Solemnidad de Pentecostés, Misa Familiar, 31 de mayo de 2020
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días, hermanas y
hermanos! Sean bienvenidos a nuestra
celebración eucarística de este Domingo de Pentecostés.
‘Jesús cumple la promesa que Él y
el Padre nos habían hecho, la de enviarnos al Defensor, al Protector, al
Fortalecedor, al Espíritu de ambos, Aquel que nos enseñaría cuanto corresponde
y nos capacitaría para ser hijos de un Padre misericordioso, con un nuevo
corazón, reunidos en esa Iglesia que Jesús mismo fundó con el Sello de Su amor.
¡Practiquemos un poco! Cerremos nuestros ojos un momento y pidamos al
Señor que sople sobre nosotros y nos envíe su Espíritu para que recibamos su
Paz, que tanta falta nos hace.
PENITENCIAL
1. Porque nos encerramos en nosotros
mismos y no Te permitimos actuar en nuestras vidas, en nuestro cada
día. ¡Señor que nos renuevas, ten piedad!
2. Porque no buscamos fuerzas y energías
en la vida sacramental ni en el servicio. ¡Cristo que nos capacitas, ten
piedad!
3. Porque no nos asociamos a la alegría de
tu Resurrección y vivimos tristes y malhumorados; porque no transmitimos tu
Presencia gloriosa sino un gran pesar por nuestra existencia. ¡Señor de nuestra
alegría, ten piedad!
MONICIONES A LAS LECTURAS
La respuesta de Dios a tanto dolor
es su Espíritu Santo, capaz de cambiarlo todo. Nos anima e impulsa a ser la
Iglesia que el mismo Cristo formó en la unidad, el amor, el servicio, en la
vida plena.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
La Iglesia pregona
y anuncia a Cristo muerto y resucitado. Pidamos
que en ella haya paz, justicia, y disposición para descubrir Tu Presencia. Oremos.
2.
Muchas personas
consagran sus vidas al Señor de diferentes maneras y grados. Encomendamos al
Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, así como a
nosotros, laicas y laicos. Que haya
abundancia de vocaciones auténticas, que sean tenidos por Amigos y Amigas en
las comunidades donde están. Que guíen, corrijan y den amor del Tuyo, Señor. Oremos.
3. Característica singular del Amor de Jesús es su Paz. Que tengamos el valor de ‘cuadrarnos’ a la Paz de Cristo.
Que seamos capaces de renunciar a lo que nos ofrece el mundo como ‘paz’ para
vivir la Paz del Señor. Oremos.
4. Jesús nos dio -y nos sigue dando- su Espíritu, que
permanecerá hasta el final de los tiempos como ese ‘otro protector’. Que nos dejemos iluminar por la Luz del Espíritu de Dios
para que resolvamos nuestras situaciones de vida más duras. Oremos.
5.
Hay muchas
personas que conocemos que están sufriendo enfermedades fuertes o situaciones
difíciles, Señor. Hoy queremos pedirte que, aunque
nosotros no los recordemos, Tú les envíes tu Espíritu para que sus realidades
sean transformadas y reciban de tu Vida misma la capacidad de salir adelante. Oremos.
6.
Te suplicamos,
Señor, por quienes enseñan sobre Ti, por los sacerdotes, catequistas y
formadores de grupos de apostolado;
para que atiendas sus necesidades y les instruyas en la fe. Para que les animes
a formarse y vivir según tu Voluntad. Oremos.
7.
Señor, bendice a
los niños, niñas y adolescentes que se han estado buscando en algún sacramento o
que lo harán. Pedimos para ellos tu bendición.
¡Que no puedan ya vivir sin Ti! Oremos.
OFERTORIO
Señor,
queremos presentarte estas ofrendas que son expresión de nuestras vidas, para
que obres prodigios y señales en nuestras ellas, transformándonos en Ti mismo:
1.
Como nada hay que salga de nosotros, Te entregamos, Señor,
nuestro deseo de ser luz donde nos
encontremos. Que dejemos actuar tu Espíritu. (7 cirios)
2.
Por cuanto en Pentecostés nació tu Iglesia, nos presentamos
a Ti, entregándote nuestra mejor disposición de trabajo, servicio y unidad. (Varios parroquianos)
3.
Señor, al entregarte el pan y el vino, deseamos
anhelar tu Alimento al punto que te constituyas en la prioridad de nuestros
Domingos, de nuestra existencia. ¡Señor,
te agradecemos por todo esto!
ORACIÓN FINAL
Padre
de Misericordia, que nos fortaleces con tu Santo Espíritu, protégenos
abundantemente de todo aquello que nos aparte de Ti y de servir a nuestro
prójimo. Amén.
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