: Amén.
SACERDOTE: Pueden
ir en paz.
TODOS: Demos gracias al
Señor.
SALIDA: MARCHA NUPCIAL
¡Bendita
tarde, María, Carlos y Marcia!
Este
guión es litúrgicamente correcto. Solo fue modificado agregándole lo que está
resaltado en amarillo, a petición del
celebrante. Con la letra en número 12 estaba organizado en un cuadernillo que
se repartió y, con número 14 para el celebrante, monitor y lectores. Espero les
sirva y que esa unión perdure en el tiempo según la Voluntad de Dios y colmado
de bendiciones para ustedes y sus prójimos.
Isabel
Comentarios
Publicar un comentario