Miércoles de Ceniza 18 de febrero de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA
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Durante
estos 40 días –que conocemos como Tiempo de Cuaresma- hemos de descubrir a
Jesús por medio de Su Palabra, de manera que podamos hacernos mejores amigos suyos.
También hemos de revisarnos y luchar contra el pecado, que tanto daño y dolor nos
causa. Por supuesto, como lograr esto no es nada fácil, utilizaremos
herramientas prácticas que nos ayudarán; el ayuno (de comida y de nuestros
gustos), el sacrificio (dejando nuestra comodidad) y el servicio a los más
necesitados (limosna, ayuda a otros). Todo esto actuará como ‘medicina’ que nos
conseguirá fortalecernos y amar más a Dios y al prójimo.
La
imposición de las cenizas no nos aportará nada mágico o milagroso. Hemos venido
a aceptar el compromiso de cambiar para acercarnos más a Jesús y a Su Reino.
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- En
la Primera Lectura, escucharemos la invitación del profeta Joel a separarnos de
aquello que hacemos -aunque nos haga daño- y encontrarnos con la mirada amorosa
de Dios, quien siempre está dispuesto a perdonarnos y ayudarnos a salir
adelante.
SALMO.- El
Salmo 50 constituye el acto de penitencia que surge de un corazón arrepentido. Y cuando el creyente se
sabe libre de pecado puede alabar a Dios con alegría. La Iglesia lo ha
utilizado como una oración especial para demostrar arrepentimiento.
SEGUNDA.- Somos
libres hasta para reconciliarnos con Dios. En la segunda lectura –sacada de la II
Carta a los Corintios- el Apóstol nos anima a sintonizar con ese tiempo de gracia que se abre ante
nosotros en la Cuaresma. Nuestro Dios siempre está dispuesto a perdonarnos. Es
el tiempo de la misericordia de Dios para nosotros. ¡No lo despreciemos!
EVANGELIO.- ¿Somos
sinceros con Dios? Del Evangelio de san Mateo deberemos concluir que –por lo
menos algunas veces- actuamos por apariencias. Y a Dios le gusta que nos
relacionemos directamente con Él a la hora de ofrecer sacrificios, oraciones y
limosnas o pedirle perdón, sin que lo sepan las personas, pues nuestro Padre puede
ver lo que hacemos en secreto. No importa la aprobación de los demás o el
éxito, sino lo que tenemos dentro.
MONICIÓN PARA LA PRESENTACIÓN
DE LA CENIZA
(Se portan hasta el altar
los envases contentivos de las cenizas para su bendición. Unos niños llevan,
delante de estas personas, letreros: ORACIÓN, AYUNO, PENITENCIA, COMPARTIR,
SACRAMENTOS, LA PALABRA, los cuales se dejarán en lugar visible una vez bendecidas
las cenizas)
Señor,
llevamos ante tu altar lo que es sensible a los sentidos –la ceniza- y lo que
no se puede ver -nuestro deseo de cambiar. Reconocemos que nos alejamos de Ti
cuando no perdonamos ni pedimos perdón, cuando dejamos de ayudar a quien nos
necesita o cuando no actuamos según Tu voluntad. Te pedimos hoy, Señor, que
bendigas estas cenizas para que, impuestas sobre nuestras cabezas, asumamos que
necesitamos cambiar nuestras actitudes con respecto a Ti y a las personas.
ORACIÓN
Oh Dios, que no quieres la
muerte del pecador, sino su arrepentimiento; escucha con bondad nuestras
súplicas y dígnate bendecir esta ceniza (+) que vamos a imponer sobre nuestras
cabezas, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, podamos llegar con el
corazón limpio a la celebración de las próximas fiestas pascuales. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Hoy ha comenzado el camino cuaresmal. Oramos por la Iglesia de Cristo, sus
ministros y todos los bautizados. Para que todos recordemos que somos esta
‘Iglesia, que es santa pero que necesita de penitencia’. Roguemos al Señor.
2.
El mundo está lleno de personas que sufren. Rogamos, Señor, por los enfermos,
los que pasan hambre o necesidades materiales básicas, por quienes sufren martirio,
maltrato o humillación, por quienes no
tienen vivienda o están pasando situaciones críticas. Que nos animemos a ayudar
en algo. Roguemos al Señor.
3.
Este es tiempo favorable para nuestra conversión. Señor, danos el valor de
agradarte más y que la lectura de Tu Palabra, los sacramentos de la
reconciliación y la comunión del Pan de Vida nos impulsen a llevarte en nuestro
cada día a todos nuestros ambientes, dándote a conocer. Roguemos al Señor.
4.
Hay mucha gente que ha desechado a Dios de sus vidas. Hoy queremos suplicarte
por ellos; por los que se autodenominan ‘ateos’, por los que están resentidos
con la Iglesia o sus miembros, por los que no perdonan a Dios la pérdida de un
ser querido…. Que nuestros sacrificios puedan sensibilizarlos a Tu amor vivificador,
sanador y transformador. Roguemos al
Señor.
5.
A veces caemos en pesimismo porque observamos muchos países con crisis, se
pierde la paz, se vuelven como lobos feroces entre ellos, se desestima el valor
de la justicia y se retrocede en logros de la misma humanidad. Señor, haz Tú lo
que nosotros no podemos, y llénanos de esperanza. Roguemos al Señor.
6.
Es buen momento para orar por nuestras familias y las del mundo entero. Para
que se recuperen los valores que las han caracterizado. Para que sean
reconstruidas como ‘pequeñas Iglesias domésticas’ que son. Para que la vida
armoniosa, fraterna y unida viva en ellas. Para que se ore, se sirva al
necesitado y valoremos el esfuerzo de unos por otros. Roguemos al Señor.
7.
Recordamos a los difuntos de nuestras familias y de la comunidad. Concédeles,
Señor, el descanso eterno y Tu Luz perpetua. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
Señor,
hoy hemos venido a imponernos las cenizas porque tenemos el firme propósito de
cambiar para parecernos y acercarnos un poquito más a Ti. Sabes que somos
débiles y Te necesitamos. Sabes que sin Ti nada podemos. Por eso Te buscamos.
Reconocemos que Tú Te harás presente sobre este altar bajo estas especies de
PAN y VINO. Con ellas Te entregamos nuestras debilidades, que Tú bien conoces.
Esperamos que con su transformación seamos transformados también nosotros.
¡Gracias, Señor, por tanto amor!
ORACIÓN FINAL
Dios
de la vida, que aceptaste Tu propio sacrificio para nuestro bien, permítenos
vivir cuarenta días de preparación para una nueva vida, llena de misericordia,
obediencia a Ti y servicio a nuestros hermanos. ¡Gracias por llamarnos, Señor!
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