XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, 4 de octubre de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días para todas y todos! Les damos nuestra más cordial bienvenida a esta
Eucaristía del XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, el ‘Domingo del amor y del
matrimonio’. Es que hoy todas las lecturas giran en torno al amor matrimonial,
amor que es entrega y que transforma a todos.
Sacramento
de la Iglesia, la unión matrimonial de los esposos en la fidelidad y entrega
mutuas constituye la verdadera voluntad de Dios. Por lo tanto, una decisión en
este sentido requiere cuidadosa revisión y reflexión. Hoy, cuando nos cansamos
de escuchar el famoso ‘a ver cómo nos va’, debemos reconocer que decidimos más
por emociones y sensaciones que por un real deseo de hacer feliz al otro.
Conviene,
pues, que nos aboquemos a reavivar ese amor que une a los esposos con Cristo,
fijándonos en aquello que nos une más que en lo que nos desune, forjando la
admiración y la comunicación como herramientas que nos ofrece el Señor para
superar las naturales dificultades.
(Por ser este día inicio de la
catequesis parroquial, se puede iniciar con una procesión con la Cruz, tres
corazones y la luz de Cristo, junto al mensaje: “AMOR DE DIOS”)
PENITENCIAL
1.
Nos hemos vuelto cada vez más transitorios y vemos como bueno amar solo por un
tiempo, mientras no surjan dificultades. Perdón, Señor, por no creerte. ¡Señor, ten piedad! (Un
chico/a muestra un corazón roto)
2.
Aunque sabemos que de Dios viene el amor, desestimamos nuestra relación con Él
y hasta llegamos a avergonzarnos de ser católicos y tener a Cristo por Señor
nuestro. ¡Cristo ten piedad! (Un
chico/a muestra un corazón con la palabra ‘Dios’, roto)
3.
Nos hemos convencido que la fidelidad es una postura del pasado, exigencia de
la Iglesia, olvidando que es mandato de Dios para los esposos, a quienes
auxilia con su Gracia. ¡Señor, ten
piedad! (Un chico/a muestra un corazón con las
palabras; hombre, mujer, hijos, Dios, familia; está roto)
MONICIÓN SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Comenzaremos leyendo
el libro del Génesis. La creación de la humanidad la hace Dios infundiéndoles
igualdad y semejanza al hombre y a la mujer con Él mismo. Ninguno prevalece,
ambos se complementan. El Espíritu de Dios le da cualidades únicas. El amor
creativo y comunicativo debe caracterizar a quienes buscan ser uno solo, el
hombre y la mujer, siendo esta la razón para dejar el hogar de origen y fundar
uno nuevo.
SALMO.- Hoy oraremos con el
salmo 127, un poema sapiencial incluido en las llamadas “canciones de las
subidas” del pueblo judío. Las bendiciones que recibe quien toma en cuenta la
voluntad de Dios en su vida son abundantes, y alcanzan al hombre y a la mujer y
a todos los que son parte de esa familia, aun a los ‘hijos de tus hijos’
SEGUNDA.- Hoy comenzamos la
lectura de fragmentos de la Carta a los Hebreos. Dios, Creador y Señor de
cuanto existe, nos ha hecho partícipes de la gloria de su Hijo mediante la Cruz
que este sufrió. Más aún, hecho uno de nosotros menos en el pecado, es nuestro
hermano, en quien adquiere plenitud nuestra existencia.
EVANGELIO.- Del Evangelio de
Marcos escucharemos los fundamentos de la doctrina cristiana sobre el
matrimonio. Al hacernos imagen y semejanza suya, Dios nos capacita para hacer
lo que Él hace; por ejemplo, amar para siempre. Así quiere el Señor que se
establezca la pareja humana: dos que se hacen uno en Cristo para dar vida y ser
testimonios de vida, capaces de cambiar la sociedad con su amor transformador.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Por la Iglesia, Esposa de Cristo. Por cada uno de sus ministros y consagrados.
Por sus laicos. Que todos tengamos el valor de ser propagadores del amor de
Dios. Roguemos al Señor.
2.
Rogamos que los frutos de las visitas del Papa Francisco a Cuba y Estados
Unidos sean abundantes y tengan el poder de cambiar millones de corazones. Roguemos al Señor.
3.
Ponemos en manos del Señor los hogares, los matrimonios, de quienes estamos
aquí presentes. Que se redescubra el amor que los originó para que la
admiración y el respeto de unos y otros sea fermento de la Gracia de Dios en
ellos. Roguemos al Señor.
4.
Particularmente rogamos por aquellos hogares que están atravesando situaciones
difíciles de desamor, pobreza, infidelidad o falta de esperanza. Que el Señor
los restablezca. Roguemos al Señor.
5.
Muchos creen en el amor del momento, olvidándose que el amor es una fuerza que
une y se fortalece en la entrega, el sacrificio y la admiración de unos por
otros. Que tengamos el valor de descubrir el amor de Cristo en nuestros
matrimonios y hogares. Roguemos al
Señor.
6.
Tal vez hemos pronunciado palabras hirientes contra nuestros esposos o esposas…
(silencio) Hoy queremos que tu Santo Espíritu, Señor, nos inspire palabras de
amor para decirles… (silencio) y sean,
así, reavivados nuestros matrimonios. Roguemos
al Señor.
7.
Oramos al Señor por los catequistas y catequizandos, por todas sus familias,
para que sean bendecidas. Roguemos al
Señor.
8.
Supliquemos al Señor por todos los difuntos. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1.
En estos esposos ofrecemos al Señor el amor de todas nuestras familias,
de todos los esposos. Al hacerlo, sabemos que Tú los bendecirás y los colmarás
de tu paz y de tu capacidad de seguir adelante hasta el final.
2.
Hay esposos y familias que se olvidan de llenarse con tu amor y los frutos de
ese amor en cada uno de ellos. Esta cajita
vacía que ahora comenzamos a llenar de características del amor y de quien es
amado, son sólo algunas. Sabemos que Tú puedes llenar esos corazones con
muchas cualidades que sostengan esos hogares.
3.
Con el pan y con el vino te entregamos a quienes te
ofrecen sus sacrificios y esfuerzos para vivir en el amor y consagrarte sus
hogares. ¡Gracias, Señor, por ser nuestro Alimento y hacerte presente en
nuestras vidas!
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