IV Domingo de Pascua: El Buen Pastor, 12 de mayo de 2019
¡Feliz y bendecido Día del Señor para todos! Nos llenamos
de alegría por cada uno de los asistentes a esta Eucaristía del IV Domingo de
Pascua, cuando reconocemos al Señor como nuestro Buen Pastor. Es un sueño,
hasta ahora, que Jesús sea el Único Pastor y todos seamos las ovejas de su
único rebaño. Es, pues, un día especialmente dedicado a dejar atrás cualquier
discordia o enfrentamiento y entender que, así como el Señor es uno, nosotros
debemos ser, todos, uno en Él.
Propicio el momento para celebrar la Jornada Mundial de
Oración por las Vocaciones al Ministerio Ordenado y a la Vida Consagrada, por
cuanto necesitamos pastores para atender y cuidar de los rebaños que son, por
ejemplo, las parroquias. Supliquemos al Buen Pastor para que nos dé pastores
santos que, aunque son tan pecadores como cualquier persona, se esfuercen por
atender desde la Misericordia que brota de las entrañas del Buen Pastor a cada
ovejita que se encuentren, especialmente a las que sufren.
PENITENCIAL
·
Porque muchas veces nos
dejamos llevar por las intrigas de otras personas y hablamos mal de la Iglesia,
olvidando que cada bautizado es ‘la
Iglesia’, Jesús Resucitado, ten piedad
de nosotros.
·
Porque explicamos los fracasos
de nuestra vida como ausencia o abandono de Dios hacia nosotros en lugar de
comprender que se deben a nuestras malas decisiones, pues Él jamás nos
abandona, Cristo Resucitado, ten piedad
de nosotros.
·
Porque no creemos en el amor
que Jesús nos tiene y buscamos otras
voces para hacernos conducir por la vida, Jesús Resucitado, ten piedad de nosotros.
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.-
El Espíritu Santo nos llena de gozo con la Palabra que llega a nosotros. Por
eso, el relato de los Hechos de los Apóstoles refiere movilizaciones de
personas que habían sido tocadas e iluminadas por esta Palabra. Y, aunque habrá
reacciones adversas, el Señor se encargará de que haya frutos de vida. Porque quien
descubre a Jesús lo sigue.
SALMO.-
El Salmo 99 nos presenta a Jesús como ‘el Buen Pastor’, de quien somos rebaño.
Aquel que ha entrado en su gloria merece nuestra alegre alabanza, bendición y
gratitud, por cuanto sus méritos y nuestra correspondencia a su gracia nos han
de llevar a entrar, también, por las puertas del triunfo sobre la muerte.
SEGUNDA.-
Escucharemos como segunda lectura fragmentos del Libro del Apocalipsis. En
sintonía con la imagen del Buen Pastor, que cuida de los suyos, descubriremos
que el Cordero, sentado en su trono, será el Pastor de todos y nos conducirá a
fuentes de aguas vivas.
EVANGELIO.-
En el brevísimo fragmento del Evangelio de san Juan, se expresa con absoluta
claridad que Jesús es nuestro Pastor eterno, nuestro Buen Pastor. Nosotros
debemos escucharlo y seguirlo ya que Él -que nos conoce y nos ama- nos da vida
eterna. Y, escuchémoslo bien: nada ni nadie nos podrá quitar de su amor.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.- Eres, Señor, el
Buen Pastor. Enseña a tu Iglesia a pastorear misericordiosamente a tus
rebaños. Roguemos al Señor.
2.- Nos cuesta ser
tolerantes y respetuosos para con los demás, especialmente a quienes gobiernan
el mundo. Dales corazón de buenos pastores a todos ellos, voz respetuosa y
decisiones desde el amor a sus pueblos. Roguemos
al Señor.
3.- En cada grupo
familiar debe haber buenos pastores que conduzcan a esos pequeños rebaños hacia
tus fuentes tranquilas. ¡Bendice, Señor, a quienes dirigen nuestros
hogares! Roguemos al Señor.
4.- En cada grupo
humano debe haber quien se sepa conducible, quien acepte obedecer y aportar
desde su propia experiencia aquellos elementos que sean necesarios para los
demás. Por eso encomendamos a nuestros niños y jóvenes. Roguemos al Señor.
5.- Ponemos ante ti,
Señor, a nuestros sacerdotes y religiosos. Que se afinen sus oídos para
escucharte; y sus voces, expresión de tu amor, sean bien escuchadas por sus
feligreses y comunidades, constituyendo todos verdaderos rebaños que te
siguen. Roguemos al Señor.
6.- Rogamos por
todos los difuntos y por quienes han de morir próximamente. Que la voz del
Resucitado les conduzca, a través de nuestras oraciones y sacrificios por
ellos, hasta la gran pradera celestial. Roguemos
al Señor.
7.- Muchas personas quieren que sus hijos hagan
la primera comunión, pero no les importa nutrirlos en la fe. Han olvidado que los
niños necesitarán crecer en la fe recibida y perseverar. Haz, Señor, que te
escuchen y quieran ayudarte a guiarlos por los caminos que llevan a Ti e ir con
ellos. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. Tu Espíritu, Jesús, nos ilumina y sacia nuestra sed. Al presentar
agua y fuego nos reconocemos
bautizados y llamados a seguir a nuestro Buen Pastor y llevar su Palabra a
todas las personas.
2. Te queremos agradecer por la naturaleza, las dificultades, las situaciones de vida, nuestros
padres, abuelos, pareja, docentes, sacerdotes, religiosos, catequistas, otras
personas… pues todo nos puede hablar
de Ti, Señor. Al entregártelos disponemos nuestros oídos para escuchar lo que
Tú nos dices a través de ellos.
3. Quisiste quedarte siempre con nosotros, Pastor amado.
Este pan y vino pronto serán tu
Cuerpo y Sangre. Agradecemos tu Presencia entre nosotros y bendecimos la acción
sacerdotal, que la hace posible.
ORACION
FINAL
Señor nuestro, al aceptar la amistad que tan generosamente
nos ofreces y disponernos a afinar nuestros sentidos para descubrir tu llamado
en tu Palabra que guía, reconocemos que sin Ti nada podemos. Por eso lo
esperamos todo de tu Misericordia. Amén.
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