Solemnidad del Corpus Christi, Misa Familiar, 14 de junio de 2020
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días, hermanas y hermanos!
Hoy
celebramos la presencia real de Jesucristo en el Sacramento del Altar. Como lo
decidió y comenzó a hacer el Papa Urbano IV en 1264, se hará la exposición
solemne del Santísimo Sacramento, aunque no se pueda celebrar la tradicional procesión.
Jesús
dijo que estaría en medio de nosotros todos los días hasta el final de los
tiempos. Ciertamente, nadie habría pensado que el Señor se escondería -por así
decirlo- en un pedazo de pan, en un poco de vino.
Hoy
nuevamente el mismo Señor Jesús nos envía a llevarlo a las comunidades, donde
lo adoraremos con todo nuestro corazón y lo descubriremos en quienes sufren.
PENITENCIAL
1.
Nos olvidamos que el Señor está presente de muchas maneras en nuestras vidas,
transformando nuestro dolor, aunque lo ignoremos. ¡Señor que lo das todo, ten piedad de nosotros!
2.
El Señor se entrega por nosotros y para nosotros en cada Eucaristía; pero no le
permitimos guiar nuestros pasos al salir del templo: no lo dejamos actuar. ¡Cristo, sacerdote eterno, ten piedad de
nosotros!
3.
Nuestra mente acepta a Jesús Eucaristía como una teoría de tantas, pero se
niega nuestro corazón a darle permiso para transformarnos. ¡Señor, Pan de Vida, ten piedad de nosotros!
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
Al
salvarnos, Dios no pretendía dejarnos solos; se quedó con nosotros y así ha de
permanecer hasta el final de los tiempos. Constituido en nuestro Alimento, nos
capacita y fortalece para ser Iglesia y para actuar con misericordia
dondequiera que nos encontremos. Por eso alabamos y agradecemos al Señor,
nuestro Pan bajado del cielo.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Nuestro Señor Jesucristo quiso
quedarse para siempre con nosotros en la Eucaristía (A cada oración,
respondemos: …¡El
Pan de la Vida Nueva!):
1. Oramos por la Iglesia toda. Por el papa
Francisco. Por nuestros obispos (…). Para que cuenten siempre con el
aliento del Espíritu Santo y puedan llevar a cabo la misión que Jesús ha
confiado a sus Apóstoles. Danos siempre, Señor…
2. Amar tiene mucho que ver con conocer. A
Dios se le puede descubrir en las Escrituras. Que nos animemos a leer el
Nuevo Testamento para comenzar a conocer a Jesús y convertirnos, así, en amigas
y amigos suyos. Danos siempre, Señor…
3. Te encomendamos a todos los consagrados
a tu servicio. Cuídalos en sus necesidades personales. Que haya abundancia
de vocaciones auténticas y que sean tenidos por amigas y amigos dondequiera se
encuentren. Dales siempre, Señor…
4. La Eucaristía es misterio del amor más
puro. Quienes le recibimos, ¿amamos a los demás? ¿Sirve de algo decir “Dios
es amor” si, luego, no damos ni ofrecemos cariño? Para que nos tomemos en serio
el ejemplo de vida de Jesús y sus
palabras. Danos siempre, Señor…
5. Demos gracias al Señor porque su Santo
Espíritu nos capacita para descubrir las necesidades de nuestro prójimo y servirlos
con amor, porque nos hace ‘misericordiosos’. Danos siempre, Señor…
6. Queremos suplicarte, Señor, por
nuestras familias. Son ellas las que enseñarán a los más pequeños, con su
ejemplo, a perseverar y asumir con alegría el compromiso de formarnos para
conocer nuestra fe sin conformarnos con ‘salir’ de cada sacramento y, así,
poderte amar, Señor, en quienes nos rodean. Dales siempre, Señor…
7. Te suplicamos, Señor, llenes de
bendiciones a quienes hoy lloran a un ser querido y que a estos les concedas
vivir en tu morada eterna. Dales siempre, Señor…
OFERTORIO
No
caben en este día, otras ofrendas que aquellas que el mismo Cristo escogiera
para que se convirtieran en su Cuerpo y en su Sangre: el pan y el vino.
Bendito seas, Señor Jesús, por querer quedarte con nosotros todos los días
hasta el fin del mundo, para adelantarnos desde ya nuestro pedacito de cielo.
¡Gracias, Señor, por lo que harás en nosotros!
ACCIÓN DE GRACIAS
Gracias,
Señor, porque eres el Pan Vivo que has bajado del cielo, dándonos vida y
consuelo. ¡Que nunca nos falte tu Alimento! Amén.
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