Domingo I de Adviento 30 de noviembre de 2014 (II)




BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO
MONICIÓN
Hermanos ¡Llama el Señor! ¡Nos llama, el Señor, en medio del desierto! A recuperar la alegría de la fe. Viene a nuestro encuentro, en cada circunstancia, para llenarnos de valor y de entereza, de audacia y de esperanza. ¿Seremos capaces de levantar las antenas de nuestra existencia para dejarnos guiar y llevar por El? ¡Vino, viene y vendrá el Señor! Para infundirnos ánimo y sacarnos de tantas fosas en las que nos hemos metido. ¡Necesitamos salvación! ¡Necesitamos a Jesucristo! ¡Bienvenido sea el adviento, tiempo de esperanza y días que nos adentran en los caminos de Dios! Vamos a bendecir la Corona de Adviento. Su color verde nos habla de la esperanza, de la vida que hemos de tener todos los creyentes que anhelamos la llegada del Salvador. Las lámparas, que en cada domingo iremos encendiendo, simbolizan la luz de Cristo que viene a nuestro encuentro y que se imponen sobre la oscuridad del mundo.
PRIMER DOMINGO (BENDICIÓN)
La tierra, Señor, se alegra estos días y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia,
del dolor, de la apatía y del pecado.

Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos y la ha adornado con cirios.

Ahora, pues, que comenzamos el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona con nuevas luces,
nos ilumines a nosotros con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
--Él que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.
(Se acerca una persona y enciende el primer cirio)
Canto: ¡Ven, ven Señor no tardes! (U otro canto apropiado)

MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos a esta Eucaristía. Con el acto de encender esta primera vela iniciamos el Tiempo de Adviento y con ello el nuevo año Litúrgico, dentro del Ciclo B. ¡Qué la luz de Cristo nos ilumine a todos! Y en este tiempo en el que todos instalamos alarmas para defender nuestras propiedades, la Palabra de Dios nos dice: “vigilad, no os durmáis, estad en vela”. Y es que mientras custodiamos las cosas materiales, descuidamos las riquezas verdaderas de nuestra vida y en lugar de liberarnos nos sentimos esclavizados.
 PREGÓN DE ADVIENTO
¡PREPARATE, QUE DIOS VIENE A TU ENCUENTRO!

Por Javier Leoz

¡Vigilen! Sí; vigilemos. ¿Por qué?

Porque necesitamos de una palabra de aliento. Porque, el mundo, este mundo que tocamos con las yemas de nuestras manos; que amamos y que a la vez odiamos; este mundo tan necesitado de paz, como tan lleno de contiendas necesita de buenos vigilantes.

Hombres y mujeres que, más allá del día a día, entre los rascacielos del puro y duro sensacionalismo o materialismo, levanten su cabeza y esperen. Sí; esperen a un Dios que viene a salvarnos. ¿Salvarnos? ¿Salvarnos de  qué? De mucho, amigos, de mucho.

Hay muchas cosas y  acontecimientos que atragantan nuestra felicidad. Vemos que este “gran  castillo del bienestar que nos hemos montado” se tambalea y nos produce  ansiedad, corrupción, mentiras e inestabilidad. Dios que sale a nuestro encuentro. Dios que, en la Navidad, se  hará pequeño mientras que el hombre se  empeña en hacerse grande.

Dios que, en Jesús, se  dejará abrazar, amar, tocar, besar, adorar.

¡Bienvenido, Adviento! Entra por las ventanas y  balcones de nuestros corazones. Vivamos, amigos, este tiempo  de esperanza; semanas de espera y horas de tensión. ¡Que va a venir el Señor! No podemos bajar la guardia; no podemos bajarnos del torreón de nuestra fe por el simple hecho de que nos digan que, en el llano, se vive mejor sin Dios.

Adviento. Lo necesitamos. ¡Qué déficit de esperanza el nuestro! Viene  el Señor, porque nos ve vacíos. Cuántas estrellas que  iluminan las calles y, los que las han puesto, no saben ni por qué ni por  quién.

Adviento. ¡Bienvenido seas! ¡Qué ganas tenemos de un  Niño que nos reúna en torno a la  mesa y nos haga pensar que, el  mundo, aún tiene solución! Adviento. Es el Señor, que  llega.
Prepárate…es Dios quien llega en persona.

PENITENCIAL
1. Porque olvidamos que Tú eres el centro y la razón de ser de esta fiesta, pues Navidad quiere decir NATIVIDAD. SEÑOR TEN PIEDAD.
2. Porque olvidamos a los que tienen menos  y no compartimos nuestros bienes con ellos. CRISTO TEN PIEDAD.
3. Porque sólo buscamos tener lo que queremos, en lugar de dar a los demás lo que debemos. SEÑOR TEN PIEDAD



MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- La primera lectura es del profeta Isaías, quien anuncia al Pueblo de Dios una gran novedad, cinco siglos antes del nacimiento de Jesucristo. Isaías habla de Dios con mucha esperanza, lo describe como un padre en quien podemos confiar siempre. ¡Prestemos mucha atención a la lectura.
SALMO.- El salmo 79 fue compuesto, posiblemente, entre los años 168-165 antes de Cristo. ¿La petición? Que el Dios generoso y amante de sus criaturas dirija su mirada hacia la viña que el mismo plantó cuando se viven tiempos difíciles. Es que todos vivimos tiempos difíciles de cuando en cuando: Recordemos acudir a tan Buen Padre.
SEGUNDA.- En la segunda lectura,  tomada de su 2ª Carta a los Corintios, San Pablo da gracias a Dios porque, a través de su Hijo Jesucristo, se nos han dado todas las gracias necesarias para que podamos obrar el bien a quienes nos rodean, tal y como lo hizo el mismo Jesús. Y nos recuerda, además, que Jesús ha de venir y que Él es fiel.
 En el Evangelio, Jesús nos dice que no nos durmamos, que la Navidad está muy cerca y que hemos de estar “en vela”, despiertos y muy atentos. Escuchemos.
EVANGELIO.- El Evangelio de hoy nos invita a vigilar; vigilar porque no sabemos cuándo vedrá el Señor; velar porque sólo así nos enfocaremos en lo que debemos hacer y podremos responder por nuestros actos cuando llegue la hora. El Señor quiere que nos salvemos y que seamos plenamente felices.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1) Por la Iglesia, para que se renueve en la esperanza que este Tiempo de Adviento nos presenta. Por todos sus pastores, para que sean el rostro amoroso de Jesús. Roguemos al Señor.
2) Jesús vino y nos mostró cómo vivir en paz y amor. Que nuestros gobernantes y dirigentes quieran imitar lo que Jesús nos enseña en el Evangelio. Roguemos al Señor.
3) Para que a partir de este tiempo de Adviento pongamos en el centro de nuestras vidas  a Cristo. Roguemos al Señor.
4) Hay mucha gente que tiene dormida su fe o que viven como si Dios no existiera. Para que la próxima Navidad toque sus corazones y puedan reencontrarse con el Señor. Roguemos al Señor.
5) Para que nos fortalezcamos en la oración y el servicio al más , como una manera de prepararnos para la fiesta cristiana de la Navidad. Roguemos al Señor
6) Por todos los niños, niñas y jóvenes de nuestra Parroquia, para que tomemos en serio esto de prepararse bien para el Nacimiento de Jesús, llevando Su amor a todos. Por nuestros ancianos y enfermos, para que vivan el gozo del Dios-con-nosotros. Roguemos al Señor.

7) Por quienes ya no están físicamente en medio de nosotros, para que gocen del eterno descanso en el Señor. Roguemos al Señor.



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