II Domingo después de Navidad 4 de enero de 2015




MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy bendecido día tengamos todas y todos! Con nuestros corazones rebosantes de gozo por la presencia de Dios en medio de nuestras vidas, dispongámonos a celebrar nuevamente que Él vino para jamás irse y que está aquí en la Eucaristía. Sin hacer falta una fiesta especial, este Domingo nos encuentra entre Su Nacimiento y la Adoración de los Reyes. ¡Cualquier día es bueno para encontrarnos con el Recién-Nacido en el portal de nuestros corazones! Dios ha venido a salvarnos! ¡Nos ha hecho hijos del Padre! ¡Es Él quien nos lo ha revelado!
Que nuestros cantos de gozo y nuestras actitudes realmente cristianas sean los altavoces que anuncien al mundo que seguimos y adoramos a Jesús, nuestro Salvador. María y José nos acompañen a verlo crecer en nuestras vidas, llenándonos de Su Luz, Su gracia y Su bendición.

PENITENCIAL
1. Pedimos perdón, Señor, porque nos olvidamos que Tú amas a cada persona. Muchas veces las hacemos sufrir y Te entristecemos. Señor, ten piedad.
2. Pedimos perdón, Señor, porque manejamos nuestra vida por emociones y dejamos de lado la intención y el propósito de adorarte, llegando a adorar diosecillos que nos alejan más de Ti. Cristo, ten piedad.
3. Pedimos perdón, Señor, porque olvidamos que Tu Amor creador nos llamó a vivir y nos encomendó la santidad como meta de vida. Señor, ten piedad.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Del Libro del Eclesiástico, la Primera Lectura nos presenta la sabiduría de Dios; por el estilo, pareciera ser ‘alguien’ con esos atributos. Sin embargo, se trata de una cualidad de Dios. Es importante observar que la sabiduría de Dios tiene un lugar en medio de Su pueblo, el cual será Su heredad.
 SALMO.- ¡Dios es nuestro salvador! Él mismo nos ha rescatado y nos ha bendecido con toda clase de dones, siendo el más importante –hemos de reconocerlo- el misterio eucarístico que nos refuerza y restablece ante la presencia del pecado.
SEGUNDA.- El fragmento de la Carta de san Pablo a los Efesios que escucharemos nos enfrenta a nuestra realidad: Cristo nos ha salvado; pero, además, nos ha hecho hijos en el Hijo por voluntad del Padre. Sólo nos corresponde vivir santamente. El Hijo nos ayuda y también el ejemplo de los santos.
 EVANGELIO.- Se nos proclamará el prólogo del Evangelio de San Juan. Aquel que es la Palabra, la Luz, la Vida, ha venido hasta nosotros hecho carne, fragilidad, limitación, para exaltar nuestra pequeñez humana, llamándonos a la vida de hijos de Dios, de modo que vivamos en Su gracia y Su verdad, en Su Luz.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Para que la Iglesia actúe como canal que acerca Dios a nuestra sociedad. Para que la sinceridad y frescura que expresa el Papa Francisco lleguen a muchos corazones lejanos o endurecidos y estos se vuelvan testimonio de Tu Presencia, Señor, entre los hombres y mujeres de buena voluntad, porque se descubren ‘amados del Señor’. Roguemos al Señor.
2. Para que quienes celebramos a Jesús Niño en Belén nos decidamos a ser un pueblo orante e intercesor que lee la Palabra de Dios, la medita y la pone en práctica. Roguemos al Señor.
3. Por los gobernantes del mundo, para que se convenzan de la dignidad que, como personas y como hijos de Dios, tienen los ciudadanos y busquen servir en ellos al Dios-con-nosotros. Roguemos al Señor.
4. Para que descubramos al Señor en los hechos de la vida, en los gestos sencillos. Para que valoremos Su Presencia Eucarística y Le adoremos. Para que vistamos adecuadamente cuando venimos al templo y recordemos que también nosotros somos templo del Espíritu Santo, respetemos a las personas y nos respetemos a nosotros mismos. Roguemos al Señor.
5. Por quienes ya no están en medio de nosotros, para que encuentren la Luz eterna. Por quienes lloran su partida o han decidido vivir en el recuerdo para que, consolados en Tu Bondad, decidan vivir como testigos del  Amor de Dios. Roguemos al Señor.
6. Por nuestra Parroquia, por sus sacerdotes, por sus feligreses, por todas las actividades que en ella se planifican y desarrollan. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
1. Presentamos al Señor el año 2015 que acaba de comenzar. Queremos que éste sea el año en que el mundo Te descubra y se vuelva a Ti.
3. Te entregamos, Señor, en el calendario del año 2015, nuestros planes y proyectos, así como cada eventualidad no prevista, nuestros sentimientos y actitudes, las dificultades y facilidades, y a quienes estarán con nosotros; en fin, Te entregamos nuestras vidas seguros de Tus bendiciones más abundantes.
4. Finalmente, también Te entregamos el pan y el vino en acción de gracias a Dios porque decidiste vivir en medio de nosotros y sostenernos en la travesía de la vida con el mejor Alimento: Tu Cuerpo y Sangre, Señor.
Por todo esto, ¡gracias, Señor

ORACIÓN FINAL
Te damos gracias, Señor, por la existencia, por todas las personas a quienes conocemos y tratamos cada día. Te damos gracias, Señor, porque a cada instante podemos ponernos en Tu Presencia y tomar decisiones adecuadas o descubrir nuestros propios errores. Te damos gracias, Señor, por cada suceso, por las luchas, los fracasos y los triunfos. Te damos gracias, Señor, porque nos das el tiempo necesario para vivir y dar nuestro pequeño aporte a esta humanidad. Gracias, en fin, Señor, por el año que ha terminado y por este que acaba de comenzar. ¡Que sea un año de bendiciones que nos permita estar más cerca de Ti! Amén.

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