Eucaristía de Fin de Año 31 de Diciembre de 2015



MONICIÓN DE ENTRADA
¡Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres y mujeres que ama el Señor!  Agradecidos a Dios que nos permite celebrar este final de año como familia de fe, les damos la más cordial bienvenida a nuestro último Encuentro Eucarístico de este año 2015, a lo largo del  cual resonarán palabras que han de motivar nuestras vidas.
Realmente es momento apropiado para acercarnos más al Dios de la Vida. Tantas situaciones se han sucedido pero, sin embargo, nos disponemos a la renovación de quien empieza otra vez el camino. La Palabra nos ubica ante el final de la espera porque Aquel que es la Palabra, el Verbo, Jesucristo, ha querido vivir entre nosotros, desarrollar su propia historia en medio de aquellos a quienes habría de dar la Salvación. Por lo tanto, agradezcamos al Señor cada expresión de su amor recibida y dispongámonos a que se cumpla en nuestras vidas –a ejemplo de la de María- la Voluntad de Dios.
Que el año que ya pronto comienza podamos ser testigos agradecidos del amor de Dios, sea cual sea nuestra condición o nuestra actitud y lo llenemos de bendiciones.

PENITENCIAL
· Hubo muchos buenos propósitos al principio de este año; lamentablemente, hemos cumplido solo los que nos resultaban más cómodos o llamativos. ¡Señor, ten piedad!
·        Seguimos esperando que los demás cambien, que el mundo sea mejor; nos desentendemos de nuestra responsabilidad de cambiar el mundo o las personas, cambiando primero nosotros mismos. ¡Cristo, ten piedad!
·   Nos quedamos en lo superficial, dejamos de lado lo verdaderamente importante y fundamental en cuanto a lo que debemos cambiar de nuestro comportamiento y actitudes personales, familiares o sociales. ¡Señor, ten piedad!

MONICIONES Y LECTURAS

PRIMERA (Juan 2, 18-21)
Porque hemos sido ungidos por el Espíritu Santo, estamos llamados a sentir y experimentar la fuerza transformadora que nos ha de mover a hacer el bien, a vivir en la verdad y rechazar toda mentira. Importa que recordemos lo que dirá san Juan: nosotros conocemos al Santo.

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan
Hijos míos, es el momento final. Han oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los
nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de
manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a ustedes, están ungidos por el Santo, y todos ustedes lo conocen. Les he escrito, no porque desconozcan la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira viene de la verdad. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Salmo 95, 1-2. 11-12. 13-14; R/.: 11a)
R. Alégrese el cielo, goce la tierra. 
* Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor,
bendigan su nombre, proclamen día tras día su victoria. R/.                      .
* Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los
campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R/.                              .
* Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y
los pueblos con fidelidad. R/.

Aclamación del Evangelio (Jn 1, 14. 12b)
Aleluya, aleluya. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios. Aleluya.

EVANGELIO (Juan 1, 1-18)
La Segunda Persona se ha hecho uno de nosotros; Dios ha querido vivir en medio de sus creaturas. La humanización del Dios eterno e inalcanzable ha permitido al hombre conocerlo y acercarse más a Él. En consecuencia, la iluminación del ser humano ha de romper las tinieblas del pecado. ¡El Señor ha traído su gracia y su verdad!

Lectura del santo Evangelio según san Juan
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las  tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. 
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."» 
 
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.

ORACIÓN DE LOS FIELES
 Cristo se hará presente en su Cuerpo y en su Sangre para todos nosotros,  elevemos al Señor las intenciones que hay en nuestros corazones:
1. Por la Iglesia de Cristo, para que se le note siempre que conoce a Jesucristo y que está dispuesta para la acción de Su Santo Espíritu y que la Misericordia desborde en todos los fieles.  Roguemos al Señor.
2. Por  nuestro Papa Francisco,  para que el Espíritu Santo lo fortalezca y acompañe en todo su pontificado. Roguemos al Señor.
3. Por nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas para que el Señor les socorra en cada necesidad e ilumine cualquier duda, transformándola en fe madura y actuante en caridad y esperanza de vida eterna.  Roguemos al Señor.
4. Recordemos a los cristianos alejados, confundidos por ideologías o pensamientos de moda. Que sean iluminados por Tu Luz, Señor, y descubran el verdadero sentido de sus vidas. Roguemos al Señor.
5.   Por las familias reunidas para celebrar el año que termina, para que reine la alegría y la reconciliación y se gocen adorando al Niño Dios, descubriendo y admirando Su grandeza en cada integrante. Que reciban Tu Paz. Roguemos al Señor.
6.  Por las familias que se han destruido o están próximas a serlo, para que descubran que, también por cada uno, cada una, de sus integrantes, Dios envió a Su Hijo Único; que traten de salvarse en comunidad familiar. Roguemos al Señor.
7.  Por todos los difuntos, para que vean cumplida la promesa de Salvación en la que creyeron. Por quienes sufren su partida; para que recuerden que son testigos de Tu luz y tomen ánimo de vivir en esa Luz. Roguemos al Señor.
8. La transformación del pan y el vino en tu Cuerpo y Sangre, Señor, es el más grande de los milagros. Para que lo tomemos en serio y nos convirtamos en adoradores y testigos vivientes de su existencia y su poder –capaz de cambiar nuestras vidas. Roguemos al Señor.

MONICIONES DEL OFERTORIO
En este momento queremos entregar, en gestos sencillos, la alegría de ser tus hijos y nuestro compromiso de vivir en tu Misericordia, ahora que finaliza este año 2015:
 1.     SILENCIO (MARÍA)
María es la Mujer en quien encontró eco el silencio del Amor Trinitario que generó la Vida nueva, Jesucristo. Queremos hablar menos, escuchar y contemplar más. Te elegimos, María, como modelo a imitar.
2.      LUCES
Jesús es la Luz del mundo. Estamos dispuestos a ser bañados por Tu Luz. Iluminado nuestro pecado, podremos vencerlo con Tu Espíritu.
3.      LA PALABRA
Tu Palabra creadora dio la existencia a cuanto vive o está aquí o más allá. Tu Palabra es llamado, es poder, es contenido que irrumpe y crea cada realidad. ¡En tu Palabra somos recreados, Señor, de lo alto!
4.      LA VIDA (PADRES CON SU NIÑO/A, CÁLIZ Y VINAJERAS)
         Cada niño o niña que nace nos recuerda la grandeza del amor de Dios, que es Vida en abundancia. Ése es el proyecto de Dios para el mundo. Así, su Hijo, se nos da en el Misterio de Salvación y nos invita a desarrollar más vida. ¡Aceptamos la invitación! Sabemos que Tú eres el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación, nuestro Alimento para la Vida eterna. 
Por todo esto,   ¡GRACIAS, Señor!

ORACIÓN FINAL
¡Gracias, Padre, por el año que va a terminar!
¡Gracias, Señor, porque ha habido esfuerzos y logros; porque ha habido siempre una mano amiga que nos ha ayudado cuando hemos fallado!
¡Gracias, Señor, porque hemos podido acudir a Ti en nuestras tristezas y alegrías, seguros de que Tú estabas con nosotros y nos comprendías!
¡Gracias, Señor, porque aceptas y transformas nuestros planes y proyectos, porque Tú eres nuestro principal plan!
¡Gracias, Padre, porque en María hemos encontrado auxilio y consuelo!
¡Gracias! ¡… sólo eso pueden expresar nuestros corazones ante Ti, Señor!


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