Carta a Cristian Eduardo, un catequizando
Mérida; 1 de junio de 2014
Mi querido Cristian Eduardo:

Durante el tiempo de tu
preparación he tenido muchas dudas. Me
he preguntado si realmente tú merecías vivir este Primer Encuentro Eucarístico. En verdad, ninguna persona es merecedora de la Gracia tan magnífica que va
a ser recibida; pero sí me corresponde
cuidar de aquellos que la han de recibir.
Es probable, Hijo, que
no hayas aprendido muy bien las oraciones.
Eso no estará muy bien… mas, sin embargo, lo que sí importa es el Amor. Por eso hoy debo acercarme a
preguntarte: ¿Cuánto Lo amas? Resucitado
Jesús, se molestó en tomarse un tiempo de íntima conversación con Pedro para
preguntarle si Lo amaba. En tres
ocasiones éste Le respondió que sí lo amaba.
Y es que el amor verdadero debe superar pruebas; no ocurre así cuando el
amor es aparente. Por eso te vuelvo a
preguntar: ¿Lo amas?
En los términos de
Jesús, amar implica conocer.
Hoy tienes la gran oportunidad de conocer a Jesús. Él se te ofrece hoy para amarte como sólo Él
sabe hacerlo. Lo único que te pide que hagas es que te dejes amar. Que te abandones a sus amorosos
cuidados durante los minutos de Su visita.
Puedes callar y estar, simplemente:
se trata de vivir el misterioso encuentro de Quien ama con Aquél a Quien
ama.
Por
todo esto insisto: ¿Lo amas? ¡Sólo eso bastará!
Espero
que recuerdes siempre que en mí tienes una amiga y que me interesa verte crecer
física y espiritualmente. Le doy gracias
a Dios por haberte puesto en el camino de mi vida. No sabes cuánto he podido amar al Señor en
ti. Recuerda, también, que jamás alguien podrá amarte tanto como te ama
Jesús.
Te
dejo en manos de El Amigo. Agárrate a Él
y nunca lo dejes. Ése es el Gran Tesoro
que requieres para Ser Feliz. ¡María te
lo recordará!
Con
amor,
Tu Catequista Isabel
Comentarios
Publicar un comentario