La Natividad del Señor, Misa del Día 25 diciembre de 2014
MONICIÓN DE
ENTRADA

El mensajero
ha hablado. Nos ha anunciado que podremos encontrar la paz verdadera. Aquel que
es el Verbo de Dios ha comenzado a actuar en medio de nosotros. Aquel que,
también, es la Palabra de Dios, ha comenzado a expresarse en medio de nosotros.
¡Nos ha nacido EL REDENTOR! ¿Será que Le reconoceremos? Vivamos gozoso la
manifestación de Dios hecha Eucaristía y recordemos llevar Su mensaje, cual
ángeles o pastores lo hicieran, a donde quiera que nos encontremos.
PENITENCIAL
1. Vino a los suyos y los suyos no
Le recibieron. Pedimos perdón porque
cerramos al Señor nuestro corazón, despreciando Su Presencia. Señor que has nacido, ¡ten piedad!
2. El Verbo se hizo carne. Hoy
pedimos perdón porque nuestras palabras no siempre hablan como nuestras obras y
nos quedamos en palabras muy bonitas, pero nada más. Señor que has nacido, ¡ten piedad!
3. Tanto amó Dios al mundo que nos
envió a Su Hijo único en Navidad. Pedimos perdón porque, nosotros también nos
fijamos en lo que luce, en lo que se ve, en la apariencia, corriendo el riesgo
de olvidarnos del amor que Dios derramó sobre todas y todos en la primera Navidad. Señor que has nacido, ¡ten piedad!
MONICIONES SOBRE
LAS LECTURAS
PRIMERA.-
Hoy es todo alegría: Tal y como lo expresa el profeta Isaías, en la Primera
Lectura, ¡qué hermosos son los pies del
mensajero...! Es que ha llegado el Señor que esperábamos. La alegría y el
amor por todo y por todos deben llenarnos hoy, pues ese Niño nos ha traído la
liberación.
SALMO.-
Con el Salmo 97 se adoraba a Dios cuando se esperaba Su venida. Los judíos
piadosos creían que un día el Señor les salvaría. Nosotros sabemos que Dios ha
venido junto a nosotros en la debilidad de un Niño. Sabemos que el Señor está
con nosotros para salvarnos. Pero, ¿creemos realmente? ¡Creamos y alabemos!
Dios se ha humanizado para divinizarnos.
SEGUNDA.-
El comienzo de la Carta a los Hebreos, que es nuestra Segunda Lectura, nos
expone el plan de Dios, trazado desde antiguo,
por medio de los profetas. Hoy, desde hoy, es el Hijo quien nos habla. Él nos
trae nuestra salvación.
EVANGELIO.-
El Evangelio de San Juan nos presenta un importante texto de la Escritura donde se describe de manera muy
completa a Nuestro Señor Jesús, hecho carne y acampado entre nosotros para
mejor conocer al Padre, para darnos la Salvación.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Para que la
Iglesia transmita a las futuras generaciones el gran Misterio de la Navidad. Un
Misterio que es Dios en medio de nosotros. Para que sepa expresar en palabras nuestras lo que este Misterio
encierra. Roguemos al Señor.
2. Por todos los que estamos en esta
Eucaristía, atendiendo a nuestras tradiciones cristianas. Para que tengamos el
valor de mostrarnos cristianos ante este mundo que niega a Dios. Roguemos al Señor.
3. Hay muchos
que no estuvieron en nuestras mesas. Roguemos por quienes ya no se relacionan.
Por los enfermos, los que están hospitalizados. Por los presos. Por los que no
pueden vivir la Navidad en familia. Por los que se encuentran en dificultades.
Por los que están en otro país. Para que el Niño Dios esté presente en sus
corazones. Roguemos al Señor.
4. Por
nuestras familias. Para que las reuniones de estos días sean signo de nuestra
fe y de nuestra esperanza en Dios. Para que la bendición de la mesa nunca se
olvide, así como el visitar a nuestros familiares y amigos enfermos, cantar
aguinaldos o expresar nuestra fe con un ‘¡Feliz Navidad!’ Roguemos al Señor.
5. A veces
nos cuesta entender tanta alegría. Oramos por las personas que están tristes
por situaciones en sus vidas, especialmente en fechas cercanas a la Navidad.
Que la ternura de Dios -nacido en debilidad y necesidad, como cualquiera de
nosotros- nos enfoque a superar el
dolor. Roguemos al Señor.
6. Recordamos
a nuestros seres queridos ya difuntos, quienes ¡hoy cantan y gozan ante el Niño
Dios en el cielo! Que nuestras oraciones les ayuden a vivir la paz de Dios,
mientras nosotros nos encaminamos al Señor en medio de nuestras situaciones. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
(Dos
personas o dos familias portan hasta el altar el cáliz y las vinajeras)
¡Oh buen Jesús, que quisiste nacer
pobre y necesitado para enseñarnos el camino a la Verdad, la Luz, la Vida! Te
recordamos en cada niño o niña que nace, pues constituyen una nueva esperanza
para todos. Hoy queremos descubrir la grandeza del amor de ese Dios que quiso hacerse uno de nosotros para poder
entregársenos como el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación. Por eso, en esta ofrenda, te entregamos
nuestra gratitud por Tu sacrificio, así como nuestro deseo y nuestro compromiso
para que nuestras vidas siempre estén bañadas por Tu Luz.
ORACIÓN FINAL
¡Señor Dios nuestro! Te damos gracias
por tanto amor. Te damos gracias por enseñarnos a través de cada personaje de
esta Navidad, cómo debemos vivir para descubrirte, adorarte y servirte. Que podamos
escucharte y seamos adoradores como los pastores; que dondequiera que estemos
brille Tu Luz para todos, cual la estrella; que depongamos las grandezas
humanas para descubrirte en la humildad y sencillez, como los reyes; que
estemos en el lugar donde Tú Te manifiestes, como la mula y el buey. Finalmente,
Señor, que seamos humildes, puros y obedientes ante Ti, como José y María. Por
el contrario, Señor, que jamás manipulemos interesadamente la Verdad para hacer
uso de Tu Presencia Mesiánica y que nunca alcemos la mano contra la vida, como
lo hizo Herodes. Danos ser testimonio vivo de Ti. Y que nuestro convencimiento
nos haga ser cristianos auténticos, como quiere Jesús. Amén.
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