Misa del 31 de Diciembre de 2014
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Gloria
a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres y mujeres que ama el
Señor! Agradecidos a Dios que nos
permite celebrar este final de año en familia de fe, les damos la más cordial
bienvenida a nuestro último Encuentro Eucarístico de este año 2014, a lo largo
del cual resonarán palabras de
inspiración.
Cuando
concluimos un trabajo limpiamos o retiramos de éste todo lo que le sobra, por
no serle propio y agregamos detalles que hemos notado. ¿Qué puede sobrarle o
faltarle a un cristiano, que le sirva para concluir un nuevo lapso de su vida,
un año más? La Palabra nos orienta, pues Jesús es la promesa que se cumple en
la plenitud de los tiempos, María, la Mujer contemplativa, orante, agradecida,
de quien nació nuestro Salvador; los pastores, movidos y comunicantes, testigos
del amor de Dios; en fin, bendiciones hechas realidad.
Que
el año que ya pronto comienza podamos ser testigos agradecidos del amor de Dios,
sea cual sea nuestra condición o nuestra actitud y lo llenemos de bendiciones.
PENITENCIAL
1.
Porque nuestras palabras duras, hirientes, descuidadas- muchas veces destruyen lo
que, posiblemente, ha costado construir, y no dan testimonio de quién es
nuestro Dios. Señor que has nacido, ¡ten
piedad!
2.
Porque nuestros actos muchas veces van en contra de la vida: drogadicción,
aborto, eutanasia, asesinatos y tantas otras formas de muerte. Cristo que has nacido, ¡ten piedad!
3.
Porque andamos en tinieblas y no nos importa descubrir la verdad; porque ocultamos
nuestras verdaderas intenciones para que parezcan buenas. Señor que has nacido, ¡ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Brevísima Primera Lectura;
pero en ella se transmite la fórmula de bendición dada por Dios a los
israelita. ¡Buen momento para aprender a ‘decir bien’ a las personas!
SALMO.- Dios siempre ayuda y se ocupa
de sus criaturas. Así podemos alabar a Dios, como lo haremos en este salmo 66.
SEGUNDA.- Nos encontramos con la Carta
que escribió san Pablo a los Gálatas. La plenitud de los tiempos ha llegado de
manos del Hijo de Dios y a través de una Mujer, María, de cuya descendencia
nacería nueva la humanidad, pues el Hijo Unigénito es ahora, además, persona
humana. ¡Tenemos Padre, Hermano y Madre! ¡Razones para agradecer!
EVANGELIO.- Nuestro evangelista de hoy
es san Lucas. Antes de referirse a la entraba del Niño en el Templo, en la
familia religiosa de Dios –esto es, la
circuncisión-, se aprecian dos actitudes ante el nacimiento de Jesús: una, en
los pastores, activa, de acercamiento, agradecimiento y júbilo. Otra, en María,
aparentemente pasiva, contemplando el misterio que era Su Hijo –posiblemente sin intentar siquiera
entenderlo, sólo aceptarlo- y dar gracias.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Cristo se
hará presente en su Cuerpo y en su Sangre para todos nosotros, elevemos al Señor las intenciones que hay en
nuestros corazones:
1.
Por la Iglesia de Cristo, para que se
le note siempre que conoce a Jesucristo y que está dispuesta para la acción de
Su Santo Espíritu. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.
Por
nuestro Papa Francisco, para que el
Espíritu Santo lo fortalezca y acompañe en todo su pontificado. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.
Por nuestros sacerdotes, religiosos y
religiosas para que el Señor les socorra en cada necesidad e ilumine cualquier
duda, transformándola en fe madura y actuante en caridad y esperanza de vida
eterna. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.
Recordemos a los cristianos alejados,
confundidos por ideologías o pensamientos de moda. Que sean iluminados por Tu
Luz, Señor, y descubran el verdadero sentido de sus vidas. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5.
Por las familias reunidas para
celebrar el año que termina, para que reine la alegría y la reconciliación y se
gocen adorando al Niño Dios, descubriendo y admirando Su grandeza en cada
integrante. Que reciban Tu Paz. ROGUEMOS AL SEÑOR.
6.
Por las familias que se han destruido
o están próximas a serlo, para que descubran que, también por cada uno, cada
una, de sus integrantes, Dios envió a Su Hijo Único; que traten de salvarse en
comunidad familiar. ROGUEMOS AL SEÑOR.
7.
Por todos los
difuntos, para que vean cumplida la promesa de salvación en la que creyeron.
Por quienes sufren su partida; para que recuerden que son testigos de Tu luz y
tomen ánimo de vivir en esa Luz. ROGUEMOS AL SEÑOR.
8.
La transformación
del pan y el vino en tu Cuerpo y Sangre, Señor, es el más grande de los
milagros. Para que lo tomemos en serio y nos convirtamos en adoradores y testigos
vivientes de su existencia y su poder –capaz de cambiar nuestras vidas.
ROGUEMOS AL SEÑOR
1. SILENCIO (MARÍA)
María es la Mujer en quien encontró eco el silencio del Amor Trinitario
que generó la Vida nueva, Jesucristo. Queremos hablar menos, escuchar y
contemplar más. Te elegimos, María, como modelo a imitar.
2. LUCES
Jesús es la Luz del mundo. Estamos dispuestos a ser bañados por Tu Luz.
Iluminado nuestro pecado, podremos vencerlo con Tu Espíritu.
3.
LA PALABRA
Tu Palabra creadora dio la existencia a cuanto
vive o está aquí o más allá. Tu Palabra es llamado, es poder, es contenido que
irrumpe y crea cada realidad. ¡Recréanos, Señor, para que renazcamos de lo
alto!
4.
LA VIDA (PADRES CON SU
NIÑO/A, CÁLIZ Y VINAJERAS)
Cada
niño o niña que nace nos recuerda la grandeza del amor de Dios, que es Vida en
abundancia. Ése es el proyecto de Dios para el mundo. Así, su Hijo, se nos da
en el Misterio de Salvación y nos invita a desarrollar más vida. ¡Aceptamos la
invitación! Sabemos que Tú eres el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación, nuestro
Alimento para la Vida eterna.
Por todo esto, ¡gracias, Señor!
ORACIÓN
FINAL
¡Gracias, Padre, por el año que casi
termina!
¡Gracias, Señor, porque ha habido
esfuerzos y logros; porque ha habido siempre una mano amiga que nos ha ayudado
cuando hemos fallado!
¡Gracias, Señor, porque hemos podido
acudir a Ti en nuestras tristezas y alegrías, seguros de que Tú estabas con
nosotros y nos comprendías!
¡Gracias, Señor, porque aceptas y
transformas nuestros planes y proyectos, porque Tú eres nuestro principal plan!
¡Gracias, Padre, porque en María hemos
encontrado auxilio y consuelo!
¡Gracias… sólo eso pueden expresar
nuestros corazones ante Ti, Señor!
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