Domingo de Ramos 29 de marzo de 2015 (Misa con niños)
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días para todas y todos ustedes! Este Domingo es día de júbilo y de
alegría en el cual se percibe, además, el amor que llega al más grande
sacrificio: la Cruz.
Todo gira
en torno a nuestro Rey y Señor, Jesucristo, quien hasta ese momento había hecho
callar a los demonios cuando declaraban su filiación divina; pero que hoy permite a todos –si fuera
preciso, hasta a las piedras- proclamar que Él es Rey.
Con esta
aclamación iniciamos la Semana más trascendental de todo el año litúrgico.
Aquella en que evocaremos la Primera Eucaristía y el mandato del amor y
servicio, así como el sacerdocio de los Apóstoles y sus sucesores. Viviremos el
dolor del juicio amañado y la condenación de Jesús, a quien podremos acompañar
en Su Camino de Cruz. Ya muerto, consolaremos a María, Su Madre; pero, también descubriremos el Sepulcro vacío y nos
gozaremos en Su Resurrección. ¡Es la gran semana!
Vivamos
estos días con una fe renovada y renovadora, que agradece a Dios tan grande
amor.
(Entran el
sacerdote y un nutrido grupo de catequizandos con palmas en las manos.)
PENITENCIAL
1. Somos
católicos de habitación y de templo, pero no en nuestra vida social, donde te
negamos. Señor, ten piedad.
2. Irrespetamos
Tu Nombre y Tu Sacrificio, Señor, con chistes Tuyos o de Tu Iglesia, que
escuchamos muy alegres y repetimos sin considerar que Te entristecemos. Cristo,
ten piedad
3. Te
aclamamos en Tu templo pero tenemos otros dioses, a los cuales adoramos y
confiamos la solución de nuestras situaciones. Llegamos, incluso, a creernos
invencibles y supremos o creerlo de otras personas. Señor, ten piedad
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- El profeta Isaías, nos muestra una prefiguración del
Señor, el Siervo de Yahvé, siempre cercano del que sufre. La Palabra de Dios, escuchada
y meditada, Le conduce y sostiene, dándole los elementos necesarios para
cumplir Su misión de ayudar a otros. El sufrimiento del Siervo será redentor.
SALMO.- En sintonía con la profecía del Siervo de Yahvé, el Salmo 21 es visto como anticipación profética de lo que sería el
sufrimiento de Jesús para salvarnos a todos. Él mismo repite estos versos al Padre cuando estaba sobre la
Cruz. Acompañémoslo con mucha fe: Él nos acompaña en nuestros sufrimientos.
SEGUNDA.- Muchas veces perder significa ganar. En su Carta a los
Filipenses, San Pablo nos recuerda cómo Cristo, haciéndose un simple ser
humano, despojado de Su rango, sufrió la más cruel muerte por nosotros. Tanto
amor fue resarcido por el Padre, quien Lo resucitó y Lo glorificó.
EVANGELIO.- San Marcos nos presenta el relato completo de la Pasión de
Aquél a quien el Profeta nos presentaba como el Siervo sufriente de Yahvé. En lo que podemos considerar el mayor
acto de amor que pueda conocer la historia, Jesús recorrió un camino de dolor y
humillación y de obediencia al Padre, que terminó con Su Muerte en El Calvario,
pero -por encima de todo- con Su Resurrección.
Al hacerlo nos legó la Salvación.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Oramos
por la Iglesia. Para que decida actuar como el pollino humilde que presentó a
todos al Dios de la Vida, sin otro interés que el de servirlo a Él y a quienes
Él ama. Roguemos al Señor.
2. No
podemos desconocerlo: hay muchos consagrados y laicos comprometidos que se
toman para sí el papel protagónico de Jesús. Para que nos llenemos de la
humildad y el espíritu de servicio de Jesús. Roguemos al Señor.
3. A veces
vivimos la Semana Santa como un tiempo de descanso y nada más. Señor, que
reconozcamos que ese tiempo Te corresponde y que, cuando Te lo entregamos con
prácticas de piedad y servicio al prójimo, nos resultará de gran beneficio. Roguemos al Señor.
4. Hay
muchas personas que viven en constante sacrificio por su condición de vida, su
enfermedad o las situaciones difíciles que atraviesan. Para que puedan fijar su
mirada en Tu Pasión, Muerte y se gocen en Tu Resurrección, de manera que
renueven su esperanza y su alegría. Roguemos
al Señor.
5. Muchas
personas poderosas Te odian, Señor, y tratan de destruirte martirizando y
asesinando a quienes Te aman y siguen. Oramos por los miles de cristianos que
sufren y mueren sólo por serlo. Que la Luz del Resucitado mantenga clara su
mirada en Ti, Señor, para que perseveren hasta el final y reciban el premio de la
resurrección. Roguemos al Señor.
6. Por
quienes se alejan de Tu fe por medio de prácticas idolátricas para que
reconozcan que Tú eres el único que nos da vida verdadera y que eres quien está
dispuesto a todo por nuestra
felicidad y Salvación. Roguemos al
Señor.
OFERTORIO
(Un matrimonio
porta hasta el altar el CÁLIZ y las VINAJERAS. Ellos se colocan a cada lado del
sacerdote y se escucha la monición del Ofertorio)
Tú prometiste,
Señor, que estarías siempre con nosotros, hasta el final de los tiempos. Cada
día Te vuelves a ofrecer a Dios Padre, de manera incruenta, por amor a
nosotros. Sólo podemos colaborar contigo en presentarte las especies de PAN y
VINO. De manera especial nos comprometemos a orar para que siempre haya
SACERDOTES que consagren Tu Cuerpo y Tu Sangre y nos guíen hacia Ti. ¡Gracias,
Señor, por amarnos de esta manera! (Ahora
entregan la Ofrenda y se retiran)
ORACIÓN FINAL
Señor, Dios nuestro,
Te agradecemos por hacernos sensibles a Tu entrega y sufrimiento en la Cruz por
amor a nosotros. Haz que, por Tu sacrificio, nuestra fe sea renovada y nuestras
actitudes Te hagan presente dondequiera que nos encontremos. Amén.
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