Pascua de la Resurrección del Señor,12 de abril de 2020
Países en
cuarentena
OBSERVACIÓN: Muchos países se encuentran en situaciones muy
especiales debido a la pandemia causada por el Covid-19. En el presente Guión
se mantienen las siguientes moniciones y contenidos para una situación regular,
como ocurre en algunos otros países; y se refiere al Decreto “En tiempo de
Covid-19” para aquellos que se encuentren afectados por la pandemia en
cuestión.
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Alegrémonos, hermanas y hermanos! ¡El gran día
ha llegado! ¡El Señor ha resucitado! ¡El
Señor ha pasado por nuestras vidas renovándolo todo! Al quitar el pecado del
mundo nos restableció con gran humillación y sufrimiento, pero, ¡Jesús ha
vencido!
Y, ante el proceso vivificante del Señor,
podríamos hacerlo proceso vivificador para cada uno de nosotros. Podemos
hacerle violencia al pecado consentido para poder, así, vivir en humildad,
caridad, respeto y fe. Demos un paso más de servicio y amor para ayudar a
restablecer a quienes se están desgastando en el sufrimiento propio y de su
prójimo, ayudándoles con nuestras oraciones a superar la gran crisis y valerse
de ella para apuntalar los valores más sublimes del amor y de la fe: cada
persona, el servicio, la fe en Dios, el respeto a la vida y la dignidad humana
Cantemos en este día de alegría. ¡Aleluya!
¡Aleluya!
PENITENCIAL
La Resurrección de Jesús venció la muerte. Hoy
nos reconocemos pecadores y, para lavar nuestras vidas y reavivar nuestra fe,
recibiremos la aspersión del agua que fue bendecida durante la Vigilia Pascual.
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- La primera lectura, tomada del Libro de los Hechos de los
Apóstoles, nos presenta a Pedro lleno del Espíritu Santo y anunciando la Salvación
que nos trajo Jesús. El valor ha reemplazado al miedo. ¡Hay mucho trabajo por
hacer!
SALMO.- Alabaremos
con el salmo 117, el salmo pascual por excelencia, rico en expresividad. Como diría
san Agustín, "Nada más grande que
esta pequeña alabanza, ‘porque es bueno’,
con que se dan gracias por la victoria pascual del Señor. ¡Agradezcámosle,
pues, por su misericordia!
SEGUNDA.-
Escucharemos un fragmento de la Carta de san Pablo a los Colosenses. El Apóstol
comprendió muy bien que la Resurrección de Jesús debía cambiarlo todo, hasta
nuestros miedos e inseguridades. Jesús Resucitado es anticipo de nuestra propia
resurrección y, si realmente lo creemos, debemos vivir al estilo del Resucitado,
en amor y servicio.
SECUENCIA.- En seguida se proclamará el hermoso himno que ya los
primeros cristianos entonaban celebrando la gloriosa Resurrección del Señor. Es
veraz el testimonio de las mujeres y que los Apóstoles lo confirman. Es hora de
creer, crecer y madurar nuestra fe.
EVANGELIO.- Nuestro evangelista es san Juan. Rompiendo las tinieblas del
mundo, Cristo resucita para anunciar e inaugurar el camino nuevo de la fe y la
esperanza que hemos de transitar en la humildad y la sencillez de quien se sabe
amado y amante. Amor, perdón y misericordia han de caracterizar nuestro nuevo
camino.
RENOVACIÓN
DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO (Se responde: ‘Sí creo.’)
·
¿Creen en Dios Padre todopoderoso creador del
cielo y de la tierra?
·
¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro
Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre
los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
·
¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa
Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en
la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Esta es
nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en
Cristo Jesús, nuestro Señor.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Todos somos Iglesia que nació a la luz de la
Resurrección del Señor. Para que seamos anunciadores valientes y renovados del
Mensaje de Salvación que Jesús nos entregó y cuya Resurrección confirmó. Oremos.
2. Nuestra Iglesia sufre el martirio en cientos
de cristianos que son perseguidos y asesinados. Oremos por ellos y por quienes
los persiguen, por quienes persiguen al Hijo Único de Dios. Oremos.
3. Presentamos a quienes rigen los destinos de
los pueblos, para que la Resurrección de Jesús ilumine sus proyectos y
decisiones, y sea posible la paz y el desarrollo, la justicia y el perdón en todas
las naciones. Oremos.
4. Oremos, también, por toda la gente que
sufre, que no ve solución a sus situaciones de vida, a los que sobrellevan
enfermedad, soledad o prisión. Por las víctimas directas o indirectas de la
pandemia que padecemos. Oremos.
5. Necesitamos, Señor, muchos sacerdotes
santos, que te adoren y sirvan solo a Ti. Que sean testigos creíbles de tu amor
y tu sacrificio. Que sean capaces de cambiarlo todo para serte fieles. Por eso,
hoy queremos encomendarte a todos los sacerdotes. Oremos.
6. Por todas las personas que han visto cambiar
sus condiciones de vida por la pandemia del Covid-19. Por quienes han perdido
seres queridos, trabajos, salud o quienes han perdido a familiares y sus
seguridades. Oremos.
7. Recordamos a quienes han pasado por nuestras
historias personales y ya no están, porque se han ‘dormido’ para siempre.
Oramos por ellos. Y por cuanto creemos que Cristo ha Resucitado, entendemos que
ellos también resucitarán, pues en este día nuestra muerte ha sido vencida.
¡Estemos alegres! ¡Nos volveremos a ver! Oremos.
8. Muchos han visto
irse a familiares y seres queridos, a sanitaristas, sacerdotes y benefactores sin
siquiera poder despedirse o acompañarlos en su lecho de enfermos. Para que la
Resurrección destruya esa sensación de soledad y abandono y les permita
comenzar una vida más plena de fe y servicio, de encuentro y misericordia. Oremos.
OFERTORIO
Ya ha pasado la noche oscura de la Muerte de
Jesús. Ahora nos gozamos en la Luz del Resucitado que se abre paso. Jesús ha
quedado en nuestros corazones y en la Eucaristía. Sentado a la derecha del
Padre espera que dejemos progresar su acción vivificadora. El sudario habla de aquello en que creemos: Resucitó. El pan y el vino, que se convertirán en
Jesús mismo, el Alimento para nuestra Salvación, representen nuestra decisión
de ser transformados con Cristo. ¡Gracias, Señor!
ACCIÓN DE
GRACIAS
Gracias, Padre bueno, porque en el sufrimiento,
Pasión y Muerte de Jesús nos perdonaste nuestro pecado y porque en su gloriosa
Resurrección nos hiciste tus hijos, proyecto de tu amor, capacitándonos para
llevar tanto amor a quienes encontremos y hacer presente, así, tu Reino aquí y
ahora. Por eso, a pesar del dolor y los problemas que enfrentamos; a pesar de
la pandemia del Covid-19; a pesar del miedo, de la inseguridad y del dolor que
nos rodean … ¡porque Tú estás vivo y nos amas, gracias, Señor!
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