XVIII Domingo del Tiempo Ordinario 2 de agosto de 2015

MONICIÓN DE ENTRADA

¡Muy buenos días, hermanos y hermana! Sean bienvenidos a la celebración de la Eucaristía de XVIII Domingo del Tiempo Ordinario.

A pesar de no haber celebraciones particulares, éste es un Domingo lleno de sabor, sabor a Pan recién horneado, a pan fresco; más aún, a Pan de Vida eterna. Y hemos de estar bien dispuestos a descubrir cómo el Señor nos cuida en el caminar de nuestras vidas, llenándonos de fortaleza, sustento, consolaciones y alegrías. La vida, llena de momentos de tristeza y de alegría, nos ha sido dada para ser feliz. Y no hay mayor felicidad que la de descubrir cómo Dios está muy cerca y nos provee tanto de lo material como de lo espiritual. Agudicemos nuestra vista para ver que es Él quien nos acompaña y socorre a cada instante en nuestra existencia. Es ël quien nos da el verdadero Alimento, el Pan de Vida.

Agradezcamos al Señor Su amor infinito y adorémosle con todas nuestras fuerzas y capacidades.

PENITENCIAL

· Señor, muchas veces creemos que somos creadores y que tenemos poder sobre cuanto está a nuestro alrededor. Además, nos cuesta agradecerte, Señor, por tus delicados cuidados ¡Señor, ten piedad!


· Nos resulta muy sencillo volver a hacer lo negativo, lo que ya parecía superado. Ponemos excusas y nos hacemos un culto particular. ¡Cristo, ten piedad!


· Te buscamos, Señor, muchas veces para conseguir favores. Despreciamos Tu amistad y lo que Tú realmente quieres darnos. ¡Señor, ten piedad!


MONICIONES A LAS LECTURAS


PRIMERA: El creyente descubre en todos los acontecimientos –aún en los más ordinarios- signos del amor de Dios. Ante la necesidad experimentada por el pueblo de Israel en su peregrinar por el desierto y habiendo pasado el entusiasmo de los primeros días de su salida prodigiosa de Egipto, Dios le hace encontrar dos alimentos a lo largo del camino: el maná y las codornices, signo evidente de Su protección y amor.


SALMO: Alabaremos a Dios con el Salmo 77. La historia del pueblo de Dios está marcada por Su constante amor y ternura providentes para todas sus criaturas. Se hace referencia al suceso en el desierto, cuando el pueblo murmura contra Dios y contra Moisés porque están pasando hambre y el Señor suscita los medios necesarios para cuidar sus vidas.


SEGUNDA: Todo convertido debe demostrarlo cambiando sus comportamientos anteriores. Sin embargo, la gran tentación es la de volvernos al lugar bien conocido, revestido de cierta comodidad, que representa la vida anterior de pecado. Por eso san Pablo anima a la comunidad de Éfeso a asumir su nueva condición, de hombre nuevo, hombre que no sigue al mundo sino a Cristo.


EVANGELIO: ¿Para qué buscamos a Dios? Jesús sabe bien que la gente Lo busca por haber dado pan a una multitud de personas y Le duele que no comprendan lo que ese signo representa. Por eso les explica que deben esforzarse por tener el Pan que lleva a la vida eterna. Al escuchar el Evangelio de san Juan, movámonos a tener hambre de la Palabra de Dios –Jesucristo- y profundizar Su mensaje.


ORACIÓN DE LOS FIELES

1. Dios vela por nosotros. Oremos por la Iglesia, por cada bautizado, por quienes viven su fe de manera más radical y por quienes tienen una fe solo para los problemas y emergencias. Roguemos al Señor.


2. ¿Existe algo que pueda darnos plenitud? Roguemos por el papa, los obispos, sacerdotes y religiosos. Para que descubran ese amor sencillo y cercano de Dios, que jamás defrauda, que siempre es oferta renovada e insuperable. Roguemos al Señor.


3. Sólo Dios permanece para siempre. Encomendemos al Señor a los gobernantes de los pueblos, para que comprendan que es el servicio a sus ciudadanos lo que les conseguirá la verdadera felicidad por haber sido causa de desarrollo y crecimiento en el amor. Roguemos al Señor.


4. El trabajo de los hombres es comer y dar de comer a todos. Que comprendamos que nuestros esfuerzos deben perseguir el bienestar del mayor número de personas. Roguemos al Señor.


5. El trabajo de Jesús es darnos de comer el Pan de Vida, en este aquí y ahora, para el mañana y para siempre. Que nos acerquemos con confianza a la fuente de la Vida y seamos, así, portadores de la Vida verdadera. Roguemos al Señor.


6. Jesús, con su vida y su Palabra, nos mostró cómo es Dios encarnado: compasivo, misericordioso, fiel, capaz de servir y dar la vida por amor. ¡Que Le imitemos siempre! Roguemos al Señor.


7. Comer la Carne y beber la Sangre de Jesús significan vivir como Él, en entrega, servicio, dedicación y dispuestos a dar la vida por Su causa. Recordemos a quienes necesitan nuestras oraciones por diversas causas. Roguemos al Señor.


8. Oremos por quienes ya no están, nuestros difuntos. Roguemos al Señor.


OFERTORIO

· Te presentamos una familia, fuente de la vida, cobijo en nuestras más esenciales necesidades. Desde ella percibimos, de manera muy particular, Tu amor providente, Señor. Por eso expresamos nuestra gratitud a Ti, que siempre nos escuchas y estás con nosotros.

· La gente Te buscaba para que les dieras pan para saciar su hambre física. Nosotros –tal vez- Te buscamos para que nos concedas favores y milagros. Te entregamos el pan y el vino en los que Tú mismo Te nos darás para darnos hambre y sed de Ti y vida en abundancia. ¡Gracias por no desampararnos jamás, Señor!

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