Santa María, Madre de Dios 1 de Enero de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días, amigos y hermanos! Nos estrenamos el nuevo año y, con María, nos
deseamos un año 2015 lleno de la Presencia de Dios en nuestras vidas. Que la
fidelidad a Cristo y Su seguimiento nos den la felicidad que esperamos, a pesar
de las dificultades que, seguro, tendremos.
En
efecto, celebramos la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, fiesta de largo
camino y profundo sentir en la Iglesia. A ésta se une la celebración de la
Jornada por la Paz. Hemos de recordar que las ideas de grandeza jamás nos
llenarán de paz, sino de compromisos por lucir más y más. Esto no sólo ocurre
en nuestra vida personal sino, igualmente, en la vida de los pueblos y
naciones. Sólo quienes saben que hay tareas que hacer y se disponen a ello con
entusiasmo y contando con la ayuda de Dios, lo lograrán.
Hemos
recibido el Gran Regalo, que es Cristo Jesús. Él nos necesita para hacer más
humano este mundo. ¡Démosle la oportunidad! Que la mirada de María, la Virgen,
vigile y contagie de Luz de Cristo
nuestros pensamientos y acciones para que nos podamos llamar ‘constructores de la
paz’.
PENITENCIAL
1. Pedimos perdón por nuestros
pensamientos, que no nos mueven al bien sino a continuar actuando igual. Porque
andamos en tinieblas y no nos importa. Señor que has nacido, ¡ten piedad!
2. Te pedimos perdón por nuestras
palabras duras, hirientes, descuidadas y ociosas, que no dan testimonio de
quién es nuestro Dios. Señor que has
nacido, ¡ten piedad!
3. Porque nuestros actos muchas
veces van en contra de la vida: chismes, calumnias, drogadicción, aborto, eutanasia,
asesinatos y tantas otras formas de muerte. Cristo que has nacido, ¡ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.-
Brevísima Primera Lectura; pero en ella se transmite la fórmula de bendición
dada por Dios a los israelita. ¡Buen momento para aprender a ‘decir bien’ a las
personas!
SALMO.-
Dios siempre ayuda y se ocupa de sus criaturas. Así podemos alabar a Dios, como
lo haremos en este salmo 66.
SEGUNDA.-
Nos encontramos con la Carta que escribió san Pablo a los Gálatas. La plenitud
de los tiempos ha llegado de manos del Hijo de Dios y a través de una Mujer,
María, de cuya descendencia nacería nueva la humanidad, pues el Hijo Unigénito
es ahora, además, persona humana. ¡Tenemos Padre, Hermano y Madre! ¡Razones
para agradecer!
EVANGELIO.-
Nuestro evangelista de hoy es san Lucas. Antes de referirse a la entraba del
Niño en el Templo, en la familia religiosa de Dios –esto es, la circuncisión-, se aprecian dos actitudes
ante el nacimiento de Jesús: una, en los pastores, activa, de acercamiento, agradecimiento
y júbilo. Otra, en María, aparentemente pasiva, contemplando el misterio que
era Su Hijo –posiblemente sin
intentar siquiera entenderlo, sólo aceptarlo- y dar gracias.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Por la
Iglesia. Para que la paz que Jesús le dio y que recibió llegue a cada lugar
donde se encuentre aunque sea un pequeño grupo de católicos. Y que sus
oraciones tengan la fuerza del Espíritu para renovarnos con la paz verdadera. Roguemos al Señor.
2. Por quienes
han sido bendecidos con la oportunidad de gobernar alguna entidad o nación,
para que se hagan conscientes de la responsabilidad que tienen para que se
logre la paz; que el Señor los guíe. Roguemos
al Señor.
3. Por los que
están soportando la cruz del sufrimiento, bien sea por enfermedad, carencias o
excesos, soledad o vacío de Dios. Que puedan descubrir en nuestra Madre un
camino de alivio y fuente de esperanza que alivie su dolor. Roguemos al Señor.
4. Por quienes
necesitan de ayuda material. Por quienes les socorren. Para que haya superación
de los miembros de esos grupos familiares y encuentren la manera de
desarrollarse positivamente. Roguemos al
Señor.
5. Encomendamos a
los enfermos. Te entregamos, Señor, el miedo que la enfermedad produce. Pedimos
Tus bendiciones para que nunca falten los recursos para su atención adecuada. Suplicamos Tu
Luz sobre quienes les atienden en los hogares, hospitales y clínicas.
Roguemos al Señor.
Por aquellos que
ya no comparten nuestra mesa ni nuestro ‘¡feliz año!’, para que el gozo de Tu
Presencia sea la recompensa por la vida vivida en esperanza. Por sus
familiares, para que encuentren en Ti su consuelo y renueven la alegría de
seguir viviendo. Roguemos al Señor.
Por nosotros,
para que nuestro testimonio de vida demuestre a todos que tenemos una Madre que
guía nuestro caminar hacia la Misericordia de Dios. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. El pasado
parece conocido pero el futuro nos es totalmente desconocido. Entregamos dos calendarios: el que acompañó
nuestros últimos días y el que lo hará durante el 2015. Bendice nuestros días
con Tu Luz, para que los caminemos contigo.
2. Tus planes, Señor, son perfectos. En esta agenda te entregamos cada instante de
nuestro 2015 para que se haga Tu Voluntad y no la nuestra.
3. Entregamos el pan y el vino. De María recibimos al
Hijo del Padre, en quien todos somos hijos e hijas. Con Ella queremos ser
portadores de Ti, Jesús, y gozar de Tu Presencia Eucarística para ser
testimonios vivientes de paz dondequiera que nos encontremos. ¡Gracias por
quedarte con nosotros, Jesús!
ORACIÓN FINAL
Señor, nada
tenemos fuera de Ti. Las personas, los eventos y las cosas van y vienen, muchas
veces en contra de nuestra voluntad y experimentando dolor y rupturas
profundos. ¡Sólo Tú permaneces! ¡Sólo Tú estás siempre! ¡Sólo Tú nos has amado
hasta el gran sacrificio! Te damos gracias,
Señor. Al agradecer Tu Presencia en nuestras historias personales, Señor, te
entregamos todo para que Tú seas nuestro Señor. Confiamos en Tus bendiciones
abundantes; haz que sepamos descubrirlas y gozarnos en ellas. Amén.
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